Del correo tenemos varias reflexiones de nuestro amigo Álvaro de la IV República, tenemos 5 partes de como Curarse a sí mismo de la Universidad de la IV República, intercaladas van algunas reflexiones de Navidad y Año Nuevo y algunos videos.
Muchas gracias Álvaro.
Curarse a Sí mismo (Parte I)
La Conspiración de acuario, de Marylin Ferguson, causó una enorme sacudida científica y filosófica en los ochentas y sigue siendo un libro importante y de gran actualidad. Habla sobre el cambio en todos los órdenes: social, político, económico, educativo, médico, espiritual, y, por supuesto, personal... Será un libro de lectura esencial en la Universidad de la IV República, especialmente en los temas del cambio educativo, del cambio en la medicina y del cambio social...
Con este correo comienzo a compartirles algunos párrafos del capítulo dedicado al cambio de paradigma en la salud y en la medicina, para que mis compañeros de la izquierda comprometida que todavía no lo han hecho se animen a respaldar este Proyecto y a difundirlo y a hacerlo exitoso en bien de nuestra IV República y de sus Nuevas Instituciones... Créanme que les será muy valioso leer esto que les iré compartiendo aun cuando no se interesaran por la Universidad de la IV República ni por la Homeopatía, pues Marilyn habla de la Medicina en general y sus conceptos les resultarán muy útiles en el cuidado y atención de su propia salud, sin importar el método o sistema que prefieran...
CURARSE A SÍ MISMO (Marilyn Ferguson)
Salud perfecta y despertar son una misma cosa.
THARTANG TULKU
Algo que estábamos disimulando nos había hecho débiles.
Hasta que descubrimos que éramos nosotros mismos.
ROBERT FROST
La esperanza de una auténtica transformación social no necesita apoyarse en evidencias puramente circunstanciales. Hay un campo de primerísima importancia, el cuidado de la salud, que ha comenzado ya a experimentar un cambio drástico. La inminente transformación de la medicina en un escaparate en que puede verse reflejada la transformación de todas nuestras restantes instituciones.
Aquí puede observarse lo que sucede cuando los consumidores comienzan a cuestionar la legitimidad de una institución autoritaria. Vemos surgir individuos que cuidan por sí mismos de su salud, vemos transformarse la profesión partiendo de sus primeras figuras, el influjo de los nuevos modelos científicos, y el modo cómo el cambio se extiende a amplia escala geográfica por obra de las redes descentralizadas.
Podemos también apreciar aquí la fuerza de una minoría mentalizada para acelerar el cambio de paradigma, el poder de los medios de información y de las comunicaciones informales para modificar la imagen y las expectativas que tenemos con respecto a la salud, la mayor eficacia del «aikido político» frente al enfrentamiento y la retórica, la utilización de fuentes de poder antes inexplotadas, el potencial de las psico-técnicas, y un nuevo aprecio por la intuición, los lazos humanos y la escucha interior.
La autonomía, tan evidente en los movimientos sociales, está también golpeando duramente a las viejas concepciones sobre la medicina. La búsqueda de sí mismo se ha convertido en una búsqueda de la salud, de la totalidad: en una búsqueda de ese depósito de sabiduría y salud mental que hasta ahora parecía escapar del alcance de nuestra conciencia. Si aprendemos a responder al mensaje oculto en el dolor y en la enfermedad, la necesidad de adaptación, podemos alcanzar un nuevo nivel de bienestar.
A pesar de su bien ganada fama de conservadurismo, la medicina occidental está experimentando una revitalización sorprendente. Pacientes y profesionales están comenzando a buscar el contexto de la enfermedad más allá de los síntomas: en las tensiones, en la sociedad, en la familia, en la dieta alimenticia, los ciclos biológicos, las emociones. Así como el surgimiento de un nuevo electorado con unas líneas definidas provoca una nueva política, así también las nuevas necesidades de los pacientes pueden hacer cambiar el ejercicio de la medicina.
Los hospitales, en otro tiempo bastiones de una estéril eficacia, se esfuerzan hoy en día por rodear de un entorno más humano el nacimiento y el fallecimiento de las personas, y tratan de flexibilizar más sus reglamentos. Las escuelas de medicina, agarrotadas en un frío academicismo desde tiempo atrás, están tratando de atraer a estudiantes más creativos y preocupados por la gente. Empujados por una auténtica avalancha de investigaciones sobre la psicología de la enfermedad, quienes en otro tiempo identificaban el ejercicio de la medicina con la separación entre el cuerpo y la mente, intentan hoy recomponer su unidad por todos los medios.
Nadie podía pensar lo vulnerable que era el antiguo sistema médico. En unos pocos años, sin que haya habido que disparar un solo tiro, el concepto de salud holística ha sido reconocido oficialmente por programas estatales y federales, ha recibido el respaldo de los políticos, ha sido recomendado y garantizado por las compañías de seguros, aceptado en cuanto a su terminología (si no siempre en la práctica) por muchos médicos, y adoptado por los estudiantes de medicina en general. La gente aspira a una «salud holística», han surgido multitud de nuevos complejos sanitarios que la ofrecen, y muchos grupos de médicos buscan personas que sepan exponer sus principios.
La medicina norteamericana, tras tomarse el pulso a sí misma, ha proclamado su propia necesidad de reforma, la necesidad de preocuparse por los valores, la ética y las relaciones humanas. La mayoría de los médicos, por ejemplo, han adquirido poca o ninguna preparación para enfrentarse al hecho de la muerte, no sólo para saber aconsejar a los pacientes y a sus familiares, sino para saber manejar sus propios sentimientos de miedo y de fracaso.
Cada vez aparecen más artículos sobre el contexto humano de la medicina en las publicaciones médicas profesionales. Un antiguo editor del Journal of the American Medical Association describía su propia manera de recurrir al tacto físico con los pacientes, dándoles una palmadita en la espalda o un caluroso apretón de manos. Decía que los médicos modernos saben tal vez escuchar los diferentes órganos de la gente mejor que los mejores médicos de otros tiempos, pero éstos sabían escuchar mejor a la gente: «Me sospecho que nuestra sensibilidad diagnóstica sufrió algún tipo de atrofia el día que sustituimos la observación subjetiva por los datos objetivos de laboratorio. »... Un editorial de otra publicación médica expresaba su interés por esa serie de «conocimientos imponderables» que deben poseer los nuevos doctores: la capacidad de reconocer los aspectos psicológicos, sociales y espirituales de la enfermedad.
Con este correo comienzo a compartirles algunos párrafos del capítulo dedicado al cambio de paradigma en la salud y en la medicina, para que mis compañeros de la izquierda comprometida que todavía no lo han hecho se animen a respaldar este Proyecto y a difundirlo y a hacerlo exitoso en bien de nuestra IV República y de sus Nuevas Instituciones... Créanme que les será muy valioso leer esto que les iré compartiendo aun cuando no se interesaran por la Universidad de la IV República ni por la Homeopatía, pues Marilyn habla de la Medicina en general y sus conceptos les resultarán muy útiles en el cuidado y atención de su propia salud, sin importar el método o sistema que prefieran...
CURARSE A SÍ MISMO (Marilyn Ferguson)
Salud perfecta y despertar son una misma cosa.
THARTANG TULKU
Algo que estábamos disimulando nos había hecho débiles.
Hasta que descubrimos que éramos nosotros mismos.
ROBERT FROST
La esperanza de una auténtica transformación social no necesita apoyarse en evidencias puramente circunstanciales. Hay un campo de primerísima importancia, el cuidado de la salud, que ha comenzado ya a experimentar un cambio drástico. La inminente transformación de la medicina en un escaparate en que puede verse reflejada la transformación de todas nuestras restantes instituciones.
Aquí puede observarse lo que sucede cuando los consumidores comienzan a cuestionar la legitimidad de una institución autoritaria. Vemos surgir individuos que cuidan por sí mismos de su salud, vemos transformarse la profesión partiendo de sus primeras figuras, el influjo de los nuevos modelos científicos, y el modo cómo el cambio se extiende a amplia escala geográfica por obra de las redes descentralizadas.
Podemos también apreciar aquí la fuerza de una minoría mentalizada para acelerar el cambio de paradigma, el poder de los medios de información y de las comunicaciones informales para modificar la imagen y las expectativas que tenemos con respecto a la salud, la mayor eficacia del «aikido político» frente al enfrentamiento y la retórica, la utilización de fuentes de poder antes inexplotadas, el potencial de las psico-técnicas, y un nuevo aprecio por la intuición, los lazos humanos y la escucha interior.
La autonomía, tan evidente en los movimientos sociales, está también golpeando duramente a las viejas concepciones sobre la medicina. La búsqueda de sí mismo se ha convertido en una búsqueda de la salud, de la totalidad: en una búsqueda de ese depósito de sabiduría y salud mental que hasta ahora parecía escapar del alcance de nuestra conciencia. Si aprendemos a responder al mensaje oculto en el dolor y en la enfermedad, la necesidad de adaptación, podemos alcanzar un nuevo nivel de bienestar.
A pesar de su bien ganada fama de conservadurismo, la medicina occidental está experimentando una revitalización sorprendente. Pacientes y profesionales están comenzando a buscar el contexto de la enfermedad más allá de los síntomas: en las tensiones, en la sociedad, en la familia, en la dieta alimenticia, los ciclos biológicos, las emociones. Así como el surgimiento de un nuevo electorado con unas líneas definidas provoca una nueva política, así también las nuevas necesidades de los pacientes pueden hacer cambiar el ejercicio de la medicina.
Los hospitales, en otro tiempo bastiones de una estéril eficacia, se esfuerzan hoy en día por rodear de un entorno más humano el nacimiento y el fallecimiento de las personas, y tratan de flexibilizar más sus reglamentos. Las escuelas de medicina, agarrotadas en un frío academicismo desde tiempo atrás, están tratando de atraer a estudiantes más creativos y preocupados por la gente. Empujados por una auténtica avalancha de investigaciones sobre la psicología de la enfermedad, quienes en otro tiempo identificaban el ejercicio de la medicina con la separación entre el cuerpo y la mente, intentan hoy recomponer su unidad por todos los medios.
Nadie podía pensar lo vulnerable que era el antiguo sistema médico. En unos pocos años, sin que haya habido que disparar un solo tiro, el concepto de salud holística ha sido reconocido oficialmente por programas estatales y federales, ha recibido el respaldo de los políticos, ha sido recomendado y garantizado por las compañías de seguros, aceptado en cuanto a su terminología (si no siempre en la práctica) por muchos médicos, y adoptado por los estudiantes de medicina en general. La gente aspira a una «salud holística», han surgido multitud de nuevos complejos sanitarios que la ofrecen, y muchos grupos de médicos buscan personas que sepan exponer sus principios.
