Por Ricardo Andrade Jardí
La escena podría ser entre dos compañeros de trabajo, a la hora de la comida, entre el guisado y el postre. (Ciudad Madero, Tamaulipas o Cholula, Puebla o Campeche, Campeche, etc.).
Sujeto uno: No puedo creer que tantas televisoras se pusieran de acuerdo para decir lo mismo.
Sujeto dos: ¿Tantas? Sólo son dos.
Sujeto uno: Bueno, no puedo creer que los noticieros mientan igual.
Sujeto dos: ¿Pero sí puedes creer que cientos de personas se pusieron de acuerdo para mentir y para decir que Ulises es un asesino?
Sujeto uno: Bueno, no es eso pero...
Sujeto dos: Es decir, si lo dice el "señor López" Dóriga, es verdad, pero si lo dicen los de la APPO es mentira, porque López Dóriga lo dice.
(Silencio)
Sujeto uno: Bueno, es que conocí a una persona de Aguascalientes a la que le contaron que en las barricadas de la APPO asaltaban a la gente...
Sujeto dos: ¿En las de la APPO o en las que puso Ulises Ruiz con sus esbirros para intentar desprestigiar a los de la APPO?
Sujeto uno: Pero también dicen que en Oaxaca la gente que está en lo del movimiento es de otros Estados e incluso de fuera.
Sujeto dos: ¿Quién dice?
Sujeto uno: Pues, dicen, que son grupos radicales que...
Sujeto dos: ¿Qué sabes de la APPO? ¿Cuándo los has escuchado? ¿Qué piden? ¿Por qué lo piden? ¿Quiénes son quienes la integran? ¿Qué sabes en realidad de lo que está pasando en Oaxaca si ni siquiera sabes lo que pasa en tu Estado o peor aún en tu ciudad?
(Pausa)
Sabes, en realidad, el asunto es bien simple. Es más fácil y cómodo creer las mentiras de López Dóriga o Loret de Mola o de Alátere, que creer en la mayoría ciudadana. Creer en lo que demandan los otros que son iguales a mí es empezar a creer en mí y esa es una responsabilidad bien grande, es algo como lo del miedo a la libertad de Erick Fromm. El día que tú te des la oportunidad de escuchar lo que tus vecinos demandan, ese día te darás cuenta que lo que piden no es tan diferente de lo que tú pides, si te sientas a escuchar lo que los otros, los que no pueden ni quieren seguir callados, tienen que decir, empezarás a escucharte a ti mismo y ahí está el problema, creer en ti es empezar a hacerte responsable de ti y de los otros, es empezar a decidir por ti mismo lo que quieres escuchar, lo que quieres comer, lo que quieres estudiar, lo que quieres vestir y no dejar, ya, que los que están del otro lado de la tele sigan decidiendo por ti. Es darte la oportunidad de pensar que la mentira efectivamente puede estar en la televisión y no en la calle, que es el primer paso para reconocer tu realidad concreta, y, por tanto, para comenzar el camino de la transformación de esa realidad que es exactamente la misma que la de los otros, los de la APPO, los del voto por voto, los de la Defensa de la Tierra, la de los ecologistas, la de los maestros y los estudiantes, la de los campesinos de Oxcum, que han empezado a cambiarla.
Pero es una responsabilidad bien grande ¿verdad?
Es bien difícil asumir que uno puede ser forjador de su destino y que lo que diga o no diga siempre tiene consecuencias.
Es más fácil que los López Dóriga decidan por nosotros. Es mucho más cómodo que otros nos digan qué es lo que nos gusta, cómo debemos vestirnos, en qué debemos creer e incluso lo que debemos soñar.
Pero...
Si las cosas salen mal, si los pederastas violan a tus hijos, si los banqueros roban a tu familia, si permites que otros pierdan su empleo mientras callas, estás permitiendo que la impunidad se imponga, tarde o temprano, te darás cuenta de que la realidad de todas formas y contra lo que la televisión te enseña te abrazará avasallantemente sin que ya puedas hacer mucho.
Date la oportunidad de conocer a los otros antes de juzgarlos sólo porque un cretino patológicamente mentiroso te lo dice, conoce los diferentes puntos de vista y de ahí decide qué prefieres creer, pero decídelo tú y no dejes que otros lo decidan por ti y verás que el mundo cambia cuando te haces responsable del fragmento de la historia que te ha tocado vivir.
