Amigas, amigos, me da mucho gusto estar de nuevo con ustedes. Muchas gracias, de todo corazón, por su apoyo, por su respaldo, por su confianza. No estoy solo porque estamos todos juntos. Es un honor representar a mujeres, a hombres libres, concientes, como ustedes.
He estado cumpliendo con mi responsabilidad de recorrer el país, he estado visitando los municipios de México, llevo más de 150 municipios visitados. Como ustedes recordarán, hice el compromiso de hacer una Presidencia itinerante, he estado tres días atendiendo asuntos del Gobierno Legítimo en la Ciudad de México y jueves, viernes, sábado y domingo los estoy destinando a visitar los municipios de nuestro país, porque queremos transformar a México desde abajo y con la gente.
Yo quiero compartir con ustedes, en esta ocasión, una reflexión, quiero compartir con ustedes un punto de vista, porque todos debemos tener claro hacia dónde vamos, cómo estamos viendo las cosas y qué es lo que tenemos que hacer para sacar adelante a nuestro país, para lograr una transformación profunda de la vida pública de México.
En primer lugar, quiero decirles que estoy absolutamente convencido de la necesidad de una transformación, de una renovación tajante de la vida pública. Los problemas de nuestro país no se van a poder resolver, no van a poder enfrentarse con cambios por encimita, con cambios superficiales, con la simulación de siempre, con cambios cosméticos ni con maquillajes. Se requiere de una transformación y esto abarca todos los órdenes de la vida pública, lo económico, lo social, lo político, lo cultural, lo espiritual.
Necesitamos una transformación de las dimensiones del movimiento de la independencia nacional, necesitamos una transformación parecida a lo que fue el movimiento de reforma de mediados del siglo XIX, necesitamos una transformación de la trascendencia que tuvo la revolución mexicana de 1910. En la historia de nuestro país ha habido esas tres grandes transformaciones: independencia, reforma, revolución.
Nosotros tenemos que lograr una transformación, la cuarta transformación en la historia política de nuestro país. Esa transformación la tenemos que llevar a cabo, se tiene que realizar, sin violencia, de manera pacífica, con una revolución de las conciencias, con un cambio de mentalidad que, afortunadamente, ya se inició en todo México.
Tenemos que llevar a cabo esa transformación con mucha organización y mucha participación ciudadana, por eso es que estamos de nuevo recorriendo el país, vamos hasta los municipios más apartados de México a informar que continúa nuestro movimiento, vamos a decirle a la gente que seguimos luchando, que no vamos a dar ni un paso atrás ni siquiera para tomar impulso, que vamos hacia adelante. Ese es el gran objetivo de nuestro movimiento.
Pero tenemos también que atender las circunstancias que se nos presentan. Tenemos que trabajar para consolidar nuestra organización y lograr la transformación que requiere el país, pero al mismo tiempo tenemos que defender la economía popular, proteger a nuestro pueblo, y tenemos que defender el patrimonio de la Nación.
Porque si pensamos nada más en la transformación, que es lo fundamental, y desatendemos todo lo que se ha venido presentando, todo lo que implica este proceso de degradación progresiva, porque es tan grave la situación que vivimos que no se puede hablar nada más de una crisis económica o de una crisis de bienestar social, estamos desgraciadamente inmersos en un proceso de degradación progresiva.
Y tenemos que cuidar que no se siga deteriorando más la calidad de vida de los mexicanos. Tenemos, cuando menos, que frenar el empobrecimiento de nuestro pueblo, cuando menos detener esta situación tan triste, dolorosa, que se está viviendo, toda esta profunda crisis en la economía familiar, en la economía popular.
Y tenemos también que cuidar el patrimonio de la Nación, porque si permitimos que entreguen bienes nacionales, que sigan entregando bienes de todos los mexicanos a particulares, entonces sí, aunque logremos la transformación hacia adelante, no vamos a tener los recursos, la posibilidad de sacar a nuestro país del atraso en que se encuentra, de sacar a nuestro pueblo de la pobreza y de la marginación.
Por eso es que tenemos que atender las dos cosas, lo estructural, lo de fondo, el organizarnos para transformar a México y detener, frenar, el empobrecimiento de nuestro pueblo y la voracidad de la oligarquía, de los potentados, de los que nos robaron la elección presidencial y quieren quedarse con lo poco que le queda a nuestra Nación.