La medicina norteamericana, tras tomarse el pulso a sí misma, ha proclamado su propia necesidad de reforma, la necesidad de preocuparse por los valores, la ética y las relaciones humanas. La mayoría de los médicos, por ejemplo, han adquirido poca o ninguna preparación para enfrentarse al hecho de la muerte, no sólo para saber aconsejar a los pacientes y a sus familiares, sino para saber manejar sus propios sentimientos de miedo y de fracaso.
Cada vez aparecen más artículos sobre el contexto humano de la medicina en las publicaciones médicas profesionales. Un antiguo editor del Journal of the American Medical Association describía su propia manera de recurrir al tacto físico con los pacientes, dándoles una palmadita en la espalda o un caluroso apretón de manos. Decía que los médicos modernos saben tal vez escuchar los diferentes órganos de la gente mejor que los mejores médicos de otros tiempos, pero éstos sabían escuchar mejor a la gente: «Me sospecho que nuestra sensibilidad diagnóstica sufrió algún tipo de atrofia el día que sustituimos la observación subjetiva por los datos objetivos de laboratorio. »... Un editorial de otra publicación médica expresaba su interés por esa serie de «conocimientos imponderables» que deben poseer los nuevos doctores: la capacidad de reconocer los aspectos psicológicos, sociales y espirituales de la enfermedad.
¡FELIZ AÑO... EL QUE PASÓ! (Canción, Video y Reflexión)
El 2 de Julio de 2006, y los meses que lo antecedieron y los que lo han seguido, nos mostraron de qué somos capaces... El mal, la violencia, la mentira. Sí. Sin duda... Pero también emergió una bondad, una conciencia, una capacidad de lucha cuya existencia habíamos olvidado... Gente manifestándose y resistiendo por la única razón de que eso era lo necesario y lo correcto, y porque tal vez era lo único que podía devolvernos la esperanza... Es importante hablar sobre esa bondad, sobre esa conciencia nueva, sobre esa capacidad de lucha... Es importante recordarlas... Porque seguramente todos hemos visto también mucho de eso en este 2006 que está terminando... Porque se ha sembrado mucho, con lágrimas y con sangre, y la cosecha y los frutos están cercanos...
¡Que las circunstancias dolorosas de este año 2006 no nos hagan dejar de ver la belleza y el amor que también existieron y que seguirán existiendo! ¡Que las cínicas mentiras que escuchamos no nos hagan olvidar que la verdad también se hizo presente y que terminará venciendo! ¡Que el fraude y la corrupción de este dramático año no nos cierren los ojos frente a la libertad y a la honestidad de muchos hombres y mujeres en México que han estado librando el buen combate y que lo seguirán haciendo! ¡Que nuestro duelo por los torturados y asesinados este año se convierta en orgullo por el ejemplo de entrega que nos dieron y que seamos capaces de mirar la fecundidad de su vida ofrendada y de su sufrimiento!...
Esto es lo que intenta expresar la Canción y el Video que les comparto como obsequio de Año Nuevo y del Año de Renovación que está terminando... ¡Feliz 2007 compañeros, como una esperanza! ¡Pero también Feliz 2006 que nos ha reunido y nos ha hecho ser mejores personas y nos ha transformado en guerreros!... ¡Feliz Año Nuevo amigos, como un gran anhelo! ¡Pero también Feliz el Año que ha pasado porque, en medio de los dolores del parto, está dando a luz a un México Nuevo y nos ha convertido en ciudadanos de la IV República!... ¡Feliz Año, hermanos! ¡Feliz Año... el que pasó!
Álvaro, ciudadano de la IV República
PD: La canción es también composición mía. La bella voz que escuchan es la de mi hija Miryam.
Curarse s Sí mismo (Parte II)
A unos días del cierre de Inscripciones a la Licenciatura en Medicina de la Universidad de la IV República, dedicaré un correo diario a insistir a ustedes, mis compañeros de la izquierda generosa y comprometida, en que comprendan la importancia de este Proyecto como un hecho-símbolo de que es posible transformar las Instituciones educativas y de salud desde abajo, desde la misma gente que necesita de estas Instituciones... Si ustedes respaldan y difunden este Proyecto con sus contactos, grupos y comunidades, tendremos más oportunidad de hacer eficaz este esfuerzo en favor de los más pobres y de nuestra IV República...
Les comparto unos párrafos más del libro "La Conspiración de acuario", de Marilyn Ferguson, en su capítulo acerca del cambio de paradigma en la salud y en la medicina...
LA MEDICINA YO-TÚ (Marilyn Ferguson)
Parece que hemos atravesado un período de asepsia en la «ciencia» médica, y que ahora estamos recobrando su lado cordial. Los mismos médicos hablan y escriben de la dimensión perdida en el arte de curar. Un editorial aparecido en la revista American Medical News ponía de relieve la crisis de las relaciones humanas en la medicina: "La compasión y la intuición han quedado eliminadas... Los médicos deben reconocer que la medicina no es su propio campo acotado, sino que todo el mundo tiene en él un puesto vital... Va a ser necesaria una gran amplitud de visión por parte de la clase médica para corregir uno de sus mayores fallos: la sensación que dan a los pacientes de no corresponder a su amor".
Un artículo publicado en una revista para dentistas citaba a Teilhard: «El amor es el aspecto interno, emocionalmente aprehensivo de la afinidad que atrae y une entre sí a los elementos de este mundo... El amor es, realmente, el autor de la síntesis universal».
En Modern Medicine, un doctor constataba amargamente, hablando de la omisión de todo contacto manual, que quienes regentan un bar hacen sentirse mejor a sus clientes, «en tanto que nosotros los médicos les hacemos sentirse peor». Se ha dejado el calor y la dulzura para otros terapeutas, muchos de ellos ajenos al campo de la medicina propiamente tal... «Los médicos se han quedado reducidos a sus cuestionarios diagnósticos y a sus recetas, con los que su 'arte' se ha ido haciendo cada vez más automático, científico, profesionalizado e impersonal. »
Un cirujano hace una aguda descripción de la visita del médico del Dalai Lama a un hospital norteamericano. El médico tibetano tomó el pulso a un paciente para efectuar su diagnóstico: "Durante la media hora siguiente permaneció así, como un pájaro exótico con sus alas doradas plegadas, suspendido sobre el paciente, sintiendo bajo sus dedos el pulso de la mujer, acunando suavemente su mano con la suya. Toda la energía de este hombre parecía estar concentrada con ese único objeto... Y yo sé que yo mismo, que he cogido el pulso cientos de miles de veces, no lo he sentido ni una sola vez"... El tibetano, añade, diagnosticó con toda precisión un tipo específico de malformación congénita cardíaca sin otra base que haber cogido el pulso.
William Steiger, jefe del departamento de medicina general de un hospital de Virginia, definía la empatía, ante un grupo de médicos, como la relación yo-tú de la que habla Martin Buher, y los exámenes y pruebas objetivos, por necesarios que sean, como una relación yo-ello. Steiger citaba la afirmación de Buber de que «todo conocimiento es una autopsia practicada sobre el cadáver de la realidad viva». Cuando contamos algo, se nos escapa.
«El yo-ello es un monólogo, el yo-tú es un diálogo. Ambos son complementarios. » Ante la persistencia de un problema médico, normalmente el médico insiste en el yo-ello, pidiendo nuevas pruebas de laboratorio, cuando lo que realmente se necesita en ese momento es una comprensión humana más profunda, más yo-tú... «La actitud terapéutica debería ser: "¿De qué forma puedo ayudar?". Debiéramos ofrecer nuestro auxilio y nuestro calor antes de prescribir receta alguna. »
Les comparto unos párrafos más del libro "La Conspiración de acuario", de Marilyn Ferguson, en su capítulo acerca del cambio de paradigma en la salud y en la medicina...
LA MEDICINA YO-TÚ (Marilyn Ferguson)
Parece que hemos atravesado un período de asepsia en la «ciencia» médica, y que ahora estamos recobrando su lado cordial. Los mismos médicos hablan y escriben de la dimensión perdida en el arte de curar. Un editorial aparecido en la revista American Medical News ponía de relieve la crisis de las relaciones humanas en la medicina: "La compasión y la intuición han quedado eliminadas... Los médicos deben reconocer que la medicina no es su propio campo acotado, sino que todo el mundo tiene en él un puesto vital... Va a ser necesaria una gran amplitud de visión por parte de la clase médica para corregir uno de sus mayores fallos: la sensación que dan a los pacientes de no corresponder a su amor".
Un artículo publicado en una revista para dentistas citaba a Teilhard: «El amor es el aspecto interno, emocionalmente aprehensivo de la afinidad que atrae y une entre sí a los elementos de este mundo... El amor es, realmente, el autor de la síntesis universal».
En Modern Medicine, un doctor constataba amargamente, hablando de la omisión de todo contacto manual, que quienes regentan un bar hacen sentirse mejor a sus clientes, «en tanto que nosotros los médicos les hacemos sentirse peor». Se ha dejado el calor y la dulzura para otros terapeutas, muchos de ellos ajenos al campo de la medicina propiamente tal... «Los médicos se han quedado reducidos a sus cuestionarios diagnósticos y a sus recetas, con los que su 'arte' se ha ido haciendo cada vez más automático, científico, profesionalizado e impersonal. »
Un cirujano hace una aguda descripción de la visita del médico del Dalai Lama a un hospital norteamericano. El médico tibetano tomó el pulso a un paciente para efectuar su diagnóstico: "Durante la media hora siguiente permaneció así, como un pájaro exótico con sus alas doradas plegadas, suspendido sobre el paciente, sintiendo bajo sus dedos el pulso de la mujer, acunando suavemente su mano con la suya. Toda la energía de este hombre parecía estar concentrada con ese único objeto... Y yo sé que yo mismo, que he cogido el pulso cientos de miles de veces, no lo he sentido ni una sola vez"... El tibetano, añade, diagnosticó con toda precisión un tipo específico de malformación congénita cardíaca sin otra base que haber cogido el pulso.
William Steiger, jefe del departamento de medicina general de un hospital de Virginia, definía la empatía, ante un grupo de médicos, como la relación yo-tú de la que habla Martin Buher, y los exámenes y pruebas objetivos, por necesarios que sean, como una relación yo-ello. Steiger citaba la afirmación de Buber de que «todo conocimiento es una autopsia practicada sobre el cadáver de la realidad viva». Cuando contamos algo, se nos escapa.
«El yo-ello es un monólogo, el yo-tú es un diálogo. Ambos son complementarios. » Ante la persistencia de un problema médico, normalmente el médico insiste en el yo-ello, pidiendo nuevas pruebas de laboratorio, cuando lo que realmente se necesita en ese momento es una comprensión humana más profunda, más yo-tú... «La actitud terapéutica debería ser: "¿De qué forma puedo ayudar?". Debiéramos ofrecer nuestro auxilio y nuestro calor antes de prescribir receta alguna. »
POSADA RENEGADA: LA PIÑATA PELELE (Video)
En un lugar de "La Mancha" se libró una batalla más contra los molinos de viento y contra los adversarios de los espejos... El lugar en particular no importa pues batallas como esta se libraron en miles de hogares mexicanos... Batallas simbólicas emprendidas con decisión y alegría... Batallas simbólicas que dejan clara una enseñanza y un objetivo... Batallas simbólicas que siembran en nuestros hijos el espíritu nuevo y la nueva conciencia que México necesita... Batallas simbólicas que anuncian la derrota de nuestros enemigos y la inevitable victoria nuestra...
