Enviado por Hilda Venegas:
Caricatura sin Monitos
Durante muchos años, he trabajado duramente y he podido comprobar, las dificultades que se tienen al poner un negocio.
No me diga de los apuros para completar la nomina. No importaba dar el tarjetazo (sacar efectivo de la tarjeta de crédito aunque fuera carísimo) para ello. Y los recargos que se pagan al IMSS. Y las declaraciones de hacienda que cada vez son más frecuentes. Y los inspectores de esto y del otro.
Aprendí, que los errores se pagan, a veces, muy caro. También, me di cuenta, que los recursos se agotan a pesar que uno los cuide. Esto básicamente se debe, a la inflación que existiendo, las autoridades lo niegan. Por eso vemos que las empresas terminan descapiltalizadas.
Traigo este cúmulo de recuerdos porque tristemente me doy cuenta, de que nuestro país sigue siendo un país de tercera en donde la justicia se aplica solamente a los desprotegidos del manto divino del poder.
Hoy por la mañana, casi me hace daño el yogurt, al leer la noticia de un nuevo desfalco en nuestra patria querida y cada vez más desvencijada. Ahora fue el turno de Enciclomedia. Lo que hace dos años se lanzo con fuegos artificiales y programación especial de los medios televisivos como algo excepcional y que traería el desarrollo esperado por generaciones, resultó un fiasco; un verdadero robo a la nación. Hoy, empresas afectadas por la cancelación del famoso lanzamiento, reclaman 600 millones de pesos por ello. En su tiempo, muchos levantaron la voz exigiendo realidades, puesto que argumentaban, con razón, que muchas escuelas ni siquiera tenían la infraestructura adecuada para un funcionamiento normal, menos aun, para recibir un envío de esa tecnología.
Lo que hay que observar, es que aquí, como en otras circunstancias similares, no existen responsables del fracaso, no existen culpables de dilapidar el patrimonio de todos nosotros. Son unos afortunados, pues, si estuviesen trabajando para la iniciativa privada, no podrían cometer esos excesos y esas tonterías. Porqué, amén de echalos a la calle, pagarían sus irresponsabilidades de alguna manera. Estos mismos personajes, si fuera su capital el que estuviera en riesgo, de seguro lo harían mucho mejor aunque su capacidad no les ayudara.
Pero, no es el único caso, también circula la versión, de que otra de las presunciones del sexenio del prozac, la presa El cajón, ha requerido mantenimiento porque parece ser existen ¡grietas! Y que me dice usted, de la magna biblioteca que la señora Bermúdez presumió como la obra cultural del sexenio. Al parecer, hay un base de agua no prevista. Y, de la enésima compostura de la carretera México-Acapulco que nos costará unos millóncejos más. Sin lugar a dudas, con todo lo tirado en esa carretera y lo que nos ha costado al rescatar a los ladrones que la hicieron, podría el gobierno federal, haber dado mantenimiento a toda la red carretera que tanto lo pide a gritos.
Y no le sigo, porque sino le amargo el fin de semana. Pero, ¿verdad que son unos agraciados aquellos empresarios coludidos con los burócratas corruptos que vacían las chequeras de nuestro pueblo?. Mientras tanto, usted, como empleado, sufre para poder cubrir todos los gastos necesarios. Usted como comerciante, pasa las de Caín, para no subir los precios y perder clientela. Usted como empresario, ve con tristeza, como su plantilla laboral ya no junta dos equipos de voleibol. Usted como profesionista, tiene que ir hasta la central de abastos a comprar las cosas necesarias para prepara los tacos que vende. Y todos como ciudadanos, vemos con amargura y rabia contenida, como una bola de rateros gozan de impunidad y todavía tienen el descaro de burlarse de nosotros al ocupar puestos como si su labor fuera necesaria.
Mientras, prepárese, pues, José Ángel Gurría (el nefasto funcionario público) que ahora preside la OCDE, ya dio su veredicto. El gobierno federal, tiene que cobrar el impuesto al valor agregado (IVA), a los alimentos y medicinas que consumimos. Por lo cual no dude, que el mentado cobro, pasará con nosotros las posadas.
Debemos de ser comprensivos, porqué sino, ¿como podrían seguir malgastando lo poco que nos queda?.
