Por Alvaro Cepeda Neri
I.- Es muy cierto que el foxismo termina en el desastre a la par de síntomas y hechos de revueltas civiles, por la ineficacia de las instituciones que generan ingobernabilidad y la crisis política que produce inestabilidad por todo el país. Para nada sirvió la alternancia, acaso únicamente para acelerar la descomposición social de la nación y la rebatiña de los poderes de las 31 entidades con sus 2 mil 480 municipios, por parte de los (des)gobernadores, sobre todo, priístas, resucitando el antiguo caciquismo autoritario que llena de nubarrones anarquistas, desobediencia civil y el auge de las delincuencias que encabeza el narcotráfico y sus ajustes de cuentas que ha sembrado de cadáveres al país.II.- Esas crisis que anuncian una crisis general se dan también por el conflictivo resultado de las elecciones presidenciales y la continuación de la disputa por una oposición renuente a negociar transacciones y la victoria pírrica del candidato oficial atrapado en el divisionismo del PAN por el botín de los cargos y la presión de sus facciones que van desde la derecha hasta la ultraderecha-religiosa (los "yunquistas" comandados por Ramón Muñoz y Manuel Espino, para llevar agua a sus molinos). Calde-ron no las tiene nada consigo, pues su diferencia de menos de 300 mil votos no lograron consumar el 50 más uno de los ciudadanos a su favor.III.- Y por eso a Calde-ron el IFE, el TRIFE y, al parecer, la mancuerna PRI-PAN (los priístas como partido bisagra: abre y cierra la puerta, chantajeando al PAN si quieren y lo quieren, su apoyo) lo han ungido Presidente legal. Los otros 14 millones y pico de ciudadanos declararon a López Obrador Presidente legítimo. Al panista lo consagrarán el uno de diciembre, en la toma de posesión; al tabasqueño, los integrantes de la Convención, el 20 de noviembre. Es verdad que ya está surtiendo efecto la "cargada" y Calde-ron recibe, para el tradicional "besamanos" a los representantes de las élites empresariales (el primero: Carlos Slim, quien anda "huyendo hacia delante" bombardeado a dos fuegos por el actual secretario de Hacienda, Gil Díaz, y el Gobernador del Banco de México: Guillermo Ortiz.IV.- La nación, entretenida en "¡sálvese el que pueda!" de la delincuencia y con millones de pobres y desempleados mira y comenta que hay desorden civil por todas partes y que en cualquier momento pueden hacer contacto y cerrar el circuito de una rebelión, para no hablar de una posible Revolución (según dicen los analistas, como Ignacio Sotelo, en su nota-ensayo: México, una situación prerrevolucionaria, publicada en El País: 27/IX/06). López Obrador y Calde-ron no se han reunido, para al menos platicar, no obstante los ambiguos llamados del panista para superar el enfrentamiento y sus propuestas de incluir varias ofertas perredistas en su programa que, ingenuamente, llamó: Proyecto México 2030.V.- Calde-ron supone que el PAN, como antes el PRI, se quedará en la Presidencia de la República 30 años (los del priísmo monopolizaron todos los poderes 54 años, de Alemán a Zedillo), cuando las soluciones que reclama, urgentemente el país, son para ya, es decir, para el cortísimo plazo de cuando mucho su sexenio (si lo comienza y si lo termina). Políticas públicas para 24 años es demagogia, ya que la nación está necesitada de respuestas inmediatas. Los problemas de competencia federal están amontonados a las puertas de la presidencia y sus instituciones, actualmente paralizadas, del Poder Ejecutivo Federal.VI.- También tenemos enfrente la quiebra de la impartición de justicia. No hay un tribunal de jueces, magistrados y ministros, desde los estados, el Distrito Federal y el Poder Judicial de la Federación, donde las perversidades y putrefacción no vendan las resoluciones, empezando por las triquiñuelas y corrupción de los ministerios públicos. Los mexicanos tienen un profundo malestar que raya en la ira, contra las policías y esos tribunales, donde son esquilmados, robados, torturados y quedan libres los delincuentes mientras las víctimas nunca reciben justicia.VII.- Calde-ron no tiene, todavía, idea de lo que le espera. Y López Obrador pasa por alto de lo que se salvó. El michoacano-panista, con todo y las "cualidades" que ya le encontraron quienes hacen fila para saludarlo al estilo japonés: con genuflexiones, para ponerse incondicionalmente a sus órdenes, no parece un profeta armado. Y los problemas nacionales son como para un Estadista, y no simplemente para quien salió airoso como candidato del PAN (dentro de sus luchas intestinas de Fox, la cónyuge, Espino y demás ultraderechistas que lo combatieron), pero no se preparó para Presidente de la República.VIII.- Así, en lugar de una fiesta debería organizar un funeral y cargar sobre sus hombros y los de sus más allegados su propia renuncia, porque está difícil que pueda desempeñar el doble cargo de Jefe de Gobierno y Jefe de Estado. Y no tiene los suficientes colaboradores, mujeres y hombres, capaces de sacrificarse por ejercer las obligaciones de la tarea titánica que les espera. Calde-ron mismo (quien presentará la lista de sus compañeros de viaje hasta el último día de noviembre) no tiene o no ha demostrado capacidad po-lí-ti-ca para maniobrar los virajes que necesita de nuevo la alternancia, fallida con Fox.IX.- En cambio López Obrador debería organizar una fiesta e invitar a todos los que contribuyeron, con su crítica, sus ataques y hasta campañas sucias, para agradecerles su derrota que, en seis años más, puede transformarse en una victoria si sabe ser un hombre a la espera al frente de una oposición propositiva. El foxismo y demás integrantes de las élites pusieron, en el camino sexenal 2006-2012, una serie de trampas, limitaciones y amarres, creyendo que López Obrador ganaba (como lo parecía, ya que tres días antes tenía cuatro puntos arriba).X.- AMLO, pues, es quien salió victorioso, si analizamos el triunfo de Calde-ron y las condiciones con las que intentará gobernar: el país es un desastre económico, un hervidero de inconformidades sociales y una crisis política de consecuencias imprevisibles. López Obrador pierde-ganando. Calde-ron gana-perdiendo. éste asiste a un funeral. Aquél a una fiesta. Es mejor estar en la oposición que en Los Pinos.
cepedaneri@prodigy.net.mx
I.- Es muy cierto que el foxismo termina en el desastre a la par de síntomas y hechos de revueltas civiles, por la ineficacia de las instituciones que generan ingobernabilidad y la crisis política que produce inestabilidad por todo el país. Para nada sirvió la alternancia, acaso únicamente para acelerar la descomposición social de la nación y la rebatiña de los poderes de las 31 entidades con sus 2 mil 480 municipios, por parte de los (des)gobernadores, sobre todo, priístas, resucitando el antiguo caciquismo autoritario que llena de nubarrones anarquistas, desobediencia civil y el auge de las delincuencias que encabeza el narcotráfico y sus ajustes de cuentas que ha sembrado de cadáveres al país.II.- Esas crisis que anuncian una crisis general se dan también por el conflictivo resultado de las elecciones presidenciales y la continuación de la disputa por una oposición renuente a negociar transacciones y la victoria pírrica del candidato oficial atrapado en el divisionismo del PAN por el botín de los cargos y la presión de sus facciones que van desde la derecha hasta la ultraderecha-religiosa (los "yunquistas" comandados por Ramón Muñoz y Manuel Espino, para llevar agua a sus molinos). Calde-ron no las tiene nada consigo, pues su diferencia de menos de 300 mil votos no lograron consumar el 50 más uno de los ciudadanos a su favor.III.- Y por eso a Calde-ron el IFE, el TRIFE y, al parecer, la mancuerna PRI-PAN (los priístas como partido bisagra: abre y cierra la puerta, chantajeando al PAN si quieren y lo quieren, su apoyo) lo han ungido Presidente legal. Los otros 14 millones y pico de ciudadanos declararon a López Obrador Presidente legítimo. Al panista lo consagrarán el uno de diciembre, en la toma de posesión; al tabasqueño, los integrantes de la Convención, el 20 de noviembre. Es verdad que ya está surtiendo efecto la "cargada" y Calde-ron recibe, para el tradicional "besamanos" a los representantes de las élites empresariales (el primero: Carlos Slim, quien anda "huyendo hacia delante" bombardeado a dos fuegos por el actual secretario de Hacienda, Gil Díaz, y el Gobernador del Banco de México: Guillermo Ortiz.IV.