domingo, noviembre 12, 2006

Satiricosas - Manú Dornbierer

¡Ya era hora!

Por fin despertaron los gringos. Ya era hora de que detuvieran a su Hitler por el que se dejaron robar sin chistar las dos últimas elecciones, la del 2000 y la del 2004, como se cansaron de denunciar en el vacío periodistas y escritores estadunidenses de la talla de Noam Chomsky y del menos involucrado, pero no menos lúcido, Gore Vidal.

Como Robert Fisk, Greg Palast o David Swanson, al que le indignó tanto la pasividad de sus compatriotas ante los fraudes electorales, que cuando millones de mexicanos de izquierda protestamos por el que nos aplicaron el 2 de julio y vio los campamentos en el D.F., escribió algo que jamás se había oído -lo repito cuantas veces viene a colación- “me avergüenzo de no ser mexicano”.

Como James Petras o el perseguido y ridiculizado sin éxito Michael Moore, entre muchos más autoexiliados o no.

Ya era hora de que los gringos conscientes defendieran su seguridad personal dentro de su país, su propia dignidad ciudadana, sus más elementales derechos civiles en buena medida cancelados por el Patriot Act que les impuso la estrategia terrorista de George Bush inmediatamente tras la caída de las Torres Gemelas. Cada vez más terrícolas, entre ellos los neoyorquinos parientes de las más de tres mil víctimas a los que nunca ha indemnizado el gobierno de Bush, están convencidos de que la culpabilidad por el colosal atentado debe buscarse dentro y no fuera.

Piensan -pensamos- que el 11-9 es atroz inicio de esa misma estrategia planeada por el Presidente y sus halcones con la innapreciable ayuda de Osama Bin Laden, miembro de una familia amiga y por años socia en sus negocios petroleros del diabólico clan Bush. Hay que recordar que no sólo George W es el diablo, como bien dijo en la ONU Hugo Chávez, hoy por cierto muy mesurado cuando celebra el despido por incompetencia en Irak de Donald Rumsfeld, secretario de Guerra y sólo pide que también se vaya Bush, en lugar de exigir contra él un juicio por genocidio, como el que le recetó a su examigo Saddam Hussein. ¿Qué no han hecho ambos lo mismo, matar y torturar a poblaciones enteras y a sus propios compatriotas?

Bush, el más viejo, el de la CIA, inició en 1990 la aberrante vendetta familiar contra Irak. La única diferencia entre padre e hijo respecto a la metódica destrucción de ese país es que el padre contó con la inicua complicidad de la ONU, para la 1¦ Guerra del Golfo y sus personales bombardeos, con uso de uranio enriquecido (decíase in situ) y George W con su también repudiado amigo Blair se pasaron a la Organización y a toda la humanidad opuesta a la pavorosa invasión genocida por donde usted sabe. En 1995 estuve dos semanas en el Irak del embargo y pude ver con mis propios ojos las consecuencias de “La Madre de todas las batallas” y el deterioro de la vida de los iraquíes por el embargo, que impedía hasta que entrara al país una refacción para las plantas de tratamiento de agua. “Los Bush contra Irak” es simplemente un pleito familiar por intereses petroleros al que han arrastrado al planeta.

Ya era hora de que se supiera cuánto cuesta la invasión y actual ocupación de Irak por tropas no autorizadas, pero tampoco detenidas por la ONU. “La guerra de Irak costará más de 2 TRILLONES de dólares”, dice Joseph Stiglitz, quien fue presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, economista en Jefe del Banco Mundial y Premio Nobel en el 2001, al que preocupa el temible impacto de tan enorme gasto bélico sobre su país y el mundo, ya que el Congreso republicano ha tenido abiertas sus arcas para todo lo que pueda “combatir al terrorismo”. Y es también hora de que se recuerde que esta guerra de la que no saben qué hacer hoy los gringos, se planeó sobre todo para ganar dinero. Amén de apoderarse del petróleo iraquí y de pillar al país entero -¿dónde está el contenido de los museos de Irak?-, para la “reconstruccón” del país que destruyeron en la pesadilla bélica de entrada y con la ocupación del país. Richard Cheney, dueño con los Bush de la compañía petrolera Halliburton, es otro monstruo de la camarilla presidencial, tanto del padre, como del hijo Bush. Fue secretario de la Guerra (a la que le dicen cínicamente “Defensa”) del padre y es vicepresidente del hijo. Y Halliburton se ocupa de los gastos de la ocupación, las armas, la ropa, la comida, la salud, el housing etc., en Irak y en Afganistán. Un pequeño negocio neoliberal como muchos más. ¿Cómo van a querer que se acabe?