¡Que el próximo año 2007 nos encuentre generosos, convencidos y fuertes para seguir combatiendo el buen combate!
Álvaro, ciudadano de la IV República
Curarse a Sí mismo (Parte III)
De nuestros ya 11 estudiantes inscritos a la Licenciatura en Medicina de la Universidad de la IV República 3 son del Distrito Federal, 2 del Estado de México y el resto del Estado de Hidalgo... Invito a mis compañeros de la izquierda generosa y comprometida a pensar en la importancia real y simbólica que tendría que al menos UNO de cada Estado del país pudiera ser animado y apoyado por ustedes para ser parte de este Proyecto como alumno y posteriormente como médico al servicio de los enfermos en ese Estado... Uno de mis sueños a futuro es que cada uno de los egresados de esta Universidad pudiera, en su propio Estado, crear un "campus" universitario semejante al que comenzará en febrero 2007 en el Estado de Hidalgo... Pero para esto es imprescindible que al menos UNO de tu estado sea de los pioneros en este esfuerzo de aprendizaje... ¿Entre todos los jóvenes o adultos que conoces en tu ambiente no habrá UNO que pueda y necesite aprovechar una oportunidad como esta y que por desgracia no son oportunidades que se den todos los días? ¿No hay en tu Estado UNO que no pudo entrar a la Universidad y que realmente quiere aprender y prepararse? ¿No hay UNO que no tiene acceso a internet y que no se ha enterado de este Proyecto?... A unos días del cierre de Inscripciones, ojalá, compañer@ de lucha, logres comprender el fondo de este asunto y te decidas a animar y apoyar a alguien a ser uno de los pioneros de este Proyecto...
Continúo compartiendo con ustedes algunos párrafos más del libro "La Conspiración de acuario", de Marilyn Ferguson, en su capítulo acerca del cambio de paradigma en la salud y en la medicina...
LA CRISIS DE LA ATENCIÓN MÉDICA (Marilyn Ferguson)
Un cambio tan rápido no habría podido desencadenarse basándose en tacto ni por efecto de conspiración alguna, de no haber estado la medicina hundida en la crisis por todos lados: crisis económica, crisis de resultados, crisis de credibilidad.
A modo de envoltura de papel de plata de un regalo decepcionante, la brillante tecnología médica ha conseguido espléndidos resultados en el tratamiento de determinados problemas agudos, como es el caso de las vacunas y ciertos procedimientos quirúrgicos sofisticados, pero su fracaso en el tratamiento de las enfermedades crónicas y degenerativas ha inducido a los propios médicos y al público en general a mirar en otras direcciones.
La medicina se ha enajenado nuestra simpatía a causa de lo elevado de sus costes, que escapan a las posibilidades de todos cuantos no son ricos o están debidamente asegurados; a causa también de su especialización, de la frialdad cuantificadora de sus enfoques, que dejan de lado los aspectos humanos, y a causa de la desesperación de haber tenido que gastar grandes sumas de dinero sin haber por ello recobrado la salud.
La atención médica (incluyendo los seguros médicos) es hoy en día la tercera industria en volumen de negocios en los Estados Unidos; los costes médicos rondan el 9 por ciento del producto nacional bruto. Los presupuestos federales dedicados al cuidado de la salud superan los cincuenta mil millones de dólares. Hay hospitales, cercanos uno del otro, que duplican innecesariamente equipamientos costosísimos, los médicos suelen ordenar sin necesidad pruebas de laboratorio para precaverse de toda posible reclamación judicial por negligencia en el desempeño de su función («medicina defensiva»). Incluso una simple consulta supone para cualquier persona con ingresos medios un gasto considerable. Los costos incontrolados, especialmente gastos hospitalarios, han hecho legalmente inviable toda especie de planificación sanitaria en el ámbito nacional.
Incluso aquellos para quienes el costo no representa un problema, puede ser que no estén comprando otra cosa que fracasos tecnológicos. Un estudio realizado en Gran Bretaña sobre trescientos cincuenta pacientes de enfermedades coronarias elegidos al azar, por ejemplo, llegó a la conclusión de que la tasa de mortalidad de quienes son internados en unidades de vigilancia intensiva era superior a la de quienes seguían su convalecencia en su propia casa. Hace poco, un portavoz federal se refería a la así llamada guerra contra el cáncer, considerándola como un «Vietnam médico». Ni los miles de millones gastados, ni las ofensivas tecnológicas han conseguido gran cosa.
La tasa de mortalidad no ha cambiado significativamente en los últimos veinticinco años en los tipos de cáncer más extendidos, a pesar de los avances en educación pública, de los nuevos medicamentos, y de las nuevas técnicas de radioterapia y quirúrgicas más perfeccionadas que han aparecido. Se estima que no menos de un millón de las admisiones hospitalarias anuales se deben a algún tipo de reacción a la medicación, y que las enfermedades debidas a efectos secundarios de los tratamientos prescritos vienen a suponer un costo suplementario aproximado de unos ocho mil millones de dólares, que hay que añadir a la factura sanitaria total del país.
Surgen nuevas y brillantes técnicas quirúrgicas, que son aceptadas como si fueran modas intelectuales. Millares de personas se han sometido a operaciones de empalme de las vías coronarias, antes de que otros estudios más tardíos demostrasen que la mayoría de los candidatos obtenían los mismos beneficios de la medicación que de esa costosa y peligrosa técnica quirúrgica. Donde el sueño tecnológico muestra más a las claras su patología es en la búsqueda infructuosa que durante más de cien años hemos estado realizando, con la esperanza de encontrar un calmante realmente eficaz y no adictivo.
Uno de los principales problemas médicos de nuestra época son las enfermedades iatrogénicas. Literalmente significa «causadas por el médico». La enfermedad iatrogénica puede provenir de complicaciones quirúrgicas, de medicaciones erróneas, o puede surgir como efecto secundario de otros tratamientos, o a consecuencia del efecto debilitante que produce la hospitalización.
No hace mucho tiempo, cuando el médico representaba la cumbre del status social y de la dedicación humanitaria, las madres hablaban con orgullo de «mi hijo, el doctor». Hoy en día, ¡pobres médicos! : tienen una probabilidad entre treinta y cien veces mayor que la población en general de caer en la drogadicción. Tienen mayores probabilidades de sufrir de enfermedades coronarias. Y también de convertirse en alcohólicos: según encuestas de organizaciones profesionales, se estima que un 5 o un 6 por ciento del total de los médicos está incapacitado, debido a trastornos emocionales, entre los cuales se incluye el alcoholismo. Asimismo son demandados judicialmente y se suicidan con mayor frecuencia que la generalidad.
Una encuesta realizada recientemente por Gallup puso de manifiesto que el 44 por ciento de la gente no cree que los médicos tengan «una ética y una honestidad elevadas»; un auténtico golpe bajo para una profesión que había sido objeto de veneración durante tanto tiempo. «Golpe asestado a los médicos», rezaban los titulares de una publicación médica; el artículo señalaba que de quince médicos que habían concursado a un puesto oficial en 1976, trece habían sido desechados.
Otros médicos comentaban en publicaciones profesionales que las demandas judiciales por negligencia en el ejercicio de la profesión médica parecen ser reflejo del desencanto o la hostilidad sentida por los pacientes, y que los doctores que mantienen buenas relaciones con sus pacientes son más raramente llevados a juicio, sean cuales sean los resultados. Una subcomisión del Senado informaba del creciente desencanto de la gente en general con respecto al tema de la atención médica: "El problema de la deshumanización de la atención médica preocupa cada vez más a los profesionales de la salud... La medicina está a medio camino entre lo humanitario y lo tecnológico, pero en las últimas décadas se ha descuidado tanto lo primero en términos relativos, que la medicina corre peligro de perder buena parte de su relevancia. El Comité considera como prioridad sanitaria nacional la necesidad de que el personal sanitario en todos los niveles sea capaz de dispensar sus cuidados de un modo humanístico".
Retrospectivamente, y a la luz de descubrimientos científicos recientes, podemos señalar algunos de los trágicos errores de la medicina del siglo veinte que, como cabría esperar, son los mismos de que están plagadas nuestras restantes instituciones sociales. Hemos sobre estimado los beneficios de la tecnología y la manipulación externa, y hemos subestimado la importancia de las relaciones humanas y la complejidad de la naturaleza.
Continúo compartiendo con ustedes algunos párrafos más del libro "La Conspiración de acuario", de Marilyn Ferguson, en su capítulo acerca del cambio de paradigma en la salud y en la medicina...
LA CRISIS DE LA ATENCIÓN MÉDICA (Marilyn Ferguson)
Un cambio tan rápido no habría podido desencadenarse basándose en tacto ni por efecto de conspiración alguna, de no haber estado la medicina hundida en la crisis por todos lados: crisis económica, crisis de resultados, crisis de credibilidad.
A modo de envoltura de papel de plata de un regalo decepcionante, la brillante tecnología médica ha conseguido espléndidos resultados en el tratamiento de determinados problemas agudos, como es el caso de las vacunas y ciertos procedimientos quirúrgicos sofisticados, pero su fracaso en el tratamiento de las enfermedades crónicas y degenerativas ha inducido a los propios médicos y al público en general a mirar en otras direcciones.
La medicina se ha enajenado nuestra simpatía a causa de lo elevado de sus costes, que escapan a las posibilidades de todos cuantos no son ricos o están debidamente asegurados; a causa también de su especialización, de la frialdad cuantificadora de sus enfoques, que dejan de lado los aspectos humanos, y a causa de la desesperación de haber tenido que gastar grandes sumas de dinero sin haber por ello recobrado la salud.
La atención médica (incluyendo los seguros médicos) es hoy en día la tercera industria en volumen de negocios en los Estados Unidos; los costes médicos rondan el 9 por ciento del producto nacional bruto. Los presupuestos federales dedicados al cuidado de la salud superan los cincuenta mil millones de dólares. Hay hospitales, cercanos uno del otro, que duplican innecesariamente equipamientos costosísimos, los médicos suelen ordenar sin necesidad pruebas de laboratorio para precaverse de toda posible reclamación judicial por negligencia en el desempeño de su función («medicina defensiva»). Incluso una simple consulta supone para cualquier persona con ingresos medios un gasto considerable. Los costos incontrolados, especialmente gastos hospitalarios, han hecho legalmente inviable toda especie de planificación sanitaria en el ámbito nacional.
