jueves, febrero 28, 2008

Ven necesitamos de ti

Algo hay en el ambiente, algo se percibe al caminar, algo que asfixia la existencia, algo que mata la dignidad. Siento ese hedor y en mí nace, la fuerza dormida en mi existir y es que mis raíces me reclaman, me piden fuerzas para vivir.

Es mi tierra que me pide auxilio, es mi suelo que ultrajado está, es mi Patria que en su interior grita ¡VEN, AYUDAME, NO ME DEJES MORIR!

Un puñado de genocidas y sátrapas, hoy reniegan de la vida que les di, porque, YO, ESTA TIERRA MEXICANA, SOY TU PATRIA Y MADRE HASTA EL FIN.

Hermano en la Patria Mexicana. Ven necesitamos de ti. Tú puedes hacer mucho por LA PATRIA, ven, no la dejes morir. Despabílate de tanta APATRIA, ven y lucha por lo que tuyo es, a todos nos han atropellado, te necesitamos, ayúdanos a vivir.

Hermano de diferentes credos. Ven, necesitamos de ti.
Hermano de estratos diferentes. Ven, necesitamos de ti.
Hermano uniformado asalariado. Ven necesitamos de ti, (policías, militares, granaderos).
Hermano militar retirado. Ven necesitamos de ti.
Hermano arrasado por el hambre. Ven necesitamos de ti.
Hermano que te sientes olvidado. Ven, necesitamos de ti.
Anciano que deambulas por las calles. Ven, necesitamos de ti.
Invidente que luchas contra el destino. Ven, necesitamos de ti.
Mujer que vendes tu dignidad. Ven, necesitamos de ti.
Humillado y vejado estudiante. Ven, necesitamos de ti.
Indígena y olvidado campesino. Ven, necesitamos de ti.
Maltratado y mal visto drogadicto. Ven, necesitamos de ti.
Niño olvidado que deambulas por las calles. Ven, necesitamos de ti.
Comerciante que luchas por mejor vida. Ven necesitamos de ti.
Obrero, Carpintero, Albañil. Ven, necesitamos de ti.

Esta lucha es de todo el que ha nacido en este suelo, en esta patria y nación. Por eso hermano, amigo, yo te invito a defender a la Patria, con ahínco, con enjundia, y coraje, son las armas que ayudaran a vencer. Porque un pueblo sobajado, humillado; un pueblo burlado, es un pueblo enojado, y nadie lo va a vencer.

VEN NECESITAMOS DE TI
ESCRITA POR: BERTHA VAZQUEZ SIERRA

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