The Devil Wears Prada. El diablo viste a la moda. El título perfecto para la trayectoria de Elba Esther Gordillo; la descripción idónea para el papel que ha desempeñado en la pantalla grande de la política nacional. Manipuladora, calculadora, omnipresente, amenazante.Fascinada con el poder y con todas las cosas bellas que puede comprar al usarlo. Ahora posicionándose para pisar fuerte y con tacones altos en la pasarela del próximo gobierno. El diablo que todos quieren conocer y del cual Felipe Calderón parece no tener más remedio que depender. La reina detestablemente necesaria de un paraje feudal que es el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Alguien que en su libro “El paseo de las reformas” critica a la clase política, por ser parte del problema, y aún no entiende que ella también lo es. Por el tipo de liderazgo que tiene y cómo lo ejerce. Por la manera en la cual está acostumbrada a hacer política y cómo retrasa su evolución. El apoyo que ofrece a cambio de las prebendas que garantiza; la lealtad que vende a cambio de los recursos que obtiene; la movilización política que asegura, a cambio los privilegios sindicales que logra mantener. Sexenio tras sexenio, prometiéndole apoyo al presidente en turno para que no tenga problemas con el sindicato. Para que no haya pleitos ni movilizaciones ni confrontaciones como las de Oaxaca. La mujer que se dice artífice de la modernización, pero no pelea por ella en el ámbito de la educación. La lideresa que apoya las reformas estructurales, mientras no ocurran a fondo en su sector. La que quiere puestos para sí misma o “su gente” en el gabinete, pero que no se compromete a encabezar la revolución educativa que el país necesita desde allí.Porque los 41 mil millones de pesos que Vicente Fox -con el anunciado aval de Felipe Calderón - le entregará al SNTE, son señal de más de lo mismo. Evidencia de las añejas maneras de relación y las viejas formas de entendimiento, vivas aún y estrangulando la educación de un país que necesita reformarla. La anuencia sindical a cambio de la dádiva gubernamental. La mano extendida para aceptar la prebenda indispensable. Unos chantajean y otros se dejan chantajear. Unos quieren aumentar el alcance de sus canonjías y otros no tienen la audacia política para acotarlas. Unos exigen más dinero en nombre de los maestros y otros acceden erogarlo para establecer alianzas de conveniencia con quienes -como Elba Esther Gordillo-, viven de sus cuotas. Unos abogando aumentos para quienes ganan 3,000 pesos y otros erogando millones sabiendo que en realidad, la burocracia sindical se los embolsará. Unos exigiendo la rezonificación y otros accediendo a ella para postergar el problema en lugar de resolverlo.¿Y las verdaderas víctimas de esta complicidad constante? 6 de cada 10 alumnos que no concluyen secundaria con conocimientos básicos de matemáticas. 4 de cada 10 alumnos que tampoco los obtienen en Español. Una “líder moral” del SNTE más preocupada por empoderar a sus allegados que por educar mexicanos. Un sistema educativo que cuesta mucho pero que rinde poco, sobre todo cuando se le compara con el de otros países de la OCDE. Una visión de la educación centrada más en la cobertura que en la calidad. Una política educativa uniforme para un país que no lo es. Una “descentralización educativa” que sólo le entrega nóminas y edificios e instalaciones de las escuelas a los Estados, pero no les otorga control sobre la política laboral. Un grupo de maestros cuyo ingreso promedio está muy por encima del resto de los mexicanos. Un sindicato beligerante que exige más recursos, pero no parece dispuesto a modernizarse para conseguirlos. Todo aquello que describe Eduardo Andere en el libro “La educación en México: Un fracaso monumental”. Y peor aún: Una educación que no le permite a México competir y hablar con el mundo. Una educación que crea ciudadanos apáticos entrenados a obedecer en vez de actuar. Entrenados a memorizar en vez de cuestionar. Entrenados a aceptar los problemas en vez de preguntarse cómo resolverlos. Entrenados a hincarse ante la autoridad en vez de llamarla a rendir cuentas. Allí están, millones de niños mexicanos, coloreando figuras de héroes mexicanos muertos, aprendiendo historias de victimización, rindiéndole tributo al pasado antes de pensar en el futuro. Una educación a base de mitos que buscaron construir una identidad nacional y lo han logrado: México, el país que produce empleados en lugar de emprendedores. México, el país que produce personas orgullosamente nacionalistas, pero educativamente atrasadas. México, el país que enseña a sus habitantes a lidiar con un entorno que ya no existe. México, el país donde Elba Esther Gordillo se viste a la moda pero millones jamás lo lograrán.México sólo prosperará cuando su gente esté educada y muy bien educada. Y eso entrañará, de entrada, reconocerlo y actuar en consecuencia. Hacer lo que han hecho países como Corea del Sur e Irlanda e India y China. Entender a la educación como un factor crucial para la movilidad social. Entender a la educación como un reto principal y no sólo como una variable residual. Entender que México está en riesgo y llegó el momento de sonar la alarma. Para acordar, para invertir, para evaluar, para enseñar a los mexicanos todo aquello que están aprendiendo los chinos. Y reformar el contenido de la educación como ellos lo están haciendo. Con libros que enfatizan la economía, la tecnología y la globalización. Con textos que subrayan la importancia del conocimiento y la innovación. Con lecturas donde temas como Mao y el socialismo han quedado reducidos a un sólo párrafo. Una educación centrada menos en la ideología y la identidad nacional y más en cómo avanzar en el mundo.Ojalá que Felipe Calderón lo entienda así. Ojalá comprenda que para modernizar a México habrá que empezar por los maestros y quien los controla. Ojalá le quede claro que “La Maestra” puede ser una aliada, pero habrá que obligarla a actuar y a pactar de otra manera, con otros objetivos. Y ojalá que la interlocución del nuevo gobierno con Elba Esther Gordillo refleje este imperativo. Porque si ella sigue imponiendo los términos de la relación, el presidente electo no podrá cambiarla en su propio beneficio. Porque si ella sigue obteniendo recursos y puestos y posiciones sin ofrecer reformas educativas a cambio, convertirá a Calderón en otro presidente que prefiere pagar antes que transformar. Y demostrará que ella sigue siendo capaz de determinar la moda del país, cuando es cada vez más claro que insiste en vestirse a la antiguita. 23/10/2006
Alguien que en su libro “El paseo de las reformas” critica a la clase política, por ser parte del problema, y aún no entiende que ella también lo es. Por el tipo de liderazgo que tiene y cómo lo ejerce. Por la manera en la cual está acostumbrada a hacer política y cómo retrasa su evolución. El apoyo que ofrece a cambio de las prebendas que garantiza; la lealtad que vende a cambio de los recursos que obtiene; la movilización política que asegura, a cambio los privilegios sindicales que logra mantener. Sexenio tras sexenio, prometiéndole apoyo al presidente en turno para que no tenga problemas con el sindicato. Para que no haya pleitos ni movilizaciones ni confrontaciones como las de Oaxaca. La mujer que se dice artífice de la modernización, pero no pelea por ella en el ámbito de la educación. La lideresa que apoya las reformas estructurales, mientras no ocurran a fondo en su sector. La que quiere puestos para sí misma o “su gente” en el gabinete, pero que no se compromete a encabezar la revolución educativa que el país necesita desde allí.Porque los 41 mil millones de pesos que Vicente Fox -con el anunciado aval de Felipe Calderón - le entregará al SNTE, son señal de más de lo mismo. Evidencia de las añejas maneras de relación y las viejas formas de entendimiento, vivas aún y estrangulando la educación de un país que necesita reformarla. La anuencia sindical a cambio de la dádiva gubernamental. La mano extendida para aceptar la prebenda indispensable. Unos chantajean y otros se dejan chantajear. Unos quieren aumentar el alcance de sus canonjías y otros no tienen la audacia política para acotarlas. Unos exigen más dinero en nombre de los maestros y otros acceden erogarlo para establecer alianzas de conveniencia con quienes -como Elba Esther Gordillo-, viven de sus cuotas. Unos abogando aumentos para quienes ganan 3,000 pesos y otros erogando millones sabiendo que en realidad, la burocracia sindical se los embolsará. Unos exigiendo la rezonificación y otros accediendo a ella para postergar el problema en lugar de resolverlo.¿Y las verdaderas víctimas de esta complicidad constante? 6 de cada 10 alumnos que no concluyen secundaria con conocimientos básicos de matemáticas. 4 de cada 10 alumnos que tampoco los obtienen en Español. Una “líder moral” del SNTE más preocupada por empoderar a sus allegados que por educar mexicanos. Un sistema educativo que cuesta mucho pero que rinde poco, sobre todo cuando se le compara con el de otros países de la OCDE. Una visión de la educación centrada más en la cobertura que en la calidad. Una política educativa uniforme para un país que no lo es. Una “descentralización educativa” que sólo le entrega nóminas y edificios e instalaciones de las escuelas a los Estados, pero no les otorga control sobre la política laboral. Un grupo de maestros cuyo ingreso promedio está muy por encima del resto de los mexicanos. Un sindicato beligerante que exige más recursos, pero no parece dispuesto a modernizarse para conseguirlos. Todo aquello que describe Eduardo Andere en el libro “La educación en México: Un fracaso monumental”. Y peor aún: Una educación que no le permite a México competir y hablar con el mundo. Una educación que crea ciudadanos apáticos entrenados a obedecer en vez de actuar. Entrenados a memorizar en vez de cuestionar. Entrenados a aceptar los problemas en vez de preguntarse cómo resolverlos. Entrenados a hincarse ante la autoridad en vez de llamarla a rendir cuentas. Allí están, millones de niños mexicanos, coloreando figuras de héroes mexicanos muertos, aprendiendo historias de victimización, rindiéndole tributo al pasado antes de pensar en el futuro. Una educación a base de mitos que buscaron construir una identidad nacional y lo han logrado: México, el país que produce empleados en lugar de emprendedores. México, el país que produce personas orgullosamente nacionalistas, pero educativamente atrasadas. México, el país que enseña a sus habitantes a lidiar con un entorno que ya no existe. México, el país donde Elba Esther Gordillo se viste a la moda pero millones jamás lo lograrán.México sólo prosperará cuando su gente esté educada y muy bien educada. Y eso entrañará, de entrada, reconocerlo y actuar en consecuencia. Hacer lo que han hecho países como Corea del Sur e Irlanda e India y China. Entender a la educación como un factor crucial para la movilidad social. Entender a la educación como un reto principal y no sólo como una variable residual. Entender que México está en riesgo y llegó el momento de sonar la alarma. Para acordar, para invertir, para evaluar, para enseñar a los mexicanos todo aquello que están aprendiendo los chinos. Y reformar el contenido de la educación como ellos lo están haciendo. Con libros que enfatizan la economía, la tecnología y la globalización. Con textos que subrayan la importancia del conocimiento y la innovación. Con lecturas donde temas como Mao y el socialismo han quedado reducidos a un sólo párrafo. Una educación centrada menos en la ideología y la identidad nacional y más en cómo avanzar en el mundo.Ojalá que Felipe Calderón lo entienda así. Ojalá comprenda que para modernizar a México habrá que empezar por los maestros y quien los controla. Ojalá le quede claro que “La Maestra” puede ser una aliada, pero habrá que obligarla a actuar y a pactar de otra manera, con otros objetivos. Y ojalá que la interlocución del nuevo gobierno con Elba Esther Gordillo refleje este imperativo. Porque si ella sigue imponiendo los términos de la relación, el presidente electo no podrá cambiarla en su propio beneficio. Porque si ella sigue obteniendo recursos y puestos y posiciones sin ofrecer reformas educativas a cambio, convertirá a Calderón en otro presidente que prefiere pagar antes que transformar. Y demostrará que ella sigue siendo capaz de determinar la moda del país, cuando es cada vez más claro que insiste en vestirse a la antiguita. 23/10/2006
!! Sufragio Efectivo No Imposición !!
!! AMLO Presidente Legitimo de los Mexicanos !!
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