Incluso aquellos para quienes el costo no representa un problema, puede ser que no estén comprando otra cosa que fracasos tecnológicos. Un estudio realizado en Gran Bretaña sobre trescientos cincuenta pacientes de enfermedades coronarias elegidos al azar, por ejemplo, llegó a la conclusión de que la tasa de mortalidad de quienes son internados en unidades de vigilancia intensiva era superior a la de quienes seguían su convalecencia en su propia casa. Hace poco, un portavoz federal se refería a la así llamada guerra contra el cáncer, considerándola como un «Vietnam médico». Ni los miles de millones gastados, ni las ofensivas tecnológicas han conseguido gran cosa.
La tasa de mortalidad no ha cambiado significativamente en los últimos veinticinco años en los tipos de cáncer más extendidos, a pesar de los avances en educación pública, de los nuevos medicamentos, y de las nuevas técnicas de radioterapia y quirúrgicas más perfeccionadas que han aparecido. Se estima que no menos de un millón de las admisiones hospitalarias anuales se deben a algún tipo de reacción a la medicación, y que las enfermedades debidas a efectos secundarios de los tratamientos prescritos vienen a suponer un costo suplementario aproximado de unos ocho mil millones de dólares, que hay que añadir a la factura sanitaria total del país.
Surgen nuevas y brillantes técnicas quirúrgicas, que son aceptadas como si fueran modas intelectuales. Millares de personas se han sometido a operaciones de empalme de las vías coronarias, antes de que otros estudios más tardíos demostrasen que la mayoría de los candidatos obtenían los mismos beneficios de la medicación que de esa costosa y peligrosa técnica quirúrgica. Donde el sueño tecnológico muestra más a las claras su patología es en la búsqueda infructuosa que durante más de cien años hemos estado realizando, con la esperanza de encontrar un calmante realmente eficaz y no adictivo.
Uno de los principales problemas médicos de nuestra época son las enfermedades iatrogénicas. Literalmente significa «causadas por el médico». La enfermedad iatrogénica puede provenir de complicaciones quirúrgicas, de medicaciones erróneas, o puede surgir como efecto secundario de otros tratamientos, o a consecuencia del efecto debilitante que produce la hospitalización.
No hace mucho tiempo, cuando el médico representaba la cumbre del status social y de la dedicación humanitaria, las madres hablaban con orgullo de «mi hijo, el doctor». Hoy en día, ¡pobres médicos! : tienen una probabilidad entre treinta y cien veces mayor que la población en general de caer en la drogadicción. Tienen mayores probabilidades de sufrir de enfermedades coronarias. Y también de convertirse en alcohólicos: según encuestas de organizaciones profesionales, se estima que un 5 o un 6 por ciento del total de los médicos está incapacitado, debido a trastornos emocionales, entre los cuales se incluye el alcoholismo. Asimismo son demandados judicialmente y se suicidan con mayor frecuencia que la generalidad.
Una encuesta realizada recientemente por Gallup puso de manifiesto que el 44 por ciento de la gente no cree que los médicos tengan «una ética y una honestidad elevadas»; un auténtico golpe bajo para una profesión que había sido objeto de veneración durante tanto tiempo. «Golpe asestado a los médicos», rezaban los titulares de una publicación médica; el artículo señalaba que de quince médicos que habían concursado a un puesto oficial en 1976, trece habían sido desechados.
Otros médicos comentaban en publicaciones profesionales que las demandas judiciales por negligencia en el ejercicio de la profesión médica parecen ser reflejo del desencanto o la hostilidad sentida por los pacientes, y que los doctores que mantienen buenas relaciones con sus pacientes son más raramente llevados a juicio, sean cuales sean los resultados. Una subcomisión del Senado informaba del creciente desencanto de la gente en general con respecto al tema de la atención médica: "El problema de la deshumanización de la atención médica preocupa cada vez más a los profesionales de la salud... La medicina está a medio camino entre lo humanitario y lo tecnológico, pero en las últimas décadas se ha descuidado tanto lo primero en términos relativos, que la medicina corre peligro de perder buena parte de su relevancia. El Comité considera como prioridad sanitaria nacional la necesidad de que el personal sanitario en todos los niveles sea capaz de dispensar sus cuidados de un modo humanístico".
Retrospectivamente, y a la luz de descubrimientos científicos recientes, podemos señalar algunos de los trágicos errores de la medicina del siglo veinte que, como cabría esperar, son los mismos de que están plagadas nuestras restantes instituciones sociales. Hemos sobre estimado los beneficios de la tecnología y la manipulación externa, y hemos subestimado la importancia de las relaciones humanas y la complejidad de la naturaleza.
NAVIDAD RENEGADA: EL NACIMIENTO (Video y Reflexión) (Canción "So this is Christmas" de John Lenon)
El increíble cinismo del partido al que algunos ingenuamente creyeron diferente al PRI ha hecho de este año 2006 un año bastante singular e impredecible... Y eso ha hecho que las fiestas y celebraciones tradicionales despierten su hondo simbolismo o incluso transformen sus signos y su sentido... Fue el caso del 15-16 de septiembre, del 1-2 de noviembre, del 20 de noviembre y, ahora, de la Navidad y el Año Nuevo... Estoy seguro que ninguna familia en México ha vivido estos días a las maneras de siempre... No. No se puede. O somos parte de la perversión de los valores, del cinismo, de la hipocresía. O somos parte del combate contra esa vergüenza de humanidad en la que nos estamos convirtiendo... Y eso transforma, necesariamente, las tradiciones y sus significados, o recupera su simbolismo trascendente...
¿Qué Cena de Navidad vivieron nuestros adversarios? ¿Qué Cena vivirán de Año Nuevo? ¡Signos vacíos! ¡Sonrisas huecas! ¡Vacío por dentro!... ¡Pobres familias! ¡Pobres hijos! ¡Terrible infierno!... ¿Qué Cena de Navidad hemos vivido nosotros, los que estamos combatiendo? ¿Qué Cena viviremos de Año Nuevo? ¡Signos nuevos y plenos! ¡Alegría auténtica! ¡Plenitud por dentro!... ¡Familias felices, incluso "incompletas"! ¡Hijos con un México Nuevo en su alma y en su mente! ¡El cielo en la tierra!...
La revolución de las conciencias, el nacimiento y consolidación de la IV República, implica, sobre todo, lo que hacemos fuera de las grandes concentraciones y de las asambleas, lo que decidimos personalmente más allá de las acciones externas grupales, e incluso más allá de lo que nos va indicando nuestro Presidente... ¡Es lo nuevo y creativo y combativo que hacemos cotidianamente en casa, en el trabajo, en la escuela! ¡Es lo que pensamos o decimos o hacemos cada minuto de cada día, incluso y más cuando estamos en soledad reflexiva y creativa!... La revolución de las conciencias, el nacimiento y consolidación de nuestra IV República, implica, sobre todo, que no estemos actuando para el público sino para nuestra misión personal y para nuestra propia conciencia... En la IV República no se puede ser ciudadano de "15 minutos", ni de una hora, ni de medio tiempo. En la IV República sólo se puede y se debe ser ciudadano de tiempo completo. No hay "vacaciones", ni "tiempos fuera". No hay Cena de Navidad o de Año Nuevo al margen de lo que está sucediendo. No hay "treguas". No hay banderas "blancas". No hay "te abrazo nomás tantito aunque seas de aquellos". No hay "podemos convivir aunque pensemos diferente"... Bueno... Sí hay... Pero en el otro lado. En la perversión de los valores, en la hipocresía, en el cinismo... En la IV República el "amor" y la "paz" consisten en combatir el buen combate a tiempo completo. Sin treguas. Sin banderas blancas. Sin abrazos hipócritas. Sin convivencias perversas...
En este ánimo de combatir el buen combate hasta el último día de este difícil pero bello 2006 les comparto este Video... Con la convicción de que representa lo que miles de hogares en México hicieron, aunque no haya sido filmado: Quehaceres simples, símbolos viejos hechos nuevos, tareas de reflexión creativa, trabajo familiar uniendo y renovando... Con la canción de Navidad de Lenon como fondo (So this is Christmas). Con su voz y con la hermosa voz de Celine Dion acompañando este resumen simbólico de este bizarro año que está terminando... ¡Un abrazo más para todos ustedes, mis compañeros de combate, a quienes no me canso de abrazar cada día y a cada rato!
Álvaro, ciudadano de la IV República
Curarse a Sí mismo (Parte IV)
A propósito de esta serie de correos, me han sugerido algunos de ustedes que extienda el margen de Inscripciones para la Universidad de la IV República, a fin de tener más tiempo de difundir el Proyecto y de animar a alguien a que aproveche esta oportunidad... Lo hago con mucho gusto. La nueva y definitiva fecha de Cierre de Inscripciones será el 14 de Enero de 2007. Avisen por favor a los que puedan...
Continúo compartiendo con ustedes algunos párrafos más del libro "La Conspiración de acuario", de Marilyn Ferguson, en su capítulo acerca del cambio de paradigma en la salud y en la medicina... La idea de invitarles a leer estas reflexiones es que perciban que el Proyecto de Universidad que proponemos intenta responder a las inquietudes que plantea el libro de Ferguson –en realidad una recopilación y síntesis de muchos pensadores-. Intentaremos, desde abajo, cambiar nuestra mentalidad y nuestra visión de las cosas y así comenzar a transformar las Instituciones educativas y de salud...
EL NUEVO PARADIGMA DE LA SALUD (Marilyn Ferguson)
El nuevo paradigma de la salud y la medicina supone un ensanchamiento del antiguo, al incorporar los brillantes avances de la tecnología, rehabilitando al mismo tiempo antiguas intuiciones sobre la mente y sobre la relación entre diversos aspectos.
El nuevo paradigma consigue explicar muchos fenómenos hasta ahora enigmáticos. Su coherencia y su poder de predicción son superiores a los del antiguo modelo. Añade a la prosa de la ciencia cotidiana el fuego y la poesía de la ciencia inspirada.
El adjetivo «holístico» cuando se lo emplea con propiedad, indica un enfoque cualitativamente diferente, basado en el respeto a la interacción entre la mente, el cuerpo y el entorno. Yendo más allá del tratamiento alopático de las enfermedades y los síntomas, pretende corregir la desarmonía subyacente, causa del problema. El enfoque holístico puede incluir una diversidad de instrumentos y tratamientos diagnósticos, algunos ortodoxos, otros no.
He aquí una comparación muy simplificada de ambos enfoques: Puede observarse el paralelismo existente entre las concepciones del nuevo paradigma y los descubrimientos científicos expuestos en el capítulo 6: los sistemas dinámicos, la transformación del estrés; el continuo cuerpo-mente; el nuevo aprecio de los elementos cualitativos y no sólo de los cuantitativos.