El todavía vigente Congreso estadunidense, dominado por la extrema derecha, recibió por fin el determinante rechazo de los electores el 7 de noviembre de 2006. Por fin, por fin. Pero hay analistas que aún se hacen cruces y se preguntan por qué. Alguno dice que por los escándalos homosexuales de los muy machos y cristianos republicanos o por algo más plausible, la muerte de tantos soldados estadunidenses, muchísimos de origen mexicano. Pero es tal el deterioro de sus valores que no hay uno que haya mencionado que quizás el rechazo se debió también a que LEGALIZO LA TORTURA, como una práctica aceptable para defender a USA del terrorismo. ¿Cuál es la diferencia entre Guantánamo y un campo de concentración nazi? Pero en fin, se acabó. Bush sólo podrá seguir engañando a los borregos derechistas. Los demás ya abrieron los ojos y la conciencia. No le fue posible a los republicanos, en una elección legislativa tan amplia, un verdadero referéndum, hacer los acostumbrados chanchullos -a lo mejor hasta los asesora el PRIAN- para robarse la votación.

Por otra parte, en América Latina, la que quiere tener la cara en alto: Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia, Nicaragua, Perú (?) era también ya la hora de definiciones claras. Para Chile, hora también de que le quitara la inmunidad a Augusto Pinochet, el anciano más canalla y criminal de los titulares de hoy ¿o qué forzosamente la vejez borra los crímenes? Y era hora para Nicaragua de darle una segunda oportunidad al sandinista Daniel Ortega, que ayudó a salvarla de Somoza. Por supuesto odiado por Bush, Ortega fue atacado directamente para evitar su ascenso por el embajador gringo en Managua, Paul Trivelli, cuyas intervenciones en la campaña presidencial se denunciaron en la OEA. Hasta el común chantaje utilizó su (poca) Excelencia. Les retiramos la ayuda en dinero, bloquearemos las remesas, fueron argumentos del bushismo, por el susto que le tiene al triángulo defensivo contra el neoliberalismo, el descarado imperialismo de W, que formarían Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega. Los nicaragüenses no le hicieron caso al embajador metiche.

En cambio aquí en México sigue siendo el rey el embajador Tony de la Garza, marido de “las coronas”, que los consumidores politizados boicoteamos. Se permite pedir en la prensa las cabezas de los periodistas que le molestan. ¡Y hay quien las da!

Para el México del fraude electoral por desgracia ya pasó de momento la hora de levantar la frente, de intentar de verdad un México para los mexicanos, de ver al sol en lugar de ver las botas de Bush. Pero sin duda el voto de los migrantes, o mejor dicho emigrados, esos sí valientes que mantienen a la mitad del país, ayudó a los demócratas gringos. A ver qué pasa y gracias, mexicanos de fuera. Dentro, el miedo, el indecente derrotismo nacional -no, pos no se puede, así ha sido siempre- deja a México fuera del luminoso panorama de la valentía bolivarinaa de otros países hermanos. Y con su querido socio gringo ya vimos con el muro lo bien que le fue al lambiscón de Fox. ¿Lo mismo sucederá con su pequeño, en todos sentidos, heredero panista? El Washington Post opinó que es lo mismo que Fox. Fecal en cambio dice que fue a “abrir una nueva época de las relaciones”. Ya le andaba por ir de visita a la Casa Blanca con sus cuates, su niño Mouriño, la Pepa Goebbels (con una denuncia penal a cuestas) y el resto de la pandilla, que por lo visto no es muy diferente de la que nos aplicó Fox para que se repartiera el país y describió jugosamente para Aristegui en W Nino Korrodi.

YA ES HORA de que el casi no presidente conteste lo dicho por Guillermo Ortiz desde el Banco de México. Si entraron al país 420 mil millones de dólares mientras Marta Fox mandó en Los Pinos ¿por qué sólo 2 por ciento de tan enorme cantidad se invirtió en obra productiva? ¿qué el nuevo Congreso, que por lo menos le impidió a la pareja presidencial ir con nuestro dinero a Australia al baby-shower de la hija Paulina, no va buscar dónde quedó la bolita trillonaria de los excedentes del petróleo, entre otras fuentes de ingresos de este país? ¿O qué, dejarán ir a Fox con un pequeño berrinche nada más?

www.manudornbierer.com

!!Sufragio Efectivo no Imposición!!

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