Oscuro lento, mientras escuchamos los sonidos comunes de alguna ciudad de la provincia mexicana.
Sujeto uno: No puedo creer que tantas televisoras se pusieran de acuerdo para decir lo mismo.
Sujeto dos: ¿Tantas? Sólo son dos.
Sujeto uno: Bueno, no puedo creer que los noticieros mientan igual.
Sujeto dos: ¿Pero sí puedes creer que cientos de personas se pusieron de acuerdo para mentir y para decir que Ulises es un asesino?
Sujeto uno: Bueno, no es eso pero...
Sujeto dos: Es decir, si lo dice el "señor López" Dóriga, es verdad, pero si lo dicen los de la APPO es mentira, porque López Dóriga lo dice.
(Silencio)
Sujeto uno: Bueno, es que conocí a una persona de Aguascalientes a la que le contaron que en las barricadas de la APPO asaltaban a la gente...
Sujeto dos: ¿En las de la APPO o en las que puso Ulises Ruiz con sus esbirros para intentar desprestigiar a los de la APPO?
Sujeto uno: Pero también dicen que en Oaxaca la gente que está en lo del movimiento es de otros Estados e incluso de fuera.
Sujeto dos: ¿Quién dice?
Sujeto uno: Pues, dicen, que son grupos radicales que...
Sujeto dos: ¿Qué sabes de la APPO? ¿Cuándo los has escuchado? ¿Qué piden? ¿Por qué lo piden? ¿Quiénes son quienes la integran? ¿Qué sabes en realidad de lo que está pasando en Oaxaca si ni siquiera sabes lo que pasa en tu Estado o peor aún en tu ciudad?
(Pausa)
Sabes, en realidad, el asunto es bien simple. Es más fácil y cómodo creer las mentiras de López Dóriga o Loret de Mola o de Alátere, que creer en la mayoría ciudadana. Creer en lo que demandan los otros que son iguales a mí es empezar a creer en mí y esa es una responsabilidad bien grande, es algo como lo del miedo a la libertad de Erick Fromm. El día que tú te des la oportunidad de escuchar lo que tus vecinos demandan, ese día te darás cuenta que lo que piden no es tan diferente de lo que tú pides, si te sientas a escuchar lo que los otros, los que no pueden ni quieren seguir callados, tienen que decir, empezarás a escucharte a ti mismo y ahí está el problema, creer en ti es empezar a hacerte responsable de ti y de los otros, es empezar a decidir por ti mismo lo que quieres escuchar, lo que quieres comer, lo que quieres estudiar, lo que quieres vestir y no dejar, ya, que los que están del otro lado de la tele sigan decidiendo por ti. Es darte la oportunidad de pensar que la mentira efectivamente puede estar en la televisión y no en la calle, que es el primer paso para reconocer tu realidad concreta, y, por tanto, para comenzar el camino de la transformación de esa realidad que es exactamente la misma que la de los otros, los de la APPO, los del voto por voto, los de la Defensa de la Tierra, la de los ecologistas, la de los maestros y los estudiantes, la de los campesinos de Oxcum, que han empezado a cambiarla.
Pero es una responsabilidad bien grande ¿verdad?
Es bien difícil asumir que uno puede ser forjador de su destino y que lo que diga o no diga siempre tiene consecuencias.
Es más fácil que los López Dóriga decidan por nosotros. Es mucho más cómodo que otros nos digan qué es lo que nos gusta, cómo debemos vestirnos, en qué debemos creer e incluso lo que debemos soñar.
Pero...
Si las cosas salen mal, si los pederastas violan a tus hijos, si los banqueros roban a tu familia, si permites que otros pierdan su empleo mientras callas, estás permitiendo que la impunidad se imponga, tarde o temprano, te darás cuenta de que la realidad de todas formas y contra lo que la televisión te enseña te abrazará avasallantemente sin que ya puedas hacer mucho.
Date la oportunidad de conocer a los otros antes de juzgarlos sólo porque un cretino patológicamente mentiroso te lo dice, conoce los diferentes puntos de vista y de ahí decide qué prefieres creer, pero decídelo tú y no dejes que otros lo decidan por ti y verás que el mundo cambia cuando te haces responsable del fragmento de la historia que te ha tocado vivir.
Oscuro lento, mientras escuchamos los sonidos comunes de alguna ciudad de la provincia mexicana.
!!Sufragio Efectivo no Imposición!!
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