viernes, mayo 11, 2007

“Justicia” que Ajusticia

Desde Machetearte
Por Enrique Cisneros


Ahumada: Libre

Atenquenses: 65 Años

Mayel: 18 Años

Mochaorejas: 50 años


De verdad que creen que el pueblo es tarugo ¿Quién les va a creer que Ahumada es una blanca palomita? ¿Quién les va a creer que los campesinos de Atenco, como ellos dicen, son de mayor peligrosidad que el Mochaorejas?

Todo mundo vio en la televisión a Carlos Ahumada repartiendo maletas de dinero, con la intención de sobornar a funcionarios, fue traído de Cuba, donde confesó como se había asociado con Carlos Salinas y con el nefasto Jefe Diego para desacreditar a López Obrador. Con vehemencia se documentaron los fraudes de obras que cobró y no hizo, en fin, al pueblo le queda claro que él, Espinoza Villarreal, Montiel y tantos otros, son ladrones que están en la calle gozando los millones que se robaron o que hicieron con el narcotráfico, como Raúl, el hermano de Carlos Salinas.

A los campesinos, dirigentes de Atenco, los condenaron a 65 años de prisión y ya declararon que funcionarios van a apelar pues consideran que fueron pocos años ya que según afirman, los de Atenco son de alta peligrosidad y van a apelar para que les aumenten la condena a 100 años. Nacho del Valle tiene 52 años de edad.

A los dirigentes de Atenco la gente lo vio en las calles luchando por su tierra, machete en mano, si, pero de no haberlo hecho así, les hubieran hecho lo que les hicieron a los trabajadores del IMSS (por ejemplo): los dejaron protestar, luego los metieron a pelear en tribunales y finalmente les vieron la cara, aprobando la nueva Ley del IMSS. Los campesinos de Atenco pudieron parar el despojo de sus tierras porque se pudieron enérgicos e hicieron recular a Fox que ya estaba vendiendo lo expropiado a inversionistas italianos. Ese fue el delito de los atenquenses, defender su tierra, demostrando que atrás del aeropuerto había un jugoso negocio donde estaba metido el mismo Vicente Fox.

Al sanguinario secuestrador conocido como el “Mochaorejas” lo condenaron a 50 años, al Mayel, lugarteniente de uno de los principales narcos, lo condenaron hace unos días a 18. A Carlos Ahumada lo dejan en libertad ¿De verdad el gobierno pensará que el pueblo es tan tonto para no darse cuenta de lo que hay atrás de esa condena de 65 años que quieren incrementar a 100?

Con este tipo de acciones pareciera que el gobierno está decidido a volver a los tiempos en que cerradas las posibilidades legales, obligan al pueblo a hacer acciones contundentes para defenderse. Así sucedió durante los sesenta setentas, durante el “Diazordacismo”, en que los jóvenes se fueron a las montañas y a las guerrillas urbanas y para liberar a los presos políticos hacían secuestros de funcionarios, cónsules y otros poderosos, para canjearlos por los condenados injustamente ¿A eso le tira el gobierno de Calderón? Todo pinta que si y Calderón se dice preparado para enfrentar lo que llama delincuencia.

Parece que los gobiernos no se dan cuenta que entre más reprimen a un pueblo, más se incrementan las formas de defensa popular.

Allí está la aprobación que hicieron de la Ley del ISSSTE para beneficiar en primera instancia a delincuentes de la talla de Elba Esther Gordillo o Joel Ayala, para después regalar todo el dinero de la jubilaciones de millones de trabajadores a los banqueros. Sin embargo, desde que anunciaron las medidas ha habido protestas, mismas que los medios comerciales de difusión, ignoran o minimizan.

Tan sólo ayer, se instaló un campamento en las afueras de las oficinas nacionales del ISSSTE, mientras más de 50,000 escuelas siguen en paro indefinido. Lo único que se les ha ocurrido afirmar fue que “fue un fracaso el paro”. Creen que minimizando las protestas o ignorándolas las hacen desaparecer. Por el contrario, acciones como el “paro indefinido” va avanzando mediante un plan de acción que pretende que la protesta vaya creciendo paulatinamente.

Y esto está sucediendo en muchos sectores. También el día de ayer, mineros de Lázaro Cárdenas, corridos por la huestes de Napoleón Gómez Urrutia, pusieron un plantón en la Secretaría del Trabajo, exigiendo una mesa de negociación donde estén presentes, Gobernación, la empresa y el gobierno del Estado, para que no sigan despidiendo gente, ni golpeándola, como lo han hecho en varias ocasiones.

Los poderosos pueden hacer muchas maniobras, mucha propaganda, simular que el país está en calma, seguir encarcelando a dirigentes sociales, pero a pesar de ello el descontento crece y ni todo el ejército, ni todas las policías, ni los jueces venales, ni las cárceles, podrán detener el avance popular. Por el contrario se incrementan las contradicciones, aún en el mismo ejército, donde hay tropa (e inclusive mandos) que no están dispuestos a ser usados como represores.

Los momentos de rebelión se están dando en todas la trincheras y en cualquier momento habrá estallidos sociales que no van a poder detener. Ellos mismos lo están propiciando con tanto cinismo y desvergüenza.

Al tiempo.

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