martes, noviembre 14, 2006

Artículo de fondo - José Ortiz Rosales

Desvergüenza

Si alguna palabra podría ilustrar adecuadamente el resultado del ejercicio de gobierno del foxismo-panismo, esa palabra sería fracaso, porque en ella se envolverían el resultado de todos los planes, proyectos, realizaciones, logros económicos, resultados políticos y todo cuanto se hace desde la Presidencia de la República, aterrizándolo a través de las Secretarías de Estado y de las innumerables dependencias que dependen directamente del Ejecutivo federal. Fracaso, un rotundo e insoslayable fracaso y ello tendrá que cargarse, a su tiempo y en sus circunstancias, al inventario bisexenal del panismo, que no supo mantener la misma enjundia, ni la organización ni el valor que tuvieron durante tantos años cuando eran oposición congruente, responsable y consecuente.

México y su pueblo tienen ahora un sabor amargo del gobierno panista que tantas expectativas despertó, cuando contra todos los pronósticos y la casi perfecta maquinaria de defraudación priísta se alzo con un triunfo inobjetable, que fue transparente, contundente y meritorio, para hacer soñar a los mexicanos que la justicia, en su más amplio e integral sentido nos envolvería gratificantemente. Pero el líder de ésa cruzada político-electoral resultó un charlatán, un inepto, crisol de frivolidad e hipocresía, que no solo decepcionó y desencantó a sus verdaderos y más leales amigos sino que, grotescamente, desencantó a millones de mujeres y de hombres a los que había hechizado con sus desplantes de macho, su voz engolada, su discurso incendiario y su decisión al parecer inquebrantable para iniciar una verdadera revolución en lo social, en lo político y en lo económico que transformaría al desgraciado país constantemente engañado y traicionado por los políticos a quienes el adalid del cambio definía como “tarántulas, tepocatas, alimañas y víboras prietas” y al finalizar el gobierno podemos constatar que entre los más mediocres presidentes del PRI, el resultó más mediocre; que entre los más frívolos presidente del PRI Fox fue campeón de frivolidad; que entre los más corruptos presidentes del PRI, el presidente Vicente Fox fue más corrupto y así, de manera irrefutable, Fox pasará a la historia como un presidente nefasto.
Y mire amigo lector, lo que son las cosas. Hasta hace poco tiempo Fox despertaba todavía alguna conmiseración y la gente decía que era “buena persona pero muy tonto” y ahora, en los últimos días de su mandato ya no hay segmento social que en verdad sienta ni siquiera piedad por el gran defraudador de los tiempos recientes. Fox es sin duda un ejemplo de incongruencia y de desfachatez. En todos los campos del quehacer político metió la pata a sabiendas y quizás hasta con gusto y sus ridículos desplantes de querer besar todos los días “a la señora Martha” y de afirmar ante periodistas extranjeros que ya se siente libre “para decir cualquier tontería, porque ya se va” lo ubica en el terreno incomprensible de la psiquiatría. Hoy la presidencia de Fox choca con el más elemental sentido del realismo trágico que se vive en el país y el saldo del foxismo-panismo no puede ser mas desolador, cuando menos por éstas superficiales razones:

1ª.- Vicente Fox no llegó ni siquiera a sospechar la obligación social y política que tenía de comportarse con un mínimo de seriedad y cordura. Su Presidencia fue como un injerto fallido entre Abdalá Bucaram y López Portillo.

2ª.- Vicente Fox creyó que el presidente de la República se convierte en propietario del país, de sus instituciones y de sus negocios por el tiempo que dura su mandato. Discrecionalmente dispuso de la fortuna que derrochaba su ambiciosa compañera sentimental primero y esposa después. Creyó que la rendición de cuentas era un mero formulismo pero se sabe bien, ahora y tardíamente, de que rebasó los límites de las finanzas destinadas a la Presidencia de la República aprovechando la ausencia de una normatividad específica. Como ningún otro presidente cedió su espacio institucional a su ambiciosa mujer e introdujo motivos graves de crispación entre las diversa fuerzas políticas. Lo más triste es ni siquiera pareció darse cuenta de ello.

3ª.- Vicente Fox Quesada jamás asumió su papel de jefe de Estado y de jefe de gobierno y en los 6 meses acumulados que duraron sus viajes por el extranjero, durante los 6 años, no hubo ni un sólo momento en el que la tradición talentosa e inteligente de México en el ámbito internacional se viera acrecentado. El presidente mexicano nos abochornó con su comportamiento porque, a querer o no, proyectaba la imagen del comportamiento nacional. Sus desatinos y desaciertos internacionales nos perseguirán como imágenes fantasmales en donde “el comes y te vas” que le endilgó a un estadista singular y su sometimiento ante el presidente Bush serán recordado durante varios sexenios más.

4ª.- Vicente Fox Quesada fue un autista de la política. En 6 años no logró entenderse con el Congreso de la Unión y señaladamente con la primera y segunda fuerza de la oposición. Tampoco logró atraer a su área de influencia a personajes de primer nivel, sin importar su filiación política, que hubieran podido coadyuvar con sus opiniones a darle a la política presidencial certeza y brillo. Fox ha sido un presidente damnificado en términos de la política nacional.

5ª.- Vicente Fox Quesada fue criminalmente irresponsable para con los sectores más vulnerables del país. La política salarial fue desastrosa, el presupuesto para la educación tacaño, los fondos para la investigación y la cultura de hambre, y el apoyo a los rubros que podrían haber fortalecido la creación de empleos y la diversificación en productos y servicios fue meramente simbólica. Con la misma tenacidad que perjudicó a los menesterosos del país, con esa misma enjundia favoreció a los grandes capitalistas y muestra elocuente de ello fue su oposición a rectificar sobre el FOBAPROA-IPAB. Señaladamente el año 2006 mostró a un presidente de la República agotado, sin idea de lo que tenía que hacer desde el más alto sitial de responsabilidades; fue una exacerbación de negligencia, fatuidad, valemadrismo en una palabra.

Y a pesar de todo eso logró imponer a su cuidador de espaldas, al que sin duda alguna comprometió para seguir cubriendo a sus entenados y a su mujer. Pobre México, sometido secularmente, engañado y expoliado. Y quién lo dijera, en el último sexenio por el peor de los mercanchinfles. 14/11/2006

!!Sufragio Efectivo no Imposición!!

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