Durante muchos años, he trabajado duramente y he podido comprobar, las dificultades que se tienen al poner un negocio.
No me diga de los apuros para completar la nomina. No importaba dar el tarjetazo (sacar efectivo de la tarjeta de crédito aunque fuera carísimo) para ello. Y los recargos que se pagan al IMSS. Y las declaraciones de hacienda que cada vez son más frecuentes. Y los inspectores de esto y del otro.
Aprendí, que los errores se pagan, a veces, muy caro. También, me di cuenta, que los recursos se agotan a pesar que uno los cuide. Esto básicamente se debe, a la inflación que existiendo, las autoridades lo niegan. Por eso vemos que las empresas terminan descapiltalizadas.
Traigo este cúmulo de recuerdos porque tristemente me doy cuenta, de que nuestro país sigue siendo un país de tercera en donde la justicia se aplica solamente a los desprotegidos del manto divino del poder.
Hoy por la mañana, casi me hace daño el yogurt, al leer la noticia de un nuevo desfalco en nuestra patria querida y cada vez más desvencijada. Ahora fue el turno de Enciclomedia. Lo que hace dos años se lanzo con fuegos artificiales y programación especial de los medios televisivos como algo excepcional y que traería el desarrollo esperado por generaciones, resultó un fiasco; un verdadero robo a la nación. Hoy, empresas afectadas por la cancelación del famoso lanzamiento, reclaman 600 millones de pesos por ello. En su tiempo, muchos levantaron la voz exigiendo realidades, puesto que argumentaban, con razón, que muchas escuelas ni siquiera tenían la infraestructura adecuada para un funcionamiento normal, menos aun, para recibir un envío de esa tecnología.
Lo que hay que observar, es que aquí, como en otras circunstancias similares, no existen responsables del fracaso, no existen culpables de dilapidar el patrimonio de todos nosotros. Son unos afortunados, pues, si estuviesen trabajando para la iniciativa privada, no podrían cometer esos excesos y esas tonterías. Porqué, amén de echalos a la calle, pagarían sus irresponsabilidades de alguna manera. Estos mismos personajes, si fuera su capital el que estuviera en riesgo, de seguro lo harían mucho mejor aunque su capacidad no les ayudara.
Pero, no es el único caso, también circula la versión, de que otra de las presunciones del sexenio del prozac, la presa El cajón, ha requerido mantenimiento porque parece ser existen ¡grietas! Y que me dice usted, de la magna biblioteca que la señora Bermúdez presumió como la obra cultural del sexenio. Al parecer, hay un base de agua no prevista. Y, de la enésima compostura de la carretera México-Acapulco que nos costará unos millóncejos más. Sin lugar a dudas, con todo lo tirado en esa carretera y lo que nos ha costado al rescatar a los ladrones que la hicieron, podría el gobierno federal, haber dado mantenimiento a toda la red carretera que tanto lo pide a gritos.
Y no le sigo, porque sino le amargo el fin de semana. Pero, ¿verdad que son unos agraciados aquellos empresarios coludidos con los burócratas corruptos que vacían las chequeras de nuestro pueblo?. Mientras tanto, usted, como empleado, sufre para poder cubrir todos los gastos necesarios. Usted como comerciante, pasa las de Caín, para no subir los precios y perder clientela. Usted como empresario, ve con tristeza, como su plantilla laboral ya no junta dos equipos de voleibol. Usted como profesionista, tiene que ir hasta la central de abastos a comprar las cosas necesarias para prepara los tacos que vende. Y todos como ciudadanos, vemos con amargura y rabia contenida, como una bola de rateros gozan de impunidad y todavía tienen el descaro de burlarse de nosotros al ocupar puestos como si su labor fuera necesaria.
Mientras, prepárese, pues, José Ángel Gurría (el nefasto funcionario público) que ahora preside la OCDE, ya dio su veredicto. El gobierno federal, tiene que cobrar el impuesto al valor agregado (IVA), a los alimentos y medicinas que consumimos. Por lo cual no dude, que el mentado cobro, pasará con nosotros las posadas.
Debemos de ser comprensivos, porqué sino, ¿como podrían seguir malgastando lo poco que nos queda?.
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