Por Millán
“Wilfredo Robledo, Enrique Peña Nieto y Vicente Fox deben tener el castigo que merecen, ellos son los que estuvieron detrás de la represión, ellos son los que tienen que pagar. ¡No aceptamos el engaño, exigimos la renuncia de estos tres traidores de la patria, que se larguen Peña Nieto, Wilfredo Robledo y Vicente Fox!” , fueron las palabras del pueblo de San Salvador Atenco y del pueblo de México en voz de América Del Valle, perseguida por el gobierno para encarcelarla por delitos que no cometió, pronunciadas con motivo de la marcha nacional el 28 de mayo del año pasado en el zócalo capitalino.
“¡No permitamos que estos tres criminales le sigan haciendo daño a nuestro México! No dejemos que sigan ordenando violaciones de mujeres, ni encarcelamientos de luchadores sociales” agregó en su discurso desde su refugio en la clandestinidad, enviado en formato MP3 ante la imposibilidad de pronunciarlo personalmente.
Casi nueve meses después, el primero de los tres personajes en la lista, quien encabezara la incursión de las fuerzas federales en Texcoco y San Salvador Atenco, fue separado de su cargo al frente de la Agencia de Seguridad mexiquense a unos días de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación aceptara investigar presuntas violaciones a las garantías fundamentales de pobladores de ambos municipios durante la represión policíaca de los días 3 y 4 de mayo de 2006, con saldo de cientos de lesionados, detenidos y torturados.
Oficialmente ya Robledo Madrid estaba siendo investigado por la Secretaría de la Contraloría del gobierno mexiquense, por incurrir en el delito de nepotismo al emplear a su hijo, Mario Robledo Segura, como subdirector de los cuerpos auxiliares del estado de México.
El vicealmirante llegó a hacerse cargo de la Dirección General de Seguridad Pública y Tránsito del estado de México por invitación del gobernador Enrique Peña Nieto, a quién en su momento le importó ‘un comino' que Robledo se encontrara inhabilitado por la Secretaría de la Función Pública por detectar irregularidades en la adquisición de helicópteros en la Policía Federal Preventiva, cuando el militar la encabezaba.
Posteriormente, en febrero de 2006, Robledo Madrid asumió el cargo de comisionado de la Agencia de Seguridad Estatal (dependencia que hasta el día de hoy es ilegal en el marco jurídico del estado, ya que nunca se hicieron las modificaciones pertinentes para su creación y operación), en la que permaneció al frente hasta el día de ayer.
Este no oscuro, sino tenebroso individuo llamado Wilfredo Robledo, fue quién -como jefe de esa fracción del ejército disfrazada como Policía Federal Preventiva-, organizó la toma ilegal de la UNAM en el 2000, violando la autonomía universitaria.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Comisión Civil Internacional de Derechos Humanos, el Centro Agustín Pro y hasta Amnistía Internacional han acreditado que en los mal llamados ‘ operativos' policíacos efectuados en Atenco y en el traslado de los detenidos al penal de Santiaguito no sólo hubo exceso de violencia, sino actos de tortura y abusos sexuales. A pesar de ello el gobierno mexiquense, siempre se negó a proceder en contra de los responsables.
Sin embargo, una vez que conoció la determinación de la SCJN, Peña Nieto modificó su postura, sacrificó a su verdugo para cubrirse la espalda y lo despidió bajo el pretexto de que se comprometía a castigar a los responsables de los abusos, pero hoy por hoy correrlo no es suficiente, deberá ser enjuiciado y encarcelado por secuestrador, torturador, violador y asesino.
La supuesta renuncia obedece a una lógica muy elemental; la SCJN atrajo el caso, no por tan justiciera, sino por presiones provenientes de los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos que a su vez han tenido que respaldar las demandas presentadas por ese pequeño pueblo heroico Atenco formado por mujeres y hombres gigantes, ya que sus razones y motivos son inobjetables y… Peña Nieto largó del puesto al tal Robledo, no por buen gobernante, sino por “curarse en salud” –ahora que todavía puede-, ya que tiene inmensa cola que le pisen y sabe muy bien que es el segundo nombre que se lista al principio de este artículo.
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