Eduardo Ibarra Aguirre
Que la crítica de la opinión pública y publicada sirve a los gobernantes, lo demuestra parcialmente Felipe (del Sagrado Corazón) de Jesús Calderón Hinojosa. Nombre completo --cuando menos bautismal, sino es que también civil-- con el que siempre se hace referencia en Utopía al hoy inquilino principal de Los Pinos, pero que varios lectores estiman como falta de respeto a las creencias religiosas. Nunca ha sido el propósito. Pero rectifico para no ofender a nadie.
Pues bien, Felipe de Jesús, como sí reconoce públicamente que se llama, recibió el sable de mando que “desde la antigüedad es la distinción de la señoría, del mando y del liderazgo del guía que conduce a sus subordinados a través de la batalla”, como explicó Mariano Francisco Saynés Mendoza, titular de la Secretaría de Marina, en la ceremonia organizada especialmente para ese propósito, tal y como años antes se le entregó también a Vicente Fox Quesada.
Seguramente para no brindarles más material de trabajo a los agudos caricaturistas y los comentaristas críticos, en esta ocasión no se le ocurrió al michoacano disfrazarse de general de cinco estrellas y con uniforme de campaña.
En el sexto encuentro con las fuerzas armadas de las que constitucionalmente es comandante supremo, utilice o no el disfraz, efectuado en los primeros 50 días de su gobierno, Calderón Hinojosa declaró una súper obviedad: “Seré un presidente cercano a las fuerzas armadas”. Es ineludible el sabio, como casi todos, dicho popular: ¡Dime de qué presumes y te diré de qué careces!
Después vino el gran compromiso, la definición:
“Estamos decididos a no tolerar desafíos a la autoridad del Estado”. Y enseguida se pusieron a temblar, ante el despliegue oratorio, Roberto González Barrera (Maseca), Raymundo Gómez Flores (Minsa y exitosísimo prestanombres), Rogelio José Ganem (representante de Cargill), los dirigentes de la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías, así como los de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales.
Pero antes impusieron --pactaron, dice la Presidencia de la República en una intensa campaña radiofónica y televisiva-- un alza de 40 por ciento al precio de la tortilla, aprovechando los incrementos del maíz en el mercado internacional. Y a renglón seguido se burlan del acuerdo firmado con Calderón Hinojosa, y persiste el predominio de la anarquía en los precios del kilo de tortillas de entre 9 y 11 pesos, cuando el autorizado fue de $8.50.
Evidencian, así, la debilidad presidencial de origen y lo someten a una primera prueba política.
Si los dos monopolios de la masa de maíz, la trasnacional de las semillas y los poderosos intermediarios exhiben en toda su magnitud la incapacidad del gobierno de Calderón Hinojosa para proteger mínimamente a los sectores más vulnerables de la población, ¿qué podemos esperar de su escandalosa ofensiva contra el narcotráfico y el crimen organizado?
La asfixiante campaña mediática –con aviso previo de los días, los estados y ciudades en que se realizarán los operativos militares y policiacos-- no va a disminuir la capacidad de operación y la eficacia de los cárteles. Salvo que sólo se pretenda enviar un mensaje político de que se acabó la impunidad y el desastre que dejó Fox Quesada, como sostiene --seis años después, por supuesto-- Joaquín López-Dóriga.
La polémica entrega al gobierno de Estados Unidos de Osiel Cárdenas Guillén y nueve capos operativos más del narcotráfico, acaso podría ser un golpe severo, sólo que son piezas que ya no resultan funcionales al negocio más lucrativo del país y de la aldea global, y sin cuyo concurso la economía mexicana y la del orbe se desplomarían.
Acuse de recibo
El Comité para la Protección de los Periodistas está alarmado por las amenazas que recibe Sanjuana Martínez por su trabajo sobre las acusaciones contra el sacerdote católico Nicolás Aguilar por haber abusado sexualmente de docenas de niños en México y Estados Unidos, y contra los cardenales Norberto Rivera Carrera y Roger Mahony por brindarle protección... Escribe Joel Ortega Juárez: “Nuevamente gracias y felicitaciones por el artículo en torno al Debate Impostergable (10-I-07). Nunca hay que caer en la intolerancia y el fanatismo. Estás jugando un papel muy valioso, en la promoción del diálogo y el encuentro entre muchos antiguos compañeros. Eso sólo premia tu trayectoria como amigo, militante y periodista”... Jesús Vérver y Vargas Macías quiere “dejar constancia de mi reconocimiento a tu gran trabajo y te envío una calurosa felicitación con motivo del 2007...” Y concluye: “Disfruto la Utopía con la firme esperanza de que algún día accedamos a la realización de nuestros sueños y después superarlos, y me informo con la veracidad que te caracteriza, ojalá se bajaran un poco los adjetivos para que fuera más ágil y más rápido de leer, pero tú sabes tu chamba.”
forum@forumenlinea.com
www.forumenlinea.com
Que la crítica de la opinión pública y publicada sirve a los gobernantes, lo demuestra parcialmente Felipe (del Sagrado Corazón) de Jesús Calderón Hinojosa. Nombre completo --cuando menos bautismal, sino es que también civil-- con el que siempre se hace referencia en Utopía al hoy inquilino principal de Los Pinos, pero que varios lectores estiman como falta de respeto a las creencias religiosas. Nunca ha sido el propósito. Pero rectifico para no ofender a nadie.