- La nación, entretenida en "¡sálvese el que pueda!" de la delincuencia y con millones de pobres y desempleados mira y comenta que hay desorden civil por todas partes y que en cualquier momento pueden hacer contacto y cerrar el circuito de una rebelión, para no hablar de una posible Revolución (según dicen los analistas, como Ignacio Sotelo, en su nota-ensayo: México, una situación prerrevolucionaria, publicada en El País: 27/IX/06). López Obrador y Calde-ron no se han reunido, para al menos platicar, no obstante los ambiguos llamados del panista para superar el enfrentamiento y sus propuestas de incluir varias ofertas perredistas en su programa que, ingenuamente, llamó: Proyecto México 2030.V.- Calde-ron supone que el PAN, como antes el PRI, se quedará en la Presidencia de la República 30 años (los del priísmo monopolizaron todos los poderes 54 años, de Alemán a Zedillo), cuando las soluciones que reclama, urgentemente el país, son para ya, es decir, para el cortísimo plazo de cuando mucho su sexenio (si lo comienza y si lo termina). Políticas públicas para 24 años es demagogia, ya que la nación está necesitada de respuestas inmediatas. Los problemas de competencia federal están amontonados a las puertas de la presidencia y sus instituciones, actualmente paralizadas, del Poder Ejecutivo Federal.VI.- También tenemos enfrente la quiebra de la impartición de justicia. No hay un tribunal de jueces, magistrados y ministros, desde los estados, el Distrito Federal y el Poder Judicial de la Federación, donde las perversidades y putrefacción no vendan las resoluciones, empezando por las triquiñuelas y corrupción de los ministerios públicos. Los mexicanos tienen un profundo malestar que raya en la ira, contra las policías y esos tribunales, donde son esquilmados, robados, torturados y quedan libres los delincuentes mientras las víctimas nunca reciben justicia.VII.- Calde-ron no tiene, todavía, idea de lo que le espera. Y López Obrador pasa por alto de lo que se salvó. El michoacano-panista, con todo y las "cualidades" que ya le encontraron quienes hacen fila para saludarlo al estilo japonés: con genuflexiones, para ponerse incondicionalmente a sus órdenes, no parece un profeta armado. Y los problemas nacionales son como para un Estadista, y no simplemente para quien salió airoso como candidato del PAN (dentro de sus luchas intestinas de Fox, la cónyuge, Espino y demás ultraderechistas que lo combatieron), pero no se preparó para Presidente de la República.VIII.- Así, en lugar de una fiesta debería organizar un funeral y cargar sobre sus hombros y los de sus más allegados su propia renuncia, porque está difícil que pueda desempeñar el doble cargo de Jefe de Gobierno y Jefe de Estado. Y no tiene los suficientes colaboradores, mujeres y hombres, capaces de sacrificarse por ejercer las obligaciones de la tarea titánica que les espera. Calde-ron mismo (quien presentará la lista de sus compañeros de viaje hasta el último día de noviembre) no tiene o no ha demostrado capacidad po-lí-ti-ca para maniobrar los virajes que necesita de nuevo la alternancia, fallida con Fox.IX.- En cambio López Obrador debería organizar una fiesta e invitar a todos los que contribuyeron, con su crítica, sus ataques y hasta campañas sucias, para agradecerles su derrota que, en seis años más, puede transformarse en una victoria si sabe ser un hombre a la espera al frente de una oposición propositiva. El foxismo y demás integrantes de las élites pusieron, en el camino sexenal 2006-2012, una serie de trampas, limitaciones y amarres, creyendo que López Obrador ganaba (como lo parecía, ya que tres días antes tenía cuatro puntos arriba).X.- AMLO, pues, es quien salió victorioso, si analizamos el triunfo de Calde-ron y las condiciones con las que intentará gobernar: el país es un desastre económico, un hervidero de inconformidades sociales y una crisis política de consecuencias imprevisibles. López Obrador pierde-ganando. Calde-ron gana-perdiendo. éste asiste a un funeral. Aquél a una fiesta. Es mejor estar en la oposición que en Los Pinos.
cepedaneri@prodigy.net.mx
!! Sufragio efectivo No Imposición !!
!! AMLO Presidente Legitimo de los Mexicanos !!
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