enviado por Forumenlinea
Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Dicen los franceses: “La mona aunque se vista de seda, mona se queda”. El refrán me vino a la mente enseguida de que vi la fotografía en la que Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa se disfrazó para compartir el rancho con 250 elementos del Ejército, la Marina, la Policía Federal Preventiva y la Agencia Federal de Investigación, en la Zona Militar número 43 del Ejército Mexicano, en Apatzingán, Michoacán.
Escribí que se disfrazó aunque sé muy bien que es el comandante supremo de las fuerzas armadas y eso le da derecho a usar la gorra de campaña con el escudo nacional y cinco estrellas, y la chamarra de color verde olivo, porque en la primera oportunidad que tuvo, Calderón se quitó la vestimenta militar y fue a saludar a cada uno de sus invitados a desayunar, que previamente fueron instruidos por sus jefes: “Vamos a suplicar a todos que cuando llegue el señor presidente aplaudan”. La tradición presidencial de acudir a estas ceremonias vestidos de civil, fue rota por un gobernante con gesto forzadamente adusto y que usa y abusa de las fuerzas armadas y las policiacas.
En 34 días del gobierno de las manos limpias y el empleo, la anterior fue la ocasión número cinco en que el michoacano se reunió con tropas, oficiales, jefes y mandos, lo que da por resultado una sesión pública castrense cada 5.6 días, sin contar las privadas y lo que ya es el sello distintivo del gobierno autodenominado de los pacíficos: a donde acude Calderón Hinojosa está siempre rodeado por sus hombres: Ejército y Estado Mayor Presidencial. Éste último es un ejército dentro del Ejército que lo mismo es usado para garantizar la seguridad del jefe de Estado, que para hacer los mandados al séquito familiar.
Toda la parafernalia castrense y policiaca fue montada con motivo de la Operación Conjunta Michoacán, la que fue tan exitosa que ahora se traslada a Tijuana, Baja California, sin que el Congreso haya sido informado y después de que en pleno operativo se reprodujeron las ejecuciones del narco y que en 2006 sumaron medio millar.
Las cifras que entregó Guillermo Galván Galván y con las que pretende avalar “resultados contundentes” y que no “tienen precedente”, las escucho y leo desde 1982, cuando Miguel de la Madrid Hurtado despachaba en Palacio Nacional, y un cuarto de siglo después el problema del narcotráfico se multiplicó exponencialmente y el mercado nacional de consumidores alcanzó cifras que lo convierten en un grave problema de salud pública.
El combate al crimen organizado y al narcotráfico no es un asunto mediático ni de imagen, como lo demuestra el estrepitoso fracaso de Vicente Fox Quesada y Rafael Marcial Macedo de la Concha, quienes pretendieron resolver en las pantallas del duopolio televisivo lo que la ciudadanía padece en escuelas y calles.
Calderón pareciera que anda por el mismo camino del hombre que sin inmutarse dijo: “Gané dos elecciones presidenciales”. Sólo que con la agravante de que el michoacano está muy urgido de que la República no sólo sepa que es su presidente sino que lo asuma como tal. Y para ello está pagando costos demasiado altos y peligrosos con sus políticas de seguridad coyunturales y efectistas que ignoran las causas socioeconómicas de la inseguridad y la delincuencia, y atropellan todos los días la ley de leyes.
Acuse de recibo
Del comentario del experto en planeación Lénine Rojas, extraigo el siguiente párrafo de un mensaje fechado el pasado 14 de diciembre: “De acuerdo con las disposiciones anteriores, las iniciativas de Ley de Ingresos y de Presupuesto de Egresos de la Federación que el jurista --por su licenciatura-- y economista --por su maestría-- presidente constitucional de la República, Felipe Calderón H., envió a la Cámara de Diputados, se encuentran totalmente al margen de la Ley de Planeación y de la fracción IV del artículo 74 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente, con todo y las más plausibles de las rectificaciones e intenciones presupuestales.”... El diputado federal Edmundo Ramírez Martínez escribió el 21 de diciembre: “Agradezco tus comentarios y tu información, estoy atento a ellos y en esta LX Legislatura estamos trabajando con dedicación, voluntad de servicio, sensibilidad social y compromiso con las familias mexicanas que más lo necesitan.”... Gentiles lectores de Utopía expresan sus mejores deseos para el año que comienza. Correspondo a sus buenos augurios y los registro en el orden en que fueron recibidos: Teresa Baeza Condori, de Tonantzin Tlalli Venerable Madre Tierra, AC, de Ciudad Victoria, Tamaulipas; la poetisa Livia Da-az; la feminista Cecilia Lipszyc, radicada en Argentina; José Vilchis Guerrero, reportero de Forum; José Sandoval, coordinador de Voluntarios de la Comunidad, San José California, Estados Unidos; Adrián Benítez, de la Defensoría General Gallardo, AC; la maestra Ángeles Arvizu Franco, de Ciudad Guadalupe, Nuevo León.
