Por Porfirio Muñoz Ledo.-
El Frente Amplio Progresista: Partidos políticos, legisladores, gobernadores, alcaldes, sindicatos, organizaciones sociales y ciudadanos, hemos condenado reiteradamente la brutal agresión al pueblo de Oaxaca, exigido la rendición de cuentas y propuesto la plena restauración democrática en ese Estado y en el país.
Asistimos a la degradación de las instituciones nacionales por la imprudencia y salvajismo del gobierno, el empleo brutal de la fuerza, la ocupación militar que secuestra la soberanía popular y al uso faccioso y criminal de la autoridad pública. Ello resume la torpe invasión de Oaxaca por la decisión del poder central.
Es ese Estado nudo geográfico, étnico, histórico y cultural del país. Ninguno tan denso y complejo en el espacio de la República. Pueblo heroíco, es a un tiempo espejo y concentración de la inequidad nacional. Microcosmos de nuestras virtudes, lo es también de nuestra miseria y marginación. Escenario privilegiado del despotismo, la discriminación y la injusticia. Si sus problemas son antiguos, la decisión adoptada es anacrónica. Reviven las crueldades del México bárbaro y el ancestral desprecio del caciquismo por la gente, sus problemas y sus reclamos.
Como afirma Javier Corral, “el caldo de cultivo de lo que hoy se vive es la profunda desigualdad y pobreza de la región, dominada en tiempos recientes por el peor de los priísmos: El que conjunta la supina ignorancia con el autoritarismo y la corrupción. La operación quirúrgica no borrará esa memoria”.La crisis fue desatada por la manipulación del gobierno federal con vista a los comicios del 2 de julio. El propósito era desestabilizar a las autoridades del sur y del sureste de la República para orillarlos a torcer el voto de los seguidores del PRI a favor del candidato presidencial del PAN. El origen inmediato del problema es perverso. Comienza cuando la Federación regatea la transferencia de subsidios para el magisterio de Oaxaca, con la complicidad de la señora Gordillo, a quien se le ha dado carta blanca para premiar a sus adherentes y castigar a sus opositores. Así se tejió una alianza truculenta entre gobernadores de la región que, por temor o concupiscencia, contribuyeron a viciar el proceso electoral.
Era preciso levantar un cerco político ahí donde la coalición Por el Bien de Todos obtuvo victorias arrolladoras. En Chiapas no lo lograron y en Tabasco sólo alcanzaron un triunfo pírrico. No podrán detener el avance social mediante una coalición de cacicazgos sostenidos por tanquetas. No pasarán en su intento por aplastar la determinación ciudadana, ni en la sinrazón de detener la historia. La salida de Ulises Ruiz es una necesidad ingente y un acto elemental de justicia, pero es notoriamente insuficiente. Lo que pretenden es la dimisión del gobernador, a la que todavía se resiste su partido, para poder nