viernes, enero 26, 2007

Un grito de ayuda en la soledad

Reflexión enviada por Hilda Venegas:

Recuerdo el caso de una mujer ya mayor. Teniendo yo la edad apenas de 13 años se acercó a mí. Su aspecto era de una mujer de edad ya avanzada, sus ojos ocultaban una profunda tristeza que era cobijada en el color oscuro de los mismos. Su sonrisa, era como un cofre que al ser abierto revelaba los valiosos tesoros de la vida.

Sin dudarlo acerqué unas sillas, quería platicar y yo estaba dispuesta a escucharla. No tenía mucha práctica con mujeres de edad tan adulta, pero, ésta para mi era diferente. Sabía que podía aprender de ella, que tenía tantas historias que podía compartir conmigo y la mire esperando que comenzara a hablar.

Pasaron unos minutos, exactamente no sé cuantos, pero el silencio nos embargó, en ningún momento palabras salieron de su boca. Lo más extraño es que ella me miraba y sentí tanta nostalgia cuando sus ojos fueron llenos de lágrimas. Se paró y me dijo –gracias-, -por qué, no hice nada- le dije. Ella contestó – porque tu silencio hizo más que todos aquellos insultos que mi familia me ha dicho- y así se marchó.

Por qué cuento esto, porque son muchas las ocasiones en que ya no buscamos un consejo. Solamente queremos un silencio, una mirada que vea hacia nuestros ojos y sin palabras nos demuestre que esa persona está dispuesta a escuchar nuestros silencios y aprender de ellos.

Un error que hemos cometido es arrumbar a nuestros adultos mayores, olvidándonos que en los momentos de enfermedad ellos estuvieron ahí, que cuando necesitábamos de un consejo, su cabello cano nos daba la seguridad para confiar en sus experiencias en sus aciertos y errores.

Recuerda que queremos un cambio en México, por qué no empezar ese cambio valorando lo más valioso, nuestros adultos mayores.


Guadalupe H
una mujer por la democracia
UACM
Fecha: Thu, 25 Jan 2007 16:27:11 +0000

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