LA MATRIZ DE LA SALUD (Marilyn Ferguson)
Edward Carpenter condenaba a los teóricos de la medicina de nuestra época por su tendencia a centrarse exclusivamente sobre la enfermedad. Deberían intentar, más bien, comprender lo que es la salud, decía. La salud es una armonía que todo lo gobierna, de un modo semejante a como la luna gobierna las mareas. Tan imposible es lograr que un cuerpo sane por medio de puras manipulaciones externas, como conseguir gobernar el flujo y reflujo de las mareas por medio de un «sistema organizado de esponjas».
El mayor de los esfuerzos exteriores no consigue realizar «lo que nuestra energía central sabe hacer con facilidad, y con una gracia infalible y providencial». El bienestar no puede ser administrado por vía intravenosa, ni ingerirse a cucharadas de acuerdo con la prescripción facultativa. El bienestar nace de una matriz: el cuerpo-mente. Es un reflejo de la armonía somática y psicológica. Como decía un anatomólogo: «El sanador que reside en nuestro interior es la entidad más sabia y más complejamente integrada de cuantas existen en el universo».
Hoy en día sabemos que, en un sentido, siempre hay un médico en casa. "La salud holística no puede recetarse", decía un médico. Nace de una actitud: de la aceptación de las incertidumbres de la vida, de la voluntad de responsabilizarse de los propios hábitos, de la manera de percibir y manejar las tensiones, de unas relaciones humanas más satisfactorias, de la sensación de tener un objetivo en la vida.
Una forma de honrar esa matriz invisible de la salud es ir dejando de sentirnos incómodos frente a ella. A medida que la ciencia amplía su marco de pensamiento, y va consiguiendo fronteras más vastas, los viejos enigmas comienzan a encontrar un sentido. Aunque no sabemos de qué forma las creencias y las expectativas afectan a la salud, sabemos claramente que es así. Hace doscientos años, la Academia Francesa expulsó a Mesmer de su seno, declarando que la hipnosis era un fraude, «solamente imaginación». Y un miembro contestatario apostillaba: «Si eso es así, ¡qué cosa más maravillosa debe ser la imaginación!».
Después de haber intentado durante décadas «explicar» un misterio invocando otro misterio, la ciencia médica se encuentra hoy insoslayablemente enfrentada al hecho del influjo inevitable y decisivo que ejercen las expectativas de los pacientes. El «efecto placebo» abarca hoy en día mucho más que las sustancias inactivas (píldoras de azúcar, inyecciones de agua salada) administradas a pacientes particularmente difíciles.
La fama del doctor, o del centro médico, la actitud del equipo hospitalario, el halo de un determinado tratamiento, cualquiera de estas cosas puede contribuir a la curación, al venir a colorear positivamente las expectativas del paciente. Hay también un «efecto nocebo», lo contrario del placebo. Dos tercios de entre los sujetos a quienes en una experiencia de laboratorio se habla administrado una sustancia inactiva diciéndoles que les produciría dolor de cabeza, tuvieron efectivamente dolor de cabeza.
El placebo activa una capacidad permanente de la mente. Como dijimos más arriba, las investigaciones han demostrado que el alivio del dolor que proporciona el placebo parece deberse a la liberación por el cerebro de un analgésico natural. Sin embargo, la mayoría de los médicos y las enfermeras siguen considerando el placebo como un truco que funciona en gente cuyos sufrimientos no son «reales», malentendido que descansa en un concepto ingenuo de la realidad y en la ignorancia del papel que juega la mente como creadora de experiencias.
Las creencias del médico o sanador pueden también influir en la eficacia del tratamiento. En una serie de experimentos que describe Jerome Frank, una autoridad en el estudio del efecto placebo, se administró a diversos pacientes alternativamente un calmante, un placebo y morfina. Cuándo los doctores creían haber administrado morfina, ¡el placebo resultó ser dos veces más efectivo que cuando pensaban haber recetado un calmante suave! En otro estudio semejante, se administró a una serie de pacientes psicóticos ya un calmante suave, un tranquilizante anérgico, o bien un placebo. Los efectos del placebo fueron también mucho mayores cuando los médicos creían haberles dado el medicamento fuerte que cuando pensaban haberles dado el suave.
Rick Ingrasci, médico y co-fundador de la red Interface en la zona de Boston, afirma que el efecto placebo representa una prueba espectacular de que toda curación es en esencia una auto-curación: "Según nos demuestra nítidamente el efecto placebo, el cambio de nuestras expectativas y de nuestras convicciones fundamentales puede afectar profundamente a nuestra experiencia de la salud y del bienestar. La curación resulta directamente de percibirnos como una totalidad... al restablecerse nuestra sensación de estar en una relación equilibrada con el universo, a través de un cambio de mentalidad, de la transformación sufrida por nuestras actitudes, valores y creencias".
Ingrasci afirmaba que sus experiencias con los pacientes le habían convencido de que, una vez liberadas las actitudes mentales negativas, la curación sucede de forma automática. «Es como si hubiese una fuerza vital o un principio ordenador dispuesto a restablecer el estado natural de salud y totalidad, con sólo conseguir zafamos de la barrera que suponen las expectativas negativas. Si conseguimos relajamos, aunque sea por poco tiempo, las expectativas positivas pueden inducir efectos positivos.
«Al principio, necesitamos traspasar las barreras psicológicas, escepticismo, desconfianza, miedo, que nos impiden incluso intentarlo... Los efectos a largo plazo pueden revelarse auténticamente transformadores desde el punto de vista personal y social.»
Continúo compartiendo con ustedes algunos párrafos más del libro "La Conspiración de acuario", de Marilyn Ferguson, en su capítulo acerca del cambio de paradigma en la salud y en la medicina... La idea de invitarles a leer estas reflexiones es que perciban que el Proyecto de Universidad que proponemos intenta responder a las inquietudes que plantea el libro de Ferguson –en realidad una recopilación y síntesis de muchos pensadores-. Intentaremos, desde abajo, cambiar nuestra mentalidad y nuestra visión de las cosas y así comenzar a transformar las Instituciones educativas y de salud...
EL NUEVO PARADIGMA DE LA SALUD (Marilyn Ferguson)
El nuevo paradigma de la salud y la medicina supone un ensanchamiento del antiguo, al incorporar los brillantes avances de la tecnología, rehabilitando al mismo tiempo antiguas intuiciones sobre la mente y sobre la relación entre diversos aspectos.
El nuevo paradigma consigue explicar muchos fenómenos hasta ahora enigmáticos. Su coherencia y su poder de predicción son superiores a los del antiguo modelo. Añade a la prosa de la ciencia cotidiana el fuego y la poesía de la ciencia inspirada.
El adjetivo «holístico» cuando se lo emplea con propiedad, indica un enfoque cualitativamente diferente, basado en el respeto a la interacción entre la mente, el cuerpo y el entorno. Yendo más allá del tratamiento alopático de las enfermedades y los síntomas, pretende corregir la desarmonía subyacente, causa del problema. El enfoque holístico puede incluir una diversidad de instrumentos y tratamientos diagnósticos, algunos ortodoxos, otros no.
He aquí una comparación muy simplificada de ambos enfoques: Puede observarse el paralelismo existente entre las concepciones del nuevo paradigma y los descubrimientos científicos expuestos en el capítulo 6: los sistemas dinámicos, la transformación del estrés; el continuo cuerpo-mente; el nuevo aprecio de los elementos cualitativos y no sólo de los cuantitativos.
LA MATRIZ DE LA SALUD (Marilyn Ferguson)
Edward Carpenter condenaba a los teóricos de la medicina de nuestra época por su tendencia a centrarse exclusivamente sobre la enfermedad. Deberían intentar, más bien, comprender lo que es la salud, decía. La salud es una armonía que todo lo gobierna, de un modo semejante a como la luna gobierna las mareas. Tan imposible es lograr que un cuerpo sane por medio de puras manipulaciones externas, como conseguir gobernar el flujo y reflujo de las mareas por medio de un «sistema organizado de esponjas».
El mayor de los esfuerzos exteriores no consigue realizar «lo que nuestra energía central sabe hacer con facilidad, y con una gracia infalible y providencial». El bienestar no puede ser administrado por vía intravenosa, ni ingerirse a cucharadas de acuerdo con la prescripción facultativa. El bienestar nace de una matriz: el cuerpo-mente. Es un reflejo de la armonía somática y psicológica. Como decía un anatomólogo: «El sanador que reside en nuestro interior es la entidad más sabia y más complejamente integrada de cuantas existen en el universo».
Hoy en día sabemos que, en un sentido, siempre hay un médico en casa. "La salud holística no puede recetarse", decía un médico. Nace de una actitud: de la aceptación de las incertidumbres de la vida, de la voluntad de responsabilizarse de los propios hábitos, de la manera de percibir y manejar las tensiones, de unas relaciones humanas más satisfactorias, de la sensación de tener un objetivo en la vida.
Una forma de honrar esa matriz invisible de la salud es ir dejando de sentirnos incómodos frente a ella. A medida que la ciencia amplía su marco de pensamiento, y va consiguiendo fronteras más vastas, los viejos enigmas comienzan a encontrar un sentido. Aunque no sabemos de qué forma las creencias y las expectativas afectan a la salud, sabemos claramente que es así. Hace doscientos años, la Academia Francesa expulsó a Mesmer de su seno, declarando que la hipnosis era un fraude, «solamente imaginación». Y un miembro contestatario apostillaba: «Si eso es así, ¡qué cosa más maravillosa debe ser la imaginación!».
Después de haber intentado durante décadas «explicar» un misterio invocando otro misterio, la ciencia médica se encuentra hoy insoslayablemente enfrentada al hecho del influjo inevitable y decisivo que ejercen las expectativas de los pacientes. El «efecto placebo» abarca hoy en día mucho más que las sustancias inactivas (píldoras de azúcar, inyecciones de agua salada) administradas a pacientes particularmente difíciles.
La fama del doctor, o del centro médico, la actitud del equipo hospitalario, el halo de un determinado tratamiento, cualquiera de estas cosas puede contribuir a la curación, al venir a colorear positivamente las expectativas del paciente. Hay también un «efecto nocebo», lo contrario del placebo. Dos tercios de entre los sujetos a quienes en una experiencia de laboratorio se habla administrado una sustancia inactiva diciéndoles que les produciría dolor de cabeza, tuvieron efectivamente dolor de cabeza.
El placebo activa una capacidad permanente de la mente. Como dijimos más arriba, las investigaciones han demostrado que el alivio del dolor que proporciona el placebo parece deberse a la liberación por el cerebro de un analgésico natural. Sin embargo, la mayoría de los médicos y las enfermeras siguen considerando el placebo como un truco que funciona en gente cuyos sufrimientos no son «reales», malentendido que descansa en un concepto ingenuo de la realidad y en la ignorancia del papel que juega la mente como creadora de experiencias.