Eduardo Ibarra Aguirre
Dicen los franceses: “La mona aunque se vista de seda, mona se queda”. El refrán me vino a la mente enseguida de que vi la fotografía en la que Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa se disfrazó para compartir el rancho con 250 elementos del Ejército, la Marina, la Policía Federal Preventiva y la Agencia Federal de Investigación, en la Zona Militar número 43 del Ejército Mexicano, en Apatzingán, Michoacán.
Escribí que se disfrazó aunque sé muy bien que es el comandante supremo de las fuerzas armadas y eso le da derecho a usar la gorra de campaña con el escudo nacional y cinco estrellas, y la chamarra de color verde olivo, porque en la primera oportunidad que tuvo, Calderón se quitó la vestimenta militar y fue a saludar a cada uno de sus invitados a desayunar, que previamente fueron instruidos por sus jefes: “Vamos a suplicar a todos que cuando llegue el señor presidente aplaudan”. La tradición presidencial de acudir a estas ceremonias vestidos de civil, fue rota por un gobernante con gesto forzadamente adusto y que usa y abusa de las fuerzas armadas y las policiacas.
En 34 días del gobierno de las manos limpias y el empleo, la anterior fue la ocasión número cinco en que el michoacano se reunió con tropas, oficiales, jefes y mandos, lo que da por resultado una sesión pública castrense cada 5.6 días, sin contar las privadas y lo que ya es el sello distintivo del gobierno autodenominado de los pacíficos: a donde acude Calderón Hinojosa está siempre rodeado por sus hombres: Ejército y Estado Mayor Presidencial. Éste último es un ejército dentro del Ejército que lo mismo es usado para garantizar la seguridad del jefe de Estado, que para hacer los mandados al séquito familiar.
Toda la parafernalia castrense y policiaca fue montada con motivo de la Operación Conjunta Michoacán, la que fue tan exitosa que ahora se traslada a Tijuana, Baja California, sin que el Congreso haya sido informado y después de que en pleno operativo se reprodujeron las ejecuciones del narco y que en 2006 sumaron medio millar.
Las cifras que entregó Guillermo Galván Galván y con las que pretende avalar “resultados contundentes” y que no “tienen precedente”, las escucho y leo desde 1982, cuando Miguel de la Madrid Hurtado despachaba en Palacio Nacional, y un cuarto de siglo después el problema del narcotráfico se multiplicó exponencialmente y el mercado nacional de consumidores alcanzó cifras que lo convierten en un grave problema de salud pública.
El combate al crimen organizado y al narcotráfico no es un asunto mediático ni de imagen, como lo demuestra el estrepitoso fracaso de Vicente Fox Quesada y Rafael Marcial Macedo de la Concha, quienes pretendieron resolver en las pantallas del duopolio televisivo lo que la ciudadanía padece en escuelas y calles.
Calderón pareciera que anda por el mismo camino del hombre que sin inmutarse dijo: “Gané dos elecciones presidenciales”. Sólo que con la agravante de que el michoacano está muy urgido de que la República no sólo sepa que es su presidente sino que lo asuma como tal. Y para ello está pagando costos demasiado altos y peligrosos con sus políticas de seguridad coyunturales y efectistas que ignoran las causas socioeconómicas de la inseguridad y la delincuencia, y atropellan todos los días la ley de leyes.
Acuse de recibo
Del comentario del experto en planeación Lénine Rojas, extraigo el siguiente párrafo de un mensaje fechado el pasado 14 de diciembre: “De acuerdo con las disposiciones anteriores, las iniciativas de Ley de Ingresos y de Presupuesto de Egresos de la Federación que el jurista --por su licenciatura-- y economista --por su maestría-- presidente constitucional de la República, Felipe Calderón H., envió a la Cámara de Diputados, se encuentran totalmente al margen de la Ley de Planeación y de la fracción IV del artículo 74 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente, con todo y las más plausibles de las rectificaciones e intenciones presupuestales.”... El diputado federal Edmundo Ramírez Martínez escribió el 21 de diciembre: “Agradezco tus comentarios y tu información, estoy atento a ellos y en esta LX Legislatura estamos trabajando con dedicación, voluntad de servicio, sensibilidad social y compromiso con las familias mexicanas que más lo necesitan.”... Gentiles lectores de Utopía expresan sus mejores deseos para el año que comienza. Correspondo a sus buenos augurios y los registro en el orden en que fueron recibidos: Teresa Baeza Condori, de Tonantzin Tlalli Venerable Madre Tierra, AC, de Ciudad Victoria, Tamaulipas; la poetisa Livia Da-az; la feminista Cecilia Lipszyc, radicada en Argentina; José Vilchis Guerrero, reportero de Forum; José Sandoval, coordinador de Voluntarios de la Comunidad, San José California, Estados Unidos; Adrián Benítez, de la Defensoría General Gallardo, AC; la maestra Ángeles Arvizu Franco, de Ciudad Guadalupe, Nuevo León.
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