Por eso es muy importante la convocatoria a la Segunda Asamblea de la Convención Nacional Democrática. Es muy importante el que se haya decidido trabajar en la Convención del 21 al 25 de marzo con dos grandes temas: la defensa de la economía popular y la defensa del petróleo.
Tenemos que seguir insistiendo en revertir todo lo que ha venido pasando en estos tres meses, todo lo que tiene que ver con la carestía, con los aumentos de los precios, el aumento en la tortilla, en la leche, en la carne, en el pollo, el aumento en el diesel, la gasolina, el gas, la luz.
Tenemos que seguir insistiendo en frenar, en poner un hasta aquí a los aumentos de los precios. Tenemos que seguir demandando un aumento salarial de emergencia porque el salario mínimo quedó totalmente rebasado ante los aumentos de precios.
Tenemos que seguir insistiendo en alcanzar la soberanía alimentaria, para eso es fundamental regresar al campo, apoyar a los productores, fijar precios de garantía para los productores del campo, no permitir que entre en vigor esa cláusula del Tratado de Libre Comercio para que en enero queden libres las importaciones de maíz y de frijol.
Tenemos que seguir defendiendo la economía familiar, la economía popular. Y algo que va a ser fundamental, porque ya han agraviado, han golpeado a la economía de la mayoría de los mexicanos, pero todavía intentan más, quieren llevar a cabo la llamada reforma fiscal, que no es otra cosa más que aumentar los impuestos a los pobres y a los integrantes de las clases medias y mantener los privilegios fiscales.
No podemos permitir, por ningún motivo, que se cobren más impuestos a los pobres y a las clases medias de nuestro país. Se acabó, eso no lo vamos a permitir.
Es un objetivo muy preciso, no aceptar el cobro del IVA en medicamentos y en alimentos, nada de aumentos de impuestos, no aceptamos que quieran seguir cobrando impuestos a la gente pobre, incrementar los impuestos a la clase media y mantener los privilegios fiscales, porque tenemos toda la información de que los potentados en este país no pagan los impuestos y cuando los pagan se los devuelven, ya no queremos más injusticias en nuestro país.
Y de una vez, para los adversarios y sus voceros: ¿Quieren más recursos? Nosotros podemos darles la fórmula. Es cosa de aplicar realmente, seriamente, un plan de austeridad republicana. Voy a poner algunos ejemplos.
El señor de Hacienda del gobierno usurpador, que es el que planteó que iban a la reforma fiscal, esto lo señaló hace cuatro días en Tlaxcala y pidió apoyo a los gobernadores de que convencieran a la gente de que se acepte la reforma fiscal, ese señor, entre otras prestaciones, entre otros privilegios, se impuso, es decir, se asignó 3 mil pesos diarios nada más para su alimentación.
¿Saben ustedes cuánto es 3 mil pesos diarios? Nada más para que tengan una idea, es casi lo que cuesta una vaca, son como 12 o 15 cabritos. ¿Quieren tener recursos? Plan de austeridad, ahorros.
¿Qué hizo ese mequetrefe de Calderón? No sólo de manera desvergonzada engañó que él iba a ser el presidente del empleo y ahora dice que generar empleos es asunto de la sociedad, que no tiene que ver nada el gobierno.
Pero no sólo eso, fortaleció privilegios en la alta burocracia. Ustedes se acuerdan que nosotros planteamos y vamos a seguir insistiendo en que se tienen que quitar las pensiones millonarias a los ex presidentes de México. ¿Saben qué hizo? En vez de quitar las pensiones millonarias a los ex presidentes de México, creó una oficina para darles atención especial, a cargo de Sari Bermúdez. Más dinero para la alta burocracia, para la oligarquía, para los altos capos de la política mexicana.
Por eso, si quieren recursos, tienen la posibilidad de hacer ahorros y de no seguir cobrando más impuestos a la gente humilde, a la gente pobre.
Esta es una tarea, es un objetivo muy preciso, es algo que yo propongo para que en los resolutivos que se van a presentar a la Convención Nacional Democrática se trate este asunto, porque muchos me dicen: qué hacemos, ya han golpeado a la gente con la carestía, pero no podemos permitir que den otro golpe más con los aumentos, con los incrementos en los impuestos.
Lo segundo, también, de manera muy concreta, no podemos permitir por ningún motivo la privatización del petróleo, no podemos permitir que se entregue el petróleo a particulares nacionales o extranjeros, eso sería como cancelar el futuro para nuestro país, no nos perdonarían nuestros hijos, porque estaríamos nosotros permitiendo que se hipotecara el destino de nuestra patria, es como firmar un acta de esclavitud para nosotros y los que vienen detrás de nosotros.
Y es muy sencillo de explicar: Hoy día, de cada peso del presupuesto nacional, 40 centavos provienen del petróleo. ¿Qué va a suceder si se entrega el petróleo a particulares?, ¿cómo se va a conformar el presupuesto nacional?, ¿cómo vamos a financiar la educación pública?, ¿cómo vamos a financiar la salud?, ¿cómo se va a financiar el desarrollo de México? Por eso, por ningún motivo podemos permitir la privatización del petróleo.
Y también, no hay ninguna justificación, ni técnica ni financiera. Es cosa de que se revisen las cuentas, empezando por exigir a ese traidor a la democracia que explique qué hizo con 200 mil millones de dólares que recibió en el sexenio por concepto de excedentes en el precio del petróleo, dónde fue a parar todo ese dinero.
No hay ninguna justificación y que no nos vengan a decir que no es negocio el petróleo. Producir un barril de petróleo, extraer un barril de petróleo, porque no se le está pagando la renta a la naturaleza, cuesta 3 dólares y se vende en 55, en 58 dólares. No hay ningún negocio como ese y ese negocio lo queremos para los mexicanos, no para unos cuantos.
Y aquí también, una propuesta para la Convención, un proyecto que se presenta a consideración: si se intenta una reforma a la Constitución, una reforma a las leyes que implique la privatización del petróleo, bajo cualquier modalidad, la propuesta es que de inmediato nos volvamos a congregar, que de inmediato haya una Convención Nacional Democrática extraordinaria y que ahí tomemos las medidas que deban de tomarse.
No hay términos medios, no hay medias tintas. Nuestros legisladores, los diputados, senadores del Frente Amplio Progresista tienen que asumir una actitud responsable, estoy seguro que lo van a hacer, estoy seguro que cuando llegue una iniciativa en ese sentido, sea al Senado o a la Cámara de Diputados, de inmediato se deseche, no se acepta ninguna modificación, no hay ninguna posibilidad para entregar el petróleo, que es de todos los mexicanos.
Y se tiene que entender, el petróleo no es del Estado mexicano, el petróleo no es del gobierno, es de la Nación, es del pueblo.
Estas propuestas tienen que tratarse, como se van a proponer, se van a ir viendo otros temas en la Convención Nacional Democrática, pero estos dos temas son fundamentales, porque si no podemos en estas circunstancias mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, cuando menos que frenemos el empobrecimiento de nuestro pueblo y que detengamos la voracidad de esa minoría rapaz que solamente está pensando en sus privilegios.
Tenemos nosotros que actuar de manera responsable y vuelvo a insistir, para que no haya ninguna duda, este es un movimiento pacífico, no queremos la violencia, sabemos que estamos enfrentando a una mafia, pero no vamos nosotros a caer en ninguna provocación, tenemos la fuerza suficiente, la voluntad suficiente para pararlos y para transformar a México, más temprano que tarde.
Me da mucho gusto que nos volvamos a encontrar. Yo les digo que estoy al cien por ciento, estoy optimista, yo siento que va a triunfar nuestra causa. ¿Y saben por qué estoy optimista? Porque estoy recorriendo el país, como les decía, yo puedo ir al municipio más apartado y allá hay mujeres, hombres, como ustedes, somos millones en todo el país, mujeres y hombres, y no sólo es lo cuantitativo, es lo cualitativo, nunca en la historia de México había habido tanta gente conciente y decidida a luchar por una transformación.
Vamos hacia adelante. Yo les pido que no perdamos la fe, que mantengamos una inquebrantable fe en nuestro triunfo. Vamos hacia adelante. Les pido que nos ayuden a convocar a toda la gente para que el día 25 de marzo, el domingo 25 de marzo, nos congreguemos para defender la economía popular y para defender el petróleo, para defender a México.
Me da muchísimo gusto estar con ustedes. Yo nunca, jamás, voy a traicionar la confianza de ustedes. Vamos hacia adelante. Como decía el Presidente Juárez, vamos a rescatar a México como se pueda, con lo que se pueda y hasta donde se pueda.
He estado cumpliendo con mi responsabilidad de recorrer el país, he estado visitando los municipios de México, llevo más de 150 municipios visitados. Como ustedes recordarán, hice el compromiso de hacer una Presidencia itinerante, he estado tres días atendiendo asuntos del Gobierno Legítimo en la Ciudad de México y jueves, viernes, sábado y domingo los estoy destinando a visitar los municipios de nuestro país, porque queremos transformar a México desde abajo y con la gente.
Yo quiero compartir con ustedes, en esta ocasión, una reflexión, quiero compartir con ustedes un punto de vista, porque todos debemos tener claro hacia dónde vamos, cómo estamos viendo las cosas y qué es lo que tenemos que hacer para sacar adelante a nuestro país, para lograr una transformación profunda de la vida pública de México.
En primer lugar, quiero decirles que estoy absolutamente convencido de la necesidad de una transformación, de una renovación tajante de la vida pública. Los problemas de nuestro país no se van a poder resolver, no van a poder enfrentarse con cambios por encimita, con cambios superficiales, con la simulación de siempre, con cambios cosméticos ni con maquillajes. Se requiere de una transformación y esto abarca todos los órdenes de la vida pública, lo económico, lo social, lo político, lo cultural, lo espiritual.
Necesitamos una transformación de las dimensiones del movimiento de la independencia nacional, necesitamos una transformación parecida a lo que fue el movimiento de reforma de mediados del siglo XIX, necesitamos una transformación de la trascendencia que tuvo la revolución mexicana de 1910. En la historia de nuestro país ha habido esas tres grandes transformaciones: independencia, reforma, revolución.
Nosotros tenemos que lograr una transformación, la cuarta transformación en la historia política de nuestro país. Esa transformación la tenemos que llevar a cabo, se tiene que realizar, sin violencia, de manera pacífica, con una revolución de las conciencias, con un cambio de mentalidad que, afortunadamente, ya se inició en todo México.
Tenemos que llevar a cabo esa transformación con mucha organización y mucha participación ciudadana, por eso es que estamos de nuevo recorriendo el país, vamos hasta los municipios más apartados de México a informar que continúa nuestro movimiento, vamos a decirle a la gente que seguimos luchando, que no vamos a dar ni un paso atrás ni siquiera para tomar impulso, que vamos hacia adelante. Ese es el gran objetivo de nuestro movimiento.
Pero tenemos también que atender las circunstancias que se nos presentan. Tenemos que trabajar para consolidar nuestra organización y lograr la transformación que requiere el país, pero al mismo tiempo tenemos que defender la economía popular, proteger a nuestro pueblo, y tenemos que defender el patrimonio de la Nación.
Porque si pensamos nada más en la transformación, que es lo fundamental, y desatendemos todo lo que se ha venido presentando, todo lo que implica este proceso de degradación progresiva, porque es tan grave la situación que vivimos que no se puede hablar nada más de una crisis económica o de una crisis de bienestar social, estamos desgraciadamente inmersos en un proceso de degradación progresiva.
Y tenemos que cuidar que no se siga deteriorando más la calidad de vida de los mexicanos. Tenemos, cuando menos, que frenar el empobrecimiento de nuestro pueblo, cuando menos detener esta situación tan triste, dolorosa, que se está viviendo, toda esta profunda crisis en la economía familiar, en la economía popular.
Y tenemos también que cuidar el patrimonio de la Nación, porque si permitimos que entreguen bienes nacionales, que sigan entregando bienes de todos los mexicanos a particulares, entonces sí, aunque logremos la transformación hacia adelante, no vamos a tener los recursos, la posibilidad de sacar a nuestro país del atraso en que se encuentra, de sacar a nuestro pueblo de la pobreza y de la marginación.
Por eso es que tenemos que atender las dos cosas, lo estructural, lo de fondo, el organizarnos para transformar a México y detener, frenar, el empobrecimiento de nuestro pueblo y la voracidad de la oligarquía, de los potentados, de los que nos robaron la elección presidencial y quieren quedarse con lo poco que le queda a nuestra Nación.