Las creencias del médico o sanador pueden también influir en la eficacia del tratamiento. En una serie de experimentos que describe Jerome Frank, una autoridad en el estudio del efecto placebo, se administró a diversos pacientes alternativamente un calmante, un placebo y morfina. Cuándo los doctores creían haber administrado morfina, ¡el placebo resultó ser dos veces más efectivo que cuando pensaban haber recetado un calmante suave! En otro estudio semejante, se administró a una serie de pacientes psicóticos ya un calmante suave, un tranquilizante anérgico, o bien un placebo. Los efectos del placebo fueron también mucho mayores cuando los médicos creían haberles dado el medicamento fuerte que cuando pensaban haberles dado el suave.
Rick Ingrasci, médico y co-fundador de la red Interface en la zona de Boston, afirma que el efecto placebo representa una prueba espectacular de que toda curación es en esencia una auto-curación: "Según nos demuestra nítidamente el efecto placebo, el cambio de nuestras expectativas y de nuestras convicciones fundamentales puede afectar profundamente a nuestra experiencia de la salud y del bienestar. La curación resulta directamente de percibirnos como una totalidad... al restablecerse nuestra sensación de estar en una relación equilibrada con el universo, a través de un cambio de mentalidad, de la transformación sufrida por nuestras actitudes, valores y creencias".
Ingrasci afirmaba que sus experiencias con los pacientes le habían convencido de que, una vez liberadas las actitudes mentales negativas, la curación sucede de forma automática. «Es como si hubiese una fuerza vital o un principio ordenador dispuesto a restablecer el estado natural de salud y totalidad, con sólo conseguir zafamos de la barrera que suponen las expectativas negativas. Si conseguimos relajamos, aunque sea por poco tiempo, las expectativas positivas pueden inducir efectos positivos.
«Al principio, necesitamos traspasar las barreras psicológicas, escepticismo, desconfianza, miedo, que nos impiden incluso intentarlo... Los efectos a largo plazo pueden revelarse auténticamente transformadores desde el punto de vista personal y social.»
¡RECUERDA EL ORGULLO DEL 30 DE JULIO! (Reflexión y Video)
Algunos familiares y amigos me han preguntado qué fue para mí lo mejor de este año 2006. Y siempre he contestado lo que ahora aquí les comparto con un nuevo video y con esta reflexión: Lo mejor de este año, y de muchos años, han sido y siguen siendo los 50 días de plantón en el zócalo, del 30 de Julio a septiembre 16... Esos días me han marcado. Esos días me convirtieron en una nueva y mejor persona... Esos días han definido claramente el resto de mi vida...
En el último día del año 2006, permítanme compartirles una pequeña muestra más de lo extraordinario y mágico que resultó el 30 de Julio y los días que le han seguido...
Raquel era de Sonora y me abordó después de una consulta homeopática que hice en el campamento de Oaxaca. "Tengo cáncer –me dijo sonriente-. ¿Puede escucharme unos minutos?". "¡Claro! –le dije- ¡Si por favor después me dice qué tengo que hacer para conseguir una sonrisa como la que usted tiene!"... Sentí que miró y sondeó mi corazón a través de mis ojos y se sonrió aún más ampliamente... "También soy panista –me dijo ya no tan sonriente-. ¿Aún quiere escucharme?". "¡Claro" –le dije-. ¡Si por favor después me dice por qué esta aquí con nosotros y por qué trae un listón tricolor en su blusa!"...
Cuando estuvimos cómodamente sentados, sacó de su bolsa una pequeña grabadora. Apretó un botón plateado. Y la voz de Andrés Manuel comenzó a escucharse: "No nos vamos a confiar. Y no nos vamos a quedar cruzados de brazos... La democracia, como la justicia, como la libertad, ¡no se imploran, sino se conquistan! Por eso hoy les propongo que esperemos el fallo del tribunal ¡movilizados!..."... Apretó otro botón plateado con dos rayitas, y la voz de Andrés Manuel dejó de escucharse... "Estoy aquí porque creo en eso –me dijo-. El PAN, como partido, cree que la democracia, la libertad, la justicia, deben conquistarse. Por años hemos buscado eso... Siento una terrible vergüenza por los miembros de mi partido que hoy están desconociendo de facto y traicionando nuestros valores y principios... Soy psicóloga –siguió diciéndome-. Y sé que el cáncer que me detectaron a finales de junio es un símbolo de la vergüenza de mi alma y del cáncer terrible que corroe a mi partido... Desde que comenzó la guerra sucia de mi partido acudí a todas las personas posibles y a todos los foros, en internet y en reuniones a las que me hacía presente. Pedí de todas las maneras que alzáramos la voz como partido para denunciar la guerra sucia como ajena a nuestros valores y principios. Imploré después del 2 de julio que como partido tendríamos que ser los primeros en pedir el conteo total de todos los sufragios, casilla por casilla y voto por voto. Que no deberíamos jamás como partido ser sospechosos de fraude, y que como miembros del PAN sería impensable que fuésemos cómplices, por participación o por omisión, de cualquier acción antidemocrática y fraudulenta... Para qué le cuento más, diácono, todo lo que intenté y todo lo que hice. Sólo recibía silencio, burlas, enojos, indiferencia, y la mayoría de mis compañeros comenzaron a evitarme y a darme la espalda... Entonces comencé a observar y escuchar a Andrés Manuel, tratando de entender a mi partido, buscando el "peligro" que, según decían, ese hombre representaba. Comencé a venir a las Asambleas. Y estuve aquí mismo, el 30 de julio, grabando sus palabras, mismas que he escuchado desde entonces una y otra vez..."
Ya no vi si Raquel apretó algún botón pues un mar salado en mis ojos comenzó a brotar desde que ella dijo: "el cáncer que me detectaron a finales de junio es un símbolo de la vergüenza de mi alma y del cáncer terrible que corroe a mi partido", pero la voz de Andrés Manuel volvió a escucharse: "Escuchen bien lo que les voy a decir. Quiero una respuesta de ustedes sincera. Que lo pensemos, aunque sea un instante... Les propongo que nos quedemos aquí, en Asamblea permanente, hasta que resuelva el tribunal. Que permanezcamos aquí, día y noche, hasta que se cuenten los votos... (se oyen murmullos de desconcierto)... ¡Les aseguro que no será en vano nuestro esfuerzo y nuestro sacrificio! ¡Toda nuestra actuación se sujetará a la idea de la Resistencia Civil Pacífica, en el marco de la no-violencia!... Les informo que yo también viviré en este sitio, mientras estemos en Asamblea permanente... (se oyen aclamaciones y gritos de aprobación)..."... Nuevamente la voz de Andrés Manuel dejó de escucharse y Raquel continuó su relato: "Yo lo pensé también en esos instantes que parecieron eternos... Mi casa... Mi esposo y mis hijos... 'La democracia que se conquista'... Mi trabajo... 'La justicia que se conquista'... Mi cáncer. Mi quimioterapia... 'La libertad que se conquista'... '¡Yo ni soy de este partido!'... '¡Les aseguro que no será en vano nuestro esfuerzo y nuestro sacrificio!'... La clave de mi decisión en esos instantes, como para muchos, fue cuando Andrés Manuel dijo: "yo también viviré en este sitio"... Supe que mi decisión era acertada cuando lágrimas de alegría y de paz comenzaron a brotarme. Supe que mi observación de Andrés Manuel había terminado. Supe que él no era un peligro para México sino su única esperanza. Supe que mi apellido de abolengo se había transformado en López. Supe que debía quedarme. Supe que mi cáncer tenía en esta Resistencia Civil Pacífica su única posibilidad de cura. Supe, en realidad, en ese instante eterno, que comenzaba yo a curarme... Así que le contestaré ahora su primera pregunta, pues ya le he contestado la segunda: para obtener la paz y la sonrisa que ahora tengo se necesita erradicar la vergüenza del alma, se necesita no ser parte del cáncer que corroe a México, se necesita esta Resistencia que estamos haciendo, se necesita el buen combate que estamos combatiendo"...
(Llegué yo al 30 de julio, algunos de ustedes lo supieron por mis correos, con una lumbalgia paralizante que empezó a sanar allí, en el zócalo. Así que mis ojos ciegos de llanto –ya dulce y no salado-, y el calor que inundaba mi alma, me confirmaban la verdad profunda de todo lo que Raquel me estaba hablando. Yo también sabía, como medico, que el cáncer de Raquel estaba sanando como estaba curando mi lumbalgia. Y sabíamos ambos que el cáncer terrible que corroía a México, estando allí, nosotros y muchos, en combate y en resistencia, estaba también sanando)
Se oyó nuevamente la voz de Andrés Manuel: "Les pregunto: ¿Nos quedamos? ¿Sí o no?... (Se oye un ¡Sí! unánime y más aclamaciones y gritos de aprobación)... ¡Nos quedamos!"... Y nuevamente oí la voz de Dios y del cielo y de todo lo bueno y noble en la voz de Raquel: "No puede yo gritar con todos ¡SÍ!, porque me lo impedían mis lágrimas, pero lo gritaron, poderosos, mi espíritu y mi alma. No puede levantar mis manos como todos, porque estaban cubriendo mis ojos anegados de llanto, pero mi corazón y mi carne se levantaron decididos, guerreros, convencidos, y amanecieron entonces la sonrisa y la paz que ahora usted ve en mi rostro... No sé ya si sigo siendo panista. Ni creo que importe mucho. Soy ahora, por Andrés Manuel, y por estos días de Resistencia, y por ustedes, mucho más que eso... No sé si terminaré siendo de otro partido. Ni creo que importe. Soy ahora una mejor persona, y eso basta. Mis valores y principios se han visto fortalecidos en esta lucha. Sé ahora, mucho más radicalmente, que mi compromiso por México está mucho más allá de los partidos y de cualquier etiqueta... Eso es todo lo que quería decirle, Álvaro. Ahora me toca a mí escucharle"...
Hay ocasiones extraordinarias en las que un médico, delante de un "enfermo", no debería pronunciar ninguna palabra. Son ocasiones sobrenaturales y mágicas en las que el médico, delante de su paciente, se convierte en "enfermo" y el paciente en su "médico". Ese fue el caso de aquel día de agosto en el plantón del zócalo... Hay ocasiones extraordinarias en las que un sacerdote, delante de un "laico", no debería pronunciar ni una sola palabra. Son ocasiones sobrenaturales y mágicas en las que el sacerdote se convierte en el seglar más pobre y necesitado de ayuda, y el laico que tiene delante se transforma en su supremo "sacerdote". Ese fue también el caso de aquel día de agosto en el plantón del zócalo... Abracé a Raquel con todas mis fuerzas y, en medio de aquel torrente de lágrimas que seguía manando, incontenible, sólo atiné a decirle: "¡Gracias, Raquel, en verdad gracias!"...
En las últimas horas de este 2006 les abrazo a todos ustedes, compañeros de lucha, con todas mis fuerzas y, en medio de un nuevo mar dulce brotando, les digo, amigos, hermanos, compañeros: ¡Gracias! ¡A todos ustedes! ¡En verdad, gracias!