Pues bien, Felipe de Jesús, como sí reconoce públicamente que se llama, recibió el sable de mando que “desde la antigüedad es la distinción de la señoría, del mando y del liderazgo del guía que conduce a sus subordinados a través de la batalla”, como explicó Mariano Francisco Saynés Mendoza, titular de la Secretaría de Marina, en la ceremonia organizada especialmente para ese propósito, tal y como años antes se le entregó también a Vicente Fox Quesada.
Seguramente para no brindarles más material de trabajo a los agudos caricaturistas y los comentaristas críticos, en esta ocasión no se le ocurrió al michoacano disfrazarse de general de cinco estrellas y con uniforme de campaña.
En el sexto encuentro con las fuerzas armadas de las que constitucionalmente es comandante supremo, utilice o no el disfraz, efectuado en los primeros 50 días de su gobierno, Calderón Hinojosa declaró una súper obviedad: “Seré un presidente cercano a las fuerzas armadas”. Es ineludible el sabio, como casi todos, dicho popular: ¡Dime de qué presumes y te diré de qué careces!
Después vino el gran compromiso, la definición:
“Estamos decididos a no tolerar desafíos a la autoridad del Estado”. Y enseguida se pusieron a temblar, ante el despliegue oratorio, Roberto González Barrera (Maseca), Raymundo Gómez Flores (Minsa y exitosísimo prestanombres), Rogelio José Ganem (representante de Cargill), los dirigentes de la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías, así como los de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales.
Pero antes impusieron --pactaron, dice la Presidencia de la República en una intensa campaña radiofónica y televisiva-- un alza de 40 por ciento al precio de la tortilla, aprovechando los incrementos del maíz en el mercado internacional. Y a renglón seguido se burlan del acuerdo firmado con Calderón Hinojosa, y persiste el predominio de la anarquía en los precios del kilo de tortillas de entre 9 y 11 pesos, cuando el autorizado fue de $8.50.
Evidencian, así, la debilidad presidencial de origen y lo someten a una primera prueba política.
Si los dos monopolios de la masa de maíz, la trasnacional de las semillas y los poderosos intermediarios exhiben en toda su magnitud la incapacidad del gobierno de Calderón Hinojosa para proteger mínimamente a los sectores más vulnerables de la población, ¿qué podemos esperar de su escandalosa ofensiva contra el narcotráfico y el crimen organizado?
La asfixiante campaña mediática –con aviso previo de los días, los estados y ciudades en que se realizarán los operativos militares y policiacos-- no va a disminuir la capacidad de operación y la eficacia de los cárteles. Salvo que sólo se pretenda enviar un mensaje político de que se acabó la impunidad y el desastre que dejó Fox Quesada, como sostiene --seis años después, por supuesto-- Joaquín López-Dóriga.
La polémica entrega al gobierno de Estados Unidos de Osiel Cárdenas Guillén y nueve capos operativos más del narcotráfico, acaso podría ser un golpe severo, sólo que son piezas que ya no resultan funcionales al negocio más lucrativo del país y de la aldea global, y sin cuyo concurso la economía mexicana y la del orbe se desplomarían.
Acuse de recibo
El Comité para la Protección de los Periodistas está alarmado por las amenazas que recibe Sanjuana Martínez por su trabajo sobre las acusaciones contra el sacerdote católico Nicolás Aguilar por haber abusado sexualmente de docenas de niños en México y Estados Unidos, y contra los cardenales Norberto Rivera Carrera y Roger Mahony por brindarle protección... Escribe Joel Ortega Juárez: “Nuevamente gracias y felicitaciones por el artículo en torno al Debate Impostergable (10-I-07). Nunca hay que caer en la intolerancia y el fanatismo. Estás jugando un papel muy valioso, en la promoción del diálogo y el encuentro entre muchos antiguos compañeros. Eso sólo premia tu trayectoria como amigo, militante y periodista”... Jesús Vérver y Vargas Macías quiere “dejar constancia de mi reconocimiento a tu gran trabajo y te envío una calurosa felicitación con motivo del 2007...” Y concluye: “Disfruto la Utopía con la firme esperanza de que algún día accedamos a la realización de nuestros sueños y después superarlos, y me informo con la veracidad que te caracteriza, ojalá se bajaran un poco los adjetivos para que fuera más ágil y más rápido de leer, pero tú sabes tu chamba.”
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