• Los desaciertos de Ceci...
• Y las ejecuciones en aumento
La inteligencia de algunas mujeres en la política, mi estimado, les sirve más para fortalecer sus locuras y ambiciones que su razón. Mientras el original bullicio se extiende con la llegada, como diría el clásico azul, del divertidísimo día del cambio de poderes, las ejecuciones, la inseguridad y el desmadre del queso oaxaqueño tiñen de colores rojizos el panorama nacional que con el paso de los días, my friend, da brochazos de que varias cositas están totalmente fuera de control.
Parece no causar mayores sorpresas en el gobierno federal el creciente número de ejecuciones que diariamente, y con absoluta impunidad, desafían las sonrisas oficiales de que el país va viento en popa y de... poca.
En Nuevo León, al gobernador González Parás se le sigue apareciendo el demonio vestido de narco mientras radio pasillo vocifera que su simpática cúpula está, digamos, bastante contaminada. Y eso que su fiesta apenas está comenzando.
Guerrero es tierra de nadie mientras todos saben de qué lado (y con ayuda de quién) escupe la iguana tropical. Michoacán, Sinaloa —donde ya no quieren ni dar cifras para evitar estar en el top ten—, Tijuana, Chihuahua, Tamaulipas, Quintana Roo, Veracruz, Tabasco y la capital se suman al reventón del organizado (y desorganizado) crimen.
Como si faltaran ingredientes de desorden, los golpes bajos para ocupar carteras en la próxima administración no tienen desperdicio.
Eduardo Medina Mora acepta que hubo atropellos y travesuras en el operativo en Atenco deslindando a la PFP... y aventándole la bolita de culpa al gobernador Enrique Peña Nieto (a quien sólo le interesa que Arturo Montiel salga bien librado del cochinero económico-inmobiliario-electoral porque sabe que el salpicadero terminará, tarde o temprano, con su imagen) que no entiende, que no entiende... el huracán mexiquense que se le avecina.
En medio de todos los hilos sueltos, el concurso por la nominación del mes al más intrépido, valeroso y echador tiene varios finalistas, my friend, así que póngase cómodo y sin drink para evitar ahogarse por las carcajadas.
En la chistosa lista de the most wanted aparecen dos mujeres que, como los príncipes, encuentran pocos amigos verdaderos.
Una es Cecilia Romero, firme defensora de (vivir del presupuesto) una lacra azul llamada Rolando García Alonso quien orquestó, en nombre de Felipe Calderón, una campaña sucia para descarrilar a Manuel Espino en su búsqueda por la presidencia de la ODCA. Cartas, correos y demás artilugios no fueron suficientes para evitar que Ceci diera un resbalón marca nomeolvides y saliera enjundiosa a defender... lo indefendible. Al sobrado de Rolandito nadie lo quiere ni aunque se coma un gusanito, pues.
Hoy la Ceci anda entusiasmada (des)organizando la toma de protesta de Calderón, lo que garantiza, my friend, la tan pronosticada diversión. Sus mesuradas y sensatas declaraciones –desestimando la ensalivada jiribilla de Manlio Fabio Beltrones– afirmando que Felipe acudirá a San Lázaro el próximo 1 de diciembre, cierran anticipadamente varios márgenes de maniobra... but who gives a shit.
La otra joyita es, of course, la pistolita automática. ¿Qué tiradero hizo la Jose esta vez?
La megalacra de Ulises Ruiz, quien anda encantado de haber nacido jugando a quitar y poner personajes en su gabinete, está vociferando a los cuatro vientos que el gobierno federal con sus ultimátums y pendejadas le hacen lo que el viento a Juárez, ya que su arreglón, perdón, negociación con Vázquez Mota va de pelos.
La colaboradora de Felipe, en una peligrosa estrategia paralela, apapacha, cuida, arropa y pacta lo que sea necesario con Ruiz, quien se pitorrea del PAN y del gobierno de Vicente Fox.
La ocurrente pregunta es, como siempre, si va por la libre en automático... o con la anuencia y conocimiento de Felipe Calderón.
He ahí el dilema.