Álvaro, ciudadano de la IV República
Curarse a Sí mismo (Parte V)
La verdadera "izquierda" busca siempre el cambio. En todos los órdenes y no sólo en lo político y social. Especial y primeramente lo busca en lo personal, en lo interior de cada uno. Pues "nadie puede dar lo que no tiene"... La renovación y la transformación de las Instituciones en México es una tarea que compete a todos, pero especialmente es tarea de las personas que no son conservadoras ni conformistas, que son flexibles y críticas, que no están apegadas a nada –ni siquiera a sus propias "convicciones". Es decir, personas que sean realmente "de izquierda", y no como una moda de la juventud o por tradición de familia o por conveniencias circunstanciales...
Estoy convencido de que el Proyecto de la Universidad de la IV República, o algo semejante –pues es este en esencia un Proyecto abierto y flexible-, encontrará en la "verdadera izquierda" de México el eco y el impulso necesario. No sé si será ya ahora, o en unos meses, o en algunos años. Pero es inevitable. Es el único "sitio" del espíritu humano en donde puede comprenderse y consolidarse una revolución tan honda como la que implica este Proyecto...
Puedo decir sin sonrojo esto que estoy diciendo pues me queda muy claro que no es "mío" este Proyecto. Es algo de lo que formo parte, pero que me rebasa completamente. Este Proyecto le pertenece a la IV República y a cada uno de sus verdaderos ciudadanos. Sólo en este último sentido a mí también me pertenece...
Con la esperanza de que todos ustedes se sumarán, más tarde o más temprano, a este Proyecto, y agradecido con quienes ya lo están haciendo, continúo compartiendo algunos párrafos más del libro "La Conspiración de acuario", de Marilyn Ferguson, en su capítulo acerca del cambio de paradigma en la salud y en la medicina...
LA ATENCIÓN: MEDIO DE CAMBIAR LA MATRIZ DE LA ENFERMEDAD (Marilyn Ferguson)
Los promotores de la salud holística gustan de señalar que la enfermedad, el malestar, es una falta de armonía, de bienestar. Claramente, es más importante enseñar a la gente a cambiar la matriz de sus enfermedades, las tensiones, los conflictos, o las preocupaciones que las acarrean, que no engañarlos con placebos.
El papel que juega en la curación la alteración de la conciencia puede que sea el descubrimiento más importante de la ciencia médica moderna. Consideremos, por ejemplo, la extraordinaria variedad de enfermedades susceptibles de ser tratadas por medio de biofeedback:
presión sanguínea alta
ataques
úlceras
impotencia
incontinencia de esfínteres
zumbido de oídos
parálisis consiguientes a ataques
dolores de cabeza debidos a tensión
artritis
arritmias cardíacas
hemorroides
diabetes
parálisis cerebral
rechinar de dientes
La clave está en la atención. Hace varios años, investigaciones realizadas en el seno de la Fundación Menninger informaban que los pacientes eran capaces de interrumpir los dolores de cabeza elevando la temperatura de sus manos. Sugerían la hipótesis de que el volumen sanguíneo sustraído de la cabeza para aumentar la temperatura de las manos podría aliviar la congestión arterial origen del dolor. El manejo de la temperatura por medio de biofeedback se convirtió enseguida en un método popular de combatir favorablemente la jaqueca. Pero pronto los dispensadores del biofeedback se apercibieron que algunos pacientes podían también interrumpir su jaqueca bajando la temperatura de sus manos, o bajándola unas veces y aumentándola otras.
Más que un simple cambio físico, la clave de la salud reside en el estado mental. A ese estado se le han dado diversos nombres: "reposo vigilante", «volición pasiva», «dejarse ir deliberado». Como hielo que se derrite libremente al llegar la primavera, las tensiones acumuladas parecen fundirse al calor de esta forma paradójica de atención, restableciendo el flujo natural en el remolino del cuerpo-mente.
No podemos esquivar el estrés. Las noticias, el ruido, las tensiones, los embotellamientos, los conflictos personales y la competitividad vienen a añadirse a las enfermedades relacionadas con el estrés, que son la plaga del siglo veinte. Pero, ¿es el estrés el culpable? Tal vez sufrimos de enfermedades como un medio de evitar el cambio. Nuestra vulnerabilidad frente al estrés parece deberse más a la interpretación que hacemos de los acontecimientos que a su propia gravedad.
La célebre observación de F. D. Roosevelt, «A lo único que tenemos que temer es al mismo miedo», se aplica también al cuerpo-mente. Kenneth Pelletier, psicólogo de la escuela de medicina de la universidad de California en San Francisco, y que en los últimos diez años se ha dedicado principalmente a enseñar a la gente a afrontar el estrés, señala que el cuerpo entiende en sentido literal, y no puede distinguir entre una amenaza «real» y otra puramente imaginaria. Las preocupaciones y las expectativas negativas se traducen en enfermedades físicas, porque el cuerpo se siente en peligro, aunque la amenaza sólo exista en la imaginación.
Podemos arreglárnoslas de forma natural con el estrés a corto plazo, debido a la reacción corporal de descanso y renovación, conocida como reacción parasimpática. Pero el estrés a largo plazo, resultado de la acumulación sucesiva de circunstancias que tensionan propia de la vida moderna, se cobra su tributo debido a la falta de oportunidad para reponerse en medio de la serie consecutiva de tensiones. Pelletier, en un estudio realizado sobre meditadores en situación de laboratorio, encontró en éstos la capacidad, no sólo de producir respuestas altamente integradas, sino de hacer entrar su propio cuerpo en una fase parasimpática.
«Los yoguis han aprendido a liberarse de esos niveles excesivos de actividad neurofisiológica autogeneradora de tensiones, por el simple procedimiento de tranquilizarse a sí mismos. » La mayoría de nosotros sufre de lo que él llamaba «un ciclo destructivo acumulativo. El secreto consiste en prestar atención, en revestir de atención la propia vida». Cuando se presta atención a la tensión en un estado relajado, ésta se transforma. La meditación, el biofeedback, las técnicas de relajación, correr, escuchar música..., todas estas cosas pueden facilitar la puesta en marcha de la fase de recuperación corporal.
Negarse a reconocer las tensiones equivale a pagarlas por partida doble; no sólo no nos libramos de la alarma, sino que ésta se instala en nuestro cuerpo. Así lo demostró de forma evidente una experiencia de laboratorio. La amenaza de una dolorosa descarga eléctrica inminente produjo respuestas corporales sorprendentemente distintas en los sujetos, dependiendo de sí habían decidido afrontarla, o bien evitar pensar en ella. Los que la afrontaban, intentaban comprender la situación.
Dirigían su atención de forma activa al shock inminente, y deseaban superarlo; pensaban en lo que estaba sucediendo en el laboratorio, o bien fijaban la atención en sus propios cuerpos. Por el contrario, quienes deseaban evitarla, echaban mano de un montón de estrategias para intentar distraerse. Trataban de pensar en cosas tranquilizadoras, de fuera del laboratorio, o bien se dedicaban a fantasear. Mientras que quienes afrontaban la descarga sentían que podían hacer algo para aliviar la tensión de la situación, aunque no fuera más que prepararse para ella, quienes pretendían evitarla tendían a sentirse indefensos e intentaban escapar negando la situación.
En los primeros, la actividad muscular aumentaba, lo que constituye una respuesta fisiológica adecuada. En los segundos, el ritmo cardíaco era notablemente más rápido, lo que indica que la tensión reprimida se había remitido a un nivel más patológico.
La negación de la tensión puede conducirnos a la tumba. La mente no sólo cuenta con estrategias para «emparedar» los conflictos psicológicos, sino que puede también negar la enfermedad surgida por haberse negado a reconocer las propias tensiones. El efecto patológico de ese rechazo a enfrentarse con los hechos se puso de relieve de forma patente en un estudio sobre el cáncer realizado en la universidad de Texas. Los pacientes que habían mostrado un mayor rechazo a responder a preguntas sobre su enfermedad, mostraron una mayor probabilidad de ofrecer un pronóstico negativo en el seguimiento efectuado dos meses mas tarde.
Los conflictos que no han sido afrontados conscientemente pueden hacer su aparición como daño físico en formas tan variadas como personas hay. Una conspiradora de Acuario, que había trabajado en un establecimiento médico, expresaba su convencimiento de que a los enfermos no se les debería decir: «Va usted a volver a ser el de antes». "Con mucha frecuencia, no quieren volver a ser como eran, ni seguir haciendo lo que hacían. Mi nuera, que tuvo hace poco un ataque, confesó que no se había reconocido a sí misma su deseo de cambiar de vida. De modo que el ataque se encargó de hacerlo por ella. Conozco también a un hombre que llevaba un negocio de coches con un hermano suyo muy perezoso. Cargaba de hecho con todo el peso del trabajo sin decir una palabra. Cuando le vino el ataque, su hermano tuvo que encargarse de todo. Más tarde dijo que estaba contento de haber tenido el ataque".
Si aprendemos a prestar atención a nuestros conflictos internos, podremos resolverlos de una forma menos drástica para nuestra salud.
Álvaro, ciudadano de la IV República
PARA COMENZAR EL AÑO 2007 CON EL PIE IZQUIERDO (Video y Canción)
Para comenzar con el pie izquierdo –nuestro mejor pie- este Año Nuevo, 2007 les comparto este video con la bellísima canción "La oración" (The prayer) interpretada por Celine Dion y Andrea Bocelli... Pongo en el video, y aquí mismo, la traducción al español de la letra en inglés e italiano, acompañándola con imágenes, para profundizar aún más este hermoso mensaje musical...
LA ORACIÓN
Te ruego que seas nuestros ojos y cuides nuestro camino...
Ayúdanos a ser sabios, cuando los tiempos sean difíciles...
¡Que sea esta nuestra oración, cuando perdamos el camino!
¡Llévanos a la meta! ¡Guíanos con tu Gracia a ese lugar donde seremos libres!
¡Que encontremos tu Luz! ¡Y la mantengamos en nuestro corazón!
¡Que esa Luz nos recuerde, cuando las estrellas salgan de noche,
que eres Tú la Estrella Eterna!
¡Que sea esta nuestra oración, cuando las sombras invadan nuestras vidas!
¡Llévanos a la meta! ¡Guíanos con tu Gracia!
¡Danos Fe y Esperanza y alcanzaremos la Victoria!
Soñamos un mundo sin violencia...
Un mundo de justicia y de esperanza...
¡Donde cada uno pueda dar la mano a su vecino!
¡Como símbolo de fraternidad y de verdadera paz!
Oramos porque la vida sea buena para todos,
y Tú nos cuides desde el cielo...
Oramos porque cada uno encontremos el amor,
dentro y fuera de nosotros mismos...
¡Que sea esta nuestra oración!
¡Somos pequeños y frágiles!
¡Pero ansiamos alcanzar nuestras metas!
¡Guíanos con tu Gracia!
¡Danos Fe y Esperanza y alcanzaremos la Victoria!
¡Fe, Esperanza y Espíritu de Lucha!
¡Hasta alcanzar la Victoria!
Álvaro, ciudadano de la IV República
Toda la información sobre la Universidad de la IV República y su Licenciatura en Medicina la podrás encontrar en:
http://universidaddela4arepublica.blogspot.com
Visita también: http://informativotriplev.blogspot.com
Estoy convencido de que el Proyecto de la Universidad de la IV República, o algo semejante –pues es este en esencia un Proyecto abierto y flexible-, encontrará en la "verdadera izquierda" de México el eco y el impulso necesario. No sé si será ya ahora, o en unos meses, o en algunos años. Pero es inevitable. Es el único "sitio" del espíritu humano en donde puede comprenderse y consolidarse una revolución tan honda como la que implica este Proyecto...
Puedo decir sin sonrojo esto que estoy diciendo pues me queda muy claro que no es "mío" este Proyecto. Es algo de lo que formo parte, pero que me rebasa completamente. Este Proyecto le pertenece a la IV República y a cada uno de sus verdaderos ciudadanos. Sólo en este último sentido a mí también me pertenece...
Con la esperanza de que todos ustedes se sumarán, más tarde o más temprano, a este Proyecto, y agradecido con quienes ya lo están haciendo, continúo compartiendo algunos párrafos más del libro "La Conspiración de acuario", de Marilyn Ferguson, en su capítulo acerca del cambio de paradigma en la salud y en la medicina...
LA ATENCIÓN: MEDIO DE CAMBIAR LA MATRIZ DE LA ENFERMEDAD (Marilyn Ferguson)
Los promotores de la salud holística gustan de señalar que la enfermedad, el malestar, es una falta de armonía, de bienestar. Claramente, es más importante enseñar a la gente a cambiar la matriz de sus enfermedades, las tensiones, los conflictos, o las preocupaciones que las acarrean, que no engañarlos con placebos.
El papel que juega en la curación la alteración de la conciencia puede que sea el descubrimiento más importante de la ciencia médica moderna. Consideremos, por ejemplo, la extraordinaria variedad de enfermedades susceptibles de ser tratadas por medio de biofeedback:
presión sanguínea alta
ataques
úlceras
impotencia
incontinencia de esfínteres
zumbido de oídos
parálisis consiguientes a ataques
dolores de cabeza debidos a tensión
artritis
arritmias cardíacas
hemorroides
diabetes
parálisis cerebral
rechinar de dientes
La clave está en la atención. Hace varios años, investigaciones realizadas en el seno de la Fundación Menninger informaban que los pacientes eran capaces de interrumpir los dolores de cabeza elevando la temperatura de sus manos. Sugerían la hipótesis de que el volumen sanguíneo sustraído de la cabeza para aumentar la temperatura de las manos podría aliviar la congestión arterial origen del dolor. El manejo de la temperatura por medio de biofeedback se convirtió enseguida en un método popular de combatir favorablemente la jaqueca. Pero pronto los dispensadores del biofeedback se apercibieron que algunos pacientes podían también interrumpir su jaqueca bajando la temperatura de sus manos, o bajándola unas veces y aumentándola otras.
Más que un simple cambio físico, la clave de la salud reside en el estado mental. A ese estado se le han dado diversos nombres: "reposo vigilante", «volición pasiva», «dejarse ir deliberado». Como hielo que se derrite libremente al llegar la primavera, las tensiones acumuladas parecen fundirse al calor de esta forma paradójica de atención, restableciendo el flujo natural en el remolino del cuerpo-mente.
No podemos esquivar el estrés. Las noticias, el ruido, las tensiones, los embotellamientos, los conflictos personales y la competitividad vienen a añadirse a las enfermedades relacionadas con el estrés, que son la plaga del siglo veinte. Pero, ¿es el estrés el culpable? Tal vez sufrimos de enfermedades como un medio de evitar el cambio. Nuestra vulnerabilidad frente al estrés parece deberse más a la interpretación que hacemos de los acontecimientos que a su propia gravedad.
La célebre observación de F. D. Roosevelt, «A lo único que tenemos que temer es al mismo miedo», se aplica también al cuerpo-mente. Kenneth Pelletier, psicólogo de la escuela de medicina de la universidad de California en San Francisco, y que en los últimos diez años se ha dedicado principalmente a enseñar a la gente a afrontar el estrés, señala que el cuerpo entiende en sentido literal, y no puede distinguir entre una amenaza «real» y otra puramente imaginaria. Las preocupaciones y las expectativas negativas se traducen en enfermedades físicas, porque el cuerpo se siente en peligro, aunque la amenaza sólo exista en la imaginación.
Podemos arreglárnoslas de forma natural con el estrés a corto plazo, debido a la reacción corporal de descanso y renovación, conocida como reacción parasimpática. Pero el estrés a largo plazo, resultado de la acumulación sucesiva de circunstancias que tensionan propia de la vida moderna, se cobra su tributo debido a la falta de oportunidad para reponerse en medio de la serie consecutiva de tensiones. Pelletier, en un estudio realizado sobre meditadores en situación de laboratorio, encontró en éstos la capacidad, no sólo de producir respuestas altamente integradas, sino de hacer entrar su propio cuerpo en una fase parasimpática.
«Los yoguis han aprendido a liberarse de esos niveles excesivos de actividad neurofisiológica autogeneradora de tensiones, por el simple procedimiento de tranquilizarse a sí mismos. » La mayoría de nosotros sufre de lo que él llamaba «un ciclo destructivo acumulativo. El secreto consiste en prestar atención, en revestir de atención la propia vida». Cuando se presta atención a la tensión en un estado relajado, ésta se transforma. La meditación, el biofeedback, las técnicas de relajación, correr, escuchar música..., todas estas cosas pueden facilitar la puesta en marcha de la fase de recuperación corporal.
Negarse a reconocer las tensiones equivale a pagarlas por partida doble; no sólo no nos libramos de la alarma, sino que ésta se instala en nuestro cuerpo. Así lo demostró de forma evidente una experiencia de laboratorio. La amenaza de una dolorosa descarga eléctrica inminente produjo respuestas corporales sorprendentemente distintas en los sujetos, dependiendo de sí habían decidido afrontarla, o bien evitar pensar en ella. Los que la afrontaban, intentaban comprender la situación.
Dirigían su atención de forma activa al shock inminente, y deseaban superarlo; pensaban en lo que estaba sucediendo en el laboratorio, o bien fijaban la atención en sus propios cuerpos. Por el contrario, quienes deseaban evitarla, echaban mano de un montón de estrategias para intentar distraerse. Trataban de pensar en cosas tranquilizadoras, de fuera del laboratorio, o bien se dedicaban a fantasear. Mientras que quienes afrontaban la descarga sentían que podían hacer algo para aliviar la tensión de la situación, aunque no fuera más que prepararse para ella, quienes pretendían evitarla tendían a sentirse indefensos e intentaban escapar negando la situación.
En los primeros, la actividad muscular aumentaba, lo que constituye una respuesta fisiológica adecuada. En los segundos, el ritmo cardíaco era notablemente más rápido, lo que indica que la tensión reprimida se había remitido a un nivel más patológico.
La negación de la tensión puede conducirnos a la tumba. La mente no sólo cuenta con estrategias para «emparedar» los conflictos psicológicos, sino que puede también negar la enfermedad surgida por haberse negado a reconocer las propias tensiones. El efecto patológico de ese rechazo a enfrentarse con los hechos se puso de relieve de forma patente en un estudio sobre el cáncer realizado en la universidad de Texas. Los pacientes que habían mostrado un mayor rechazo a responder a preguntas sobre su enfermedad, mostraron una mayor probabilidad de ofrecer un pronóstico negativo en el seguimiento efectuado dos meses mas tarde.
Los conflictos que no han sido afrontados conscientemente pueden hacer su aparición como daño físico en formas tan variadas como personas hay. Una conspiradora de Acuario, que había trabajado en un establecimiento médico, expresaba su convencimiento de que a los enfermos no se les debería decir: «Va usted a volver a ser el de antes». "Con mucha frecuencia, no quieren volver a ser como eran, ni seguir haciendo lo que hacían. Mi nuera, que tuvo hace poco un ataque, confesó que no se había reconocido a sí misma su deseo de cambiar de vida. De modo que el ataque se encargó de hacerlo por ella. Conozco también a un hombre que llevaba un negocio de coches con un hermano suyo muy perezoso. Cargaba de hecho con todo el peso del trabajo sin decir una palabra. Cuando le vino el ataque, su hermano tuvo que encargarse de todo. Más tarde dijo que estaba contento de haber tenido el ataque".
Si aprendemos a prestar atención a nuestros conflictos internos, podremos resolverlos de una forma menos drástica para nuestra salud.
Álvaro, ciudadano de la IV República
PARA COMENZAR EL AÑO 2007 CON EL PIE IZQUIERDO (Video y Canción)
Para comenzar con el pie izquierdo –nuestro mejor pie- este Año Nuevo, 2007 les comparto este video con la bellísima canción "La oración" (The prayer) interpretada por Celine Dion y Andrea Bocelli... Pongo en el video, y aquí mismo, la traducción al español de la letra en inglés e italiano, acompañándola con imágenes, para profundizar aún más este hermoso mensaje musical...
LA ORACIÓN
Te ruego que seas nuestros ojos y cuides nuestro camino...
Ayúdanos a ser sabios, cuando los tiempos sean difíciles...
¡Que sea esta nuestra oración, cuando perdamos el camino!
¡Llévanos a la meta! ¡Guíanos con tu Gracia a ese lugar donde seremos libres!
¡Que encontremos tu Luz! ¡Y la mantengamos en nuestro corazón!
¡Que esa Luz nos recuerde, cuando las estrellas salgan de noche,
que eres Tú la Estrella Eterna!
¡Que sea esta nuestra oración, cuando las sombras invadan nuestras vidas!
¡Llévanos a la meta! ¡Guíanos con tu Gracia!
¡Danos Fe y Esperanza y alcanzaremos la Victoria!
Soñamos un mundo sin violencia...
Un mundo de justicia y de esperanza...
¡Donde cada uno pueda dar la mano a su vecino!
¡Como símbolo de fraternidad y de verdadera paz!
Oramos porque la vida sea buena para todos,
y Tú nos cuides desde el cielo...
Oramos porque cada uno encontremos el amor,
dentro y fuera de nosotros mismos...
¡Que sea esta nuestra oración!
¡Somos pequeños y frágiles!
¡Pero ansiamos alcanzar nuestras metas!
¡Guíanos con tu Gracia!
¡Danos Fe y Esperanza y alcanzaremos la Victoria!
¡Fe, Esperanza y Espíritu de Lucha!
¡Hasta alcanzar la Victoria!
Álvaro, ciudadano de la IV República
Toda la información sobre la Universidad de la IV República y su Licenciatura en Medicina la podrás encontrar en:
http://universidaddela4arepublica.blogspot.com
Visita también: http://informativotriplev.blogspot.com
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