Por eso es muy importante la convocatoria a la Segunda Asamblea de la Convención Nacional Democrática. Es muy importante el que se haya decidido trabajar en la Convención del 21 al 25 de marzo con dos grandes temas: la defensa de la economía popular y la defensa del petróleo.
Tenemos que seguir insistiendo en revertir todo lo que ha venido pasando en estos tres meses, todo lo que tiene que ver con la carestía, con los aumentos de los precios, el aumento en la tortilla, en la leche, en la carne, en el pollo, el aumento en el diesel, la gasolina, el gas, la luz.
Tenemos que seguir insistiendo en frenar, en poner un hasta aquí a los aumentos de los precios. Tenemos que seguir demandando un aumento salarial de emergencia porque el salario mínimo quedó totalmente rebasado ante los aumentos de precios.
Tenemos que seguir insistiendo en alcanzar la soberanía alimentaria, para eso es fundamental regresar al campo, apoyar a los productores, fijar precios de garantía para los productores del campo, no permitir que entre en vigor esa cláusula del Tratado de Libre Comercio para que en enero queden libres las importaciones de maíz y de frijol.
Tenemos que seguir defendiendo la economía familiar, la economía popular. Y algo que va a ser fundamental, porque ya han agraviado, han golpeado a la economía de la mayoría de los mexicanos, pero todavía intentan más, quieren llevar a cabo la llamada reforma fiscal, que no es otra cosa más que aumentar los impuestos a los pobres y a los integrantes de las clases medias y mantener los privilegios fiscales.
No podemos permitir, por ningún motivo, que se cobren más impuestos a los pobres y a las clases medias de nuestro país. Se acabó, eso no lo vamos a permitir.
Es un objetivo muy preciso, no aceptar el cobro del IVA en medicamentos y en alimentos, nada de aumentos de impuestos, no aceptamos que quieran seguir cobrando impuestos a la gente pobre, incrementar los impuestos a la clase media y mantener los privilegios fiscales, porque tenemos toda la información de que los potentados en este país no pagan los impuestos y cuando los pagan se los devuelven, ya no queremos más injusticias en nuestro país.
Y de una vez, para los adversarios y sus voceros: ¿Quieren más recursos? Nosotros podemos darles la fórmula. Es cosa de aplicar realmente, seriamente, un plan de austeridad republicana. Voy a poner algunos ejemplos.
El señor de Hacienda del gobierno usurpador, que es el que planteó que iban a la reforma fiscal, esto lo señaló hace cuatro días en Tlaxcala y pidió apoyo a los gobernadores de que convencieran a la gente de que se acepte la reforma fiscal, ese señor, entre otras prestaciones, entre otros privilegios, se impuso, es decir, se asignó 3 mil pesos diarios nada más para su alimentación.
¿Saben ustedes cuánto es 3 mil pesos diarios? Nada más para que tengan una idea, es casi lo que cuesta una vaca, son como 12 o 15 cabritos. ¿Quieren tener recursos? Plan de austeridad, ahorros.
¿Qué hizo ese mequetrefe de Calderón? No sólo de manera desvergonzada engañó que él iba a ser el presidente del empleo y ahora dice que generar empleos es asunto de la sociedad, que no tiene que ver nada el gobierno.
Pero no sólo eso, fortaleció privilegios en la alta burocracia. Ustedes se acuerdan que nosotros planteamos y vamos a seguir insistiendo en que se tienen que quitar las pensiones millonarias a los ex presidentes de México. ¿Saben qué hizo? En vez de quitar las pensiones millonarias a los ex presidentes de México, creó una oficina para darles atención especial, a cargo de Sari Bermúdez. Más dinero para la alta burocracia, para la oligarquía, para los altos capos de la política mexicana.
Por eso, si quieren recursos, tienen la posibilidad de hacer ahorros y de no seguir cobrando más impuestos a la gente humilde, a la gente pobre.
Esta es una tarea, es un objetivo muy preciso, es algo que yo propongo para que en los resolutivos que se van a presentar a la Convención Nacional Democrática se trate este asunto, porque muchos me dicen: qué hacemos, ya han golpeado a la gente con la carestía, pero no podemos permitir que den otro golpe más con los aumentos, con los incrementos en los impuestos.