Ya que con la entrada oficial de su estupenda operadora política en el coctelito oaxaqueño, el vaticinio para el capítulo de diversión es... nulo, zero, zap, nada. Al contrario, my friend, Ulises se volverá un peligro para ellos... pero en fin, se aceptan apuestas. Ahora sí, corra por su drink...
Parece no causar mayores sorpresas en el gobierno federal el creciente número de ejecuciones que diariamente, y con absoluta impunidad, desafían las sonrisas oficiales de que el país va viento en popa y de... poca.
En Nuevo León, al gobernador González Parás se le sigue apareciendo el demonio vestido de narco mientras radio pasillo vocifera que su simpática cúpula está, digamos, bastante contaminada. Y eso que su fiesta apenas está comenzando.
Guerrero es tierra de nadie mientras todos saben de qué lado (y con ayuda de quién) escupe la iguana tropical. Michoacán, Sinaloa —donde ya no quieren ni dar cifras para evitar estar en el top ten—, Tijuana, Chihuahua, Tamaulipas, Quintana Roo, Veracruz, Tabasco y la capital se suman al reventón del organizado (y desorganizado) crimen.
Como si faltaran ingredientes de desorden, los golpes bajos para ocupar carteras en la próxima administración no tienen desperdicio.
Eduardo Medina Mora acepta que hubo atropellos y travesuras en el operativo en Atenco deslindando a la PFP... y aventándole la bolita de culpa al gobernador Enrique Peña Nieto (a quien sólo le interesa que Arturo Montiel salga bien librado del cochinero económico-inmobiliario-electoral porque sabe que el salpicadero terminará, tarde o temprano, con su imagen) que no entiende, que no entiende... el huracán mexiquense que se le avecina.
En medio de todos los hilos sueltos, el concurso por la nominación del mes al más intrépido, valeroso y echador tiene varios finalistas, my friend, así que póngase cómodo y sin drink para evitar ahogarse por las carcajadas.
En la chistosa lista de the most wanted aparecen dos mujeres que, como los príncipes, encuentran pocos amigos verdaderos.
Una es Cecilia Romero, firme defensora de (vivir del presupuesto) una lacra azul llamada Rolando García Alonso quien orquestó, en nombre de Felipe Calderón, una campaña sucia para descarrilar a Manuel Espino en su búsqueda por la presidencia de la ODCA. Cartas, correos y demás artilugios no fueron suficientes para evitar que Ceci diera un resbalón marca nomeolvides y saliera enjundiosa a defender... lo indefendible. Al sobrado de Rolandito nadie lo quiere ni aunque se coma un gusanito, pues.
Hoy la Ceci anda entusiasmada (des)organizando la toma de protesta de Calderón, lo que garantiza, my friend, la tan pronosticada diversión. Sus mesuradas y sensatas declaraciones –desestimando la ensalivada jiribilla de Manlio Fabio Beltrones– afirmando que Felipe acudirá a San Lázaro el próximo 1 de diciembre, cierran anticipadamente varios márgenes de maniobra... but who gives a shit.
La otra joyita es, of course, la pistolita automática. ¿Qué tiradero hizo la Jose esta vez?
La megalacra de Ulises Ruiz, quien anda encantado de haber nacido jugando a quitar y poner personajes en su gabinete, está vociferando a los cuatro vientos que el gobierno federal con sus ultimátums y pendejadas le hacen lo que el viento a Juárez, ya que su arreglón, perdón, negociación con Vázquez Mota va de pelos.
La colaboradora de Felipe, en una peligrosa estrategia paralela, apapacha, cuida, arropa y pacta lo que sea necesario con Ruiz, quien se pitorrea del PAN y del gobierno de Vicente Fox.
La ocurrente pregunta es, como siempre, si va por la libre en automático... o con la anuencia y conocimiento de Felipe Calderón.
He ahí el dilema.
Ya que con la entrada oficial de su estupenda operadora política en el coctelito oaxaqueño, el vaticinio para el capítulo de diversión es... nulo, zero, zap, nada. Al contrario, my friend, Ulises se volverá un peligro para ellos... pero en fin, se aceptan apuestas. Ahora sí, corra por su drink...
!!Sufragio Efectivo no Imposición!!
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