Luis Javier Garrido
El caso del chino-mexicano Zhenli Ye Gon lejos de haber concluido está poniendo cada vez más en entredicho al gobierno de facto de Felipe Calderón, que sigue sin dar una respuesta convincente ante la gravedad de los acontecimientos.
1. El gobierno ilegítimo de Felipe Calderón, que de manera torpe pretendió utilizar el escándalo generado por los 205 millones de dólares, que fueron descubiertos por la DEA y confiscados por la PGR a Zhenli Ye Gon el 15 de marzo, a fin de poder minar el poder de Vicente Fox y tratar de levantar un poco su bajo perfil, no halla ahora cómo salir del embrollo.
2. La probable complicidad delictiva de Vicente Fox y de sus allegados con Ye Gon para llevar a cabo un negocio multimillonario con la importación ilegal de seudoefedrina, y la utilización de parte de esos recursos ilegales para financiar el fraude electoral de 2006, fue documentada profusamente en la prensa, pero, como era de suponerse, no se pudo impedir que terminara por involucrar directamente a Calderón, principal beneficiario del asunto al ser impuesto por Fox de manera espuria en la silla presidencial, por lo que ahora desde Los Pinos se está dando marcha atrás en el manejo del asunto.
3. Los muy probables actos delictivos cometidos por Fox y Calderón en este caso no pueden ya ser negados por los aludidos y han dejado al régimen panista marcado para siempre por el estigma de la corrupción. Fox facilitó la entrada ilegal al país de contrabandos de seudoefedrina utilizados para producir estupefacientes, como documentó Proceso en su número 1602, protegió durante años a Zhenli Ye Gon y le concedió la naturalización felicitándolo personalmente, tal como mostraron los noticieros de Televisa el martes 17, y dispuso de parte de esos recursos, según demuestran las evidencias y lo ha señalado
su protegido. Los innumerables ilícitos cometidos por Calderón y sus amigos tras el decomiso no han hecho más que confirmar la corresponsabilidad de ambos en el asunto.
4. La única vía que se ha encontrado en Los Pinos para poder limitar los costos de la fallida operación propagandística que se ha revertido contra el propio presidente espurio, está siendo, por consiguiente, la de lograr un nuevo acuerdo Fox-Calderón sobre el asunto, que involucre a Ye Gong, para tras una nueva campaña propagandística poder darle carpetazo a un expediente, que no sólo está evidenciando la corrupción del régimen panista, sino sus nexos con el narcotráfico y con el crimen organizado, lo que es de una enorme gravedad.
5. El gobierno de facto de Calderón al intentar acallar con recursos públicos el escándalo de Zhenli Ye Gon mediante un costoso operativo propagandístico de Estado, lo único que está logrando es, sin embargo, el confundir, una vez más, los intereses privados con los públicos, los privilegios de él y de Fox con los derechos del pueblo a tener una administración pública honesta y a que se aplique la ley a quienes cometen delitos oficiales.
6. El régimen calderonista no pudo tener por su origen espurio viabilidad histórica alguna, y mucho menos la tiene ahora, luego de tantos meses de políticas antinacionales y antipopulares y de escándalos de corrupción impunes. El chinogate, que está muy lejos de haber terminado, pues está fincado en gravísimos actos de corrupción oficial plenamente documentados, que entre otras cosas demuestran fehacientemente la connivencia de los panistas con el bajo mundo, es la más cruda evidencia.
7. Los recursos gubernamentales están siendo utilizados a pesar de todo para soslayar la responsabilidad, lo mismo del gobierno anterior que del actual en la comisión de un sinnúmero de delitos de la mayor gravedad, y esto, que es del dominio público, entraña consecuencias sociales y políticas de toda índole. El procurador general, Eduardo Medina-Mora, en vez de investigar el asunto a fondo, está dedicado a fabricar un culpable único. Germán Martínez, titular de la Secretaría de la Función Pública, que ya contribuyó a proteger a los hijos de Marta Sahagún, está ahora entregado a encubrir tanto a Vicente Fox, por su asociación delictuosa con Zhenli Ye Gon, como a su jefe Felipe Calderón, presunto beneficiario electoral del dinero sucio, y responsable por los ilícitos cometidos por su gobierno en este asunto.
8. El escándalo de Zhenli Ye Gon muy difícilmente podrá, en consecuencia, ser acallado por una operación de propaganda, pues los hechos son del dominio público y están ya incidiendo en el futuro del país. El ejemplo de impunidad que sigue dando el gobierno de la extrema derecha no hace más que alentar todo tipo de violencia y a todos los niveles.
9. México lo que requiere con urgencia es una renovación a fondo de su vida pública y esto no es posible con el gobierno de facto surgido del PAN, que está entregado a la corrupción, al tráfico de influencias y a las componendas, sin tener más programa que el derivado de su subordinación a intereses trasnacionales y a su alianza con grupos delictivos y del crimen organizado, para los cuales está trabajando.
10. La inviabilidad del régimen actual la han entendido ya amplios sectores de mexicanos, y lo novedoso tras el estallido del caso Zhenli Ye Gon es que esta situación la están comprendiendo también en diversas instancias del poder económico nacional e internacional, a pesar de los millones gastados por Calderón y sus amigos en autopropaganda.
El caso del chino-mexicano Zhenli Ye Gon lejos de haber concluido está poniendo cada vez más en entredicho al gobierno de facto de Felipe Calderón, que sigue sin dar una respuesta convincente ante la gravedad de los acontecimientos.
1. El gobierno ilegítimo de Felipe Calderón, que de manera torpe pretendió utilizar el escándalo generado por los 205 millones de dólares, que fueron descubiertos por la DEA y confiscados por la PGR a Zhenli Ye Gon el 15 de marzo, a fin de poder minar el poder de Vicente Fox y tratar de levantar un poco su bajo perfil, no halla ahora cómo salir del embrollo.
2. La probable complicidad delictiva de Vicente Fox y de sus allegados con Ye Gon para llevar a cabo un negocio multimillonario con la importación ilegal de seudoefedrina, y la utilización de parte de esos recursos ilegales para financiar el fraude electoral de 2006, fue documentada profusamente en la prensa, pero, como era de suponerse, no se pudo impedir que terminara por involucrar directamente a Calderón, principal beneficiario del asunto al ser impuesto por Fox de manera espuria en la silla presidencial, por lo que ahora desde Los Pinos se está dando marcha atrás en el manejo del asunto.
3. Los muy probables actos delictivos cometidos por Fox y Calderón en este caso no pueden ya ser negados por los aludidos y han dejado al régimen panista marcado para siempre por el estigma de la corrupción. Fox facilitó la entrada ilegal al país de contrabandos de seudoefedrina utilizados para producir estupefacientes, como documentó Proceso en su número 1602, protegió durante años a Zhenli Ye Gon y le concedió la naturalización felicitándolo personalmente, tal como mostraron los noticieros de Televisa el martes 17, y dispuso de parte de esos recursos, según demuestran las evidencias y lo ha señalado
su protegido. Los innumerables ilícitos cometidos por Calderón y sus amigos tras el decomiso no han hecho más que confirmar la corresponsabilidad de ambos en el asunto.
4. La única vía que se ha encontrado en Los Pinos para poder limitar los costos de la fallida operación propagandística que se ha revertido contra el propio presidente espurio, está siendo, por consiguiente, la de lograr un nuevo acuerdo Fox-Calderón sobre el asunto, que involucre a Ye Gong, para tras una nueva campaña propagandística poder darle carpetazo a un expediente, que no sólo está evidenciando la corrupción del régimen panista, sino sus nexos con el narcotráfico y con el crimen organizado, lo que es de una enorme gravedad.
5. El gobierno de facto de Calderón al intentar acallar con recursos públicos el escándalo de Zhenli Ye Gon mediante un costoso operativo propagandístico de Estado, lo único que está logrando es, sin embargo, el confundir, una vez más, los intereses privados con los públicos, los privilegios de él y de Fox con los derechos del pueblo a tener una administración pública honesta y a que se aplique la ley a quienes cometen delitos oficiales.
6. El régimen calderonista no pudo tener por su origen espurio viabilidad histórica alguna, y mucho menos la tiene ahora, luego de tantos meses de políticas antinacionales y antipopulares y de escándalos de corrupción impunes. El chinogate, que está muy lejos de haber terminado, pues está fincado en gravísimos actos de corrupción oficial plenamente documentados, que entre otras cosas demuestran fehacientemente la connivencia de los panistas con el bajo mundo, es la más cruda evidencia.
7. Los recursos gubernamentales están siendo utilizados a pesar de todo para soslayar la responsabilidad, lo mismo del gobierno anterior que del actual en la comisión de un sinnúmero de delitos de la mayor gravedad, y esto, que es del dominio público, entraña consecuencias sociales y políticas de toda índole. El procurador general, Eduardo Medina-Mora, en vez de investigar el asunto a fondo, está dedicado a fabricar un culpable único. Germán Martínez, titular de la Secretaría de la Función Pública, que ya contribuyó a proteger a los hijos de Marta Sahagún, está ahora entregado a encubrir tanto a Vicente Fox, por su asociación delictuosa con Zhenli Ye Gon, como a su jefe Felipe Calderón, presunto beneficiario electoral del dinero sucio, y responsable por los ilícitos cometidos por su gobierno en este asunto.
8. El escándalo de Zhenli Ye Gon muy difícilmente podrá, en consecuencia, ser acallado por una operación de propaganda, pues los hechos son del dominio público y están ya incidiendo en el futuro del país. El ejemplo de impunidad que sigue dando el gobierno de la extrema derecha no hace más que alentar todo tipo de violencia y a todos los niveles.
9. México lo que requiere con urgencia es una renovación a fondo de su vida pública y esto no es posible con el gobierno de facto surgido del PAN, que está entregado a la corrupción, al tráfico de influencias y a las componendas, sin tener más programa que el derivado de su subordinación a intereses trasnacionales y a su alianza con grupos delictivos y del crimen organizado, para los cuales está trabajando.
10. La inviabilidad del régimen actual la han entendido ya amplios sectores de mexicanos, y lo novedoso tras el estallido del caso Zhenli Ye Gon es que esta situación la están comprendiendo también en diversas instancias del poder económico nacional e internacional, a pesar de los millones gastados por Calderón y sus amigos en autopropaganda.
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