jueves, octubre 12, 2006

Kafka, AMLO y Slim más Calderón (la nación en una encrucijada)

Por Alvaro Cepeda Neri, Por Esto de Yucatan


I.- No solamente los foxistas-panistas han traído a la escena sus creencias y constantes invocaciones a Dios, tratando de, como decían los Medici respecto de Savonarola (y cuando el secretario florentino Maquiavelo estaba atento a los hechos de la política) gobernar con padresnuestros. Y, al final de su aventura, diletante como era del quehacer político, fue sentenciado a ser ahorcado y su cuerpo llevado a la hoguera. Maquiavelo lo puso como ejemplo del profeta desarmado, es decir, el individuo fracasado, mediocre e incapaz de liderar movimientos sociales. Y que entre nosotros es el caso de Fox quien, en lugar de soluciones, generó más problemas para desgracia de la nación.
II.- Los foxistas, en suma, han sido los Savonarolas de nuestro tiempo: incapaces de gobernar y administrar, se la pasaron yendo a misa, confesándose y dándose golpes de pecho buscando salvar su alma, mientras el Estado, la Sociedad y el Gobierno se han precipitado en una crisis (económica, por la pavorosa pobreza masiva; política, por el descuido republicano en el ejercicio de los poderes y no saber resolver los problemas de la democracia con más democracia; socialmente, porque sigue aumentando el malestar contra el mal gobierno).
III.- Estamos, pues, en una encrucijada. Por una parte la derecha calderonista, que triunfó sobre la ultraderecha foxista, apunta a seguir por un camino consecuente con los intereses de los 14 millones y pico que apoyaron a Calde-ron y que representan a casi 30 millones de mexicanos, cuya élite son los millonarios, los empresarios, los banqueros y demás integrantes de la oligarquía que preside Slim. Otro camino apunta a sacrificar el programa de la derecha panista-calderonista y sus aliados-cómplices, queriendo legitimarse el presidente electo, tras las imputaciones de espurio en la toma de protesta como Presidente Constitucional.
IV.- Obligando a Calde-ron a irse al centro ideológico, olvidarse de la vuelta continua a la derecha y rebasando por la izquierda, retomar (saqueando el arsenal del programa de centro-izquierda de AMLO) las banderas sociales de la oposición que enarboló López Obrador obteniendo 14 millones de sufragios y donde se concentran no menos de 70 millones de mexicanos atrapados en la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades escolares, de salud y víctimas de la inseguridad (los más pobres, por lo general, integran la delincuencia que le roban al resto de los pobres, pues los ricos y millonarios tienen guardaespaldas y carros blindados, mansiones con perros, policías y electrificadas).
V.- Cuando despegaba y empezó a volar alto AMLO el multimillonario Slim buscó una alianza con el perredista; le entregaron el centro histórico de la capital del país y lo tomó, con otros más, para invertir y enriquecerse más. Pero, cuando Slim vio que López Obrador se iba comprometiendo con esos 70 millones de empobrecidos ("los jodidos", dijo una vez el padre del actual junior dueño de Televisa), entonces el acaudalado empresario se alió con el ya para entonces candidato del PAN a la Presidencia, el señor Calde-ron y orientó así a los ricos para apoyar al panista de derechas que había pintado su raya respecto de la ultraderecha foxista.
VI.- Estratégica y tácticamente, López Obrador puso al descubierto todos sus fines (económicos, sobre todo) como su programa para, en caso de ganar las elecciones (tres días antes de ir a las urnas, llevaba entre tres y cuatro puntos arriba, que lo hacían ganador por más de 16 millones de votos, que las maniobras priístas y panistas con Fox revirtieron para que Calde-ron, que sólo apuntaba a tener entre 11 ó 12 millones de sufragios "ganara"), someter a los poderosos al pago real de impuestos, aumentar los salarios, restablecer las conquistas del Estado de Bienestar Democrático y Republicano; evitar las privatizaciones de PEMEX, electricidad y otras empresas públicas, etc.
VII.- Esos pronunciamientos le imprimieron al lópezobradorismo una credibilidad electoral amplísima en la mayoría de los ciudadanos que integran el México pobre, tanto urbano como rural. Los desgobernadores priístas y panistas, como el foxismo en el poder presidencial y sus cómplices en el Poder Judicial a través de su cúpula: la Suprema Corte, al cuarto para las doce del día de las elecciones, movieron cielo, mar y tierra para que Calde-ron obtuviera una victoria aunque fuera mínima, como lo fue y el ahora electo apenas si por menos de una nariz recibió el fallo favorable del TRIFE, que legalizó así el triunfo panista.
VIII.- La protesta de AMLO y su alianza con el PT y Convergencia, que consistió en obstruir el tráfico vehicular en un amplio tramo de Paseo de la Reforma (una mala copia de la famosa avenida de París: Champs Elysées o Campos Elíseos, ordenada por el espurio Maximiliano, que no fue, ni legal ni legítimamente, ni emperador y menos presidente, ya que en esa época Juárez era el Presidente Constitucional) y de la Avenida Juárez hasta la Plaza de la Constitución, fue calificada por Slim como "algo kafkiano". Slim, es más que dudoso, que haya leído siquiera una página de Franz Kafka y sus asesores: Aguilar Camín, Clinton y Felipe González (éste su consuegro), tampoco, como para ilustrar a Slim.
IX.- Slim, como Cárdenas (éste mucho más) han traicionado a AMLO, únicamente porque López Obrador se mantuvo fiel a sus principios y compromisos a favor, al menos de esos 70 millones de mexicanos que representan a los 14 millones de ciudadanos que votaron por la opción de centro-izquierda. Slim se alió ahora con Calde-ron y no solamente enseña los dientes contra AMLO, sino que hasta quiere morder para quedar bien con la oligarquía. Pero, en la encrucijada, la nación puede obligar a Calde-ron a tener que gobernar y administrar circulando por el centro para rebasar por la izquierda.
X.- Y es que la crisis del país no solamente es económica y política, sino sobre todo social y AMLO la encabezará para, como en las democracias europeas, convertirse en un movimiento de presión, vigilante y de crítica para que Calde-ron y sus cómplices e incluso sus aliados y compañeros de viaje, cumplan sus compromisos. Y no es kafkiano que AMLO integre un gobierno en la sombra (como los gabinetes en la sombra ingleses que constituyen los del partido que pierde las elecciones) y servirá para que, simultáneamente Slim y los suyos también se alineen, en la encrucijada, con un programa democrático y republicano. Es la nación la que está de por medio.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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