Por Esto!
viernes, 21 diciembre 2007
La felicidad está en la ignorancia de la verdad.
Giacomo Leopardi
Nada bien pinta el ciclo anual que dentro de unos días inicia. Social, económica y políticamente el panorama es desalentador. Porque nada hay que indique la posibilidad de reunir o cohesionar a los mexicanos cada vez más polarizados. Nada que augure crecimiento y desarrollo. Nadie que, por sobre las carencias y las divisiones, se erija en factor que saque al país de sus complicaciones y tribulaciones y dé pauta para un mejor futuro.
viernes, 21 diciembre 2007
La felicidad está en la ignorancia de la verdad.
Giacomo Leopardi
Nada bien pinta el ciclo anual que dentro de unos días inicia. Social, económica y políticamente el panorama es desalentador. Porque nada hay que indique la posibilidad de reunir o cohesionar a los mexicanos cada vez más polarizados. Nada que augure crecimiento y desarrollo. Nadie que, por sobre las carencias y las divisiones, se erija en factor que saque al país de sus complicaciones y tribulaciones y dé pauta para un mejor futuro.
El mayor precio de los combustibles, atizará el fuego. Los salarios prácticamente "congelados" enfriarán aún más al prácticamente inexistente mercado interno. La creación de nuevos empleos quedó en mera promesa de campaña electorera. El arribo al país de maíz y frijol extranjero aniquilará ahora sí al campo, lo que ya sucedió apenas en el sector cañero. Los renacidos "pactos" sólo golpearán a pequeños y medianos industriales, porque los grandes emporios comerciales no van a sacrificar sus sacrosantas ganancias que reenviarán al extranjero. Las exportaciones caerán al suelo, ante el estancamiento e inflación del único mercado al que accedemos. ¿Para qué le platico de las tasas de interés, las carteras vencidas de créditos hipotecarios y al consumo?
En lo social el mayor riesgo es el de los cada vez más altos niveles de inseguridad pública que nada tienen qué ver con la llamada delincuencia organizada, que por supuesto también trae lo suyo: ejecuciones, decapitados, "levantones", etc.
Políticamente, empero, es donde mayor peligro corremos. Y esto por la miopía de los llamados "actores", quienes están enfrascados en sus luchas intestinas y hacia el exterior por la conservación de un dudoso poder. Las elecciones de 2009 y 2012 son lo único que está en su mira. Y por tal son rebasados por los factores reales de poder. Iglesias, sindicatos, cámaras industriales y de comercio, incluso carteles de la droga los infiltran para que el status quo prevalezca.
Nada bien pinta el 2008. Lejos estamos de que la Administración cumpla el papel de procurar "la felicidad de los gobernados". Antes, todo lo contrario, pues seguiremos presenciando escándalos de impunidad -saqueo del erario, tráficos de influencias, complicidades de los gobernantes con sus antecesores, colusión de poderes públicos, escasa o nula rendición de cuentas- y corrupción, a lo que no podemos ni debemos acostumbrarnos.
El panorama es oscuro. Pero aún así hay que iluminarlo nosotros mismos. Es al seno de nuestros hogares, en nuestro entorno, con nuestras familias, amistades, vecinos, que podemos empezar a buscar salidas a esos y otros problemas. Organizándonos para no permitir que la política esté exclusivamente en manos de los políticos... que la economía no sea manejada sólo por economistas... y que socialmente distingamos a los falsos redentores de quienes sí son líderes sociales.
La diferencia en el 2008 está en nosotros mismos. En nuestras manos. Ligando cada vez más -cual proponía el sociólogo C. Wright Mills- nuestra biografía con la Historia. Que sea propósito para 2008.
¡Salud!
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pacorodriguez@journalist.com
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