Lo segundo, también, de manera muy concreta, no podemos permitir por ningún motivo la privatización del petróleo, no podemos permitir que se entregue el petróleo a particulares nacionales o extranjeros, eso sería como cancelar el futuro para nuestro país, no nos perdonarían nuestros hijos, porque estaríamos nosotros permitiendo que se hipotecara el destino de nuestra patria, es como firmar un acta de esclavitud para nosotros y los que vienen detrás de nosotros.
Y es muy sencillo de explicar: Hoy día, de cada peso del presupuesto nacional, 40 centavos provienen del petróleo. ¿Qué va a suceder si se entrega el petróleo a particulares?, ¿cómo se va a conformar el presupuesto nacional?, ¿cómo vamos a financiar la educación pública?, ¿cómo vamos a financiar la salud?, ¿cómo se va a financiar el desarrollo de México? Por eso, por ningún motivo podemos permitir la privatización del petróleo.
Y también, no hay ninguna justificación, ni técnica ni financiera. Es cosa de que se revisen las cuentas, empezando por exigir a ese traidor a la democracia que explique qué hizo con 200 mil millones de dólares que recibió en el sexenio por concepto de excedentes en el precio del petróleo, dónde fue a parar todo ese dinero.
No hay ninguna justificación y que no nos vengan a decir que no es negocio el petróleo. Producir un barril de petróleo, extraer un barril de petróleo, porque no se le está pagando la renta a la naturaleza, cuesta 3 dólares y se vende en 55, en 58 dólares. No hay ningún negocio como ese y ese negocio lo queremos para los mexicanos, no para unos cuantos.
Y aquí también, una propuesta para la Convención, un proyecto que se presenta a consideración: si se intenta una reforma a la Constitución, una reforma a las leyes que implique la privatización del petróleo, bajo cualquier modalidad, la propuesta es que de inmediato nos volvamos a congregar, que de inmediato haya una Convención Nacional Democrática extraordinaria y que ahí tomemos las medidas que deban de tomarse.
No hay términos medios, no hay medias tintas. Nuestros legisladores, los diputados, senadores del Frente Amplio Progresista tienen que asumir una actitud responsable, estoy seguro que lo van a hacer, estoy seguro que cuando llegue una iniciativa en ese sentido, sea al Senado o a la Cámara de Diputados, de inmediato se deseche, no se acepta ninguna modificación, no hay ninguna posibilidad para entregar el petróleo, que es de todos los mexicanos.
Y se tiene que entender, el petróleo no es del Estado mexicano, el petróleo no es del gobierno, es de la Nación, es del pueblo.
Estas propuestas tienen que tratarse, como se van a proponer, se van a ir viendo otros temas en la Convención Nacional Democrática, pero estos dos temas son fundamentales, porque si no podemos en estas circunstancias mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, cuando menos que frenemos el empobrecimiento de nuestro pueblo y que detengamos la voracidad de esa minoría rapaz que solamente está pensando en sus privilegios.
Tenemos nosotros que actuar de manera responsable y vuelvo a insistir, para que no haya ninguna duda, este es un movimiento pacífico, no queremos la violencia, sabemos que estamos enfrentando a una mafia, pero no vamos nosotros a caer en ninguna provocación, tenemos la fuerza suficiente, la voluntad suficiente para pararlos y para transformar a México, más temprano que tarde.
Me da mucho gusto que nos volvamos a encontrar. Yo les digo que estoy al cien por ciento, estoy optimista, yo siento que va a triunfar nuestra causa. ¿Y saben por qué estoy optimista? Porque estoy recorriendo el país, como les decía, yo puedo ir al municipio más apartado y allá hay mujeres, hombres, como ustedes, somos millones en todo el país, mujeres y hombres, y no sólo es lo cuantitativo, es lo cualitativo, nunca en la historia de México había habido tanta gente conciente y decidida a luchar por una transformación.
Vamos hacia adelante. Yo les pido que no perdamos la fe, que mantengamos una inquebrantable fe en nuestro triunfo. Vamos hacia adelante. Les pido que nos ayuden a convocar a toda la gente para que el día 25 de marzo, el domingo 25 de marzo, nos congreguemos para defender la economía popular y para defender el petróleo, para defender a México.
Me da muchísimo gusto estar con ustedes. Yo nunca, jamás, voy a traicionar la confianza de ustedes. Vamos hacia adelante. Como decía el Presidente Juárez, vamos a rescatar a México como se pueda, con lo que se pueda y hasta donde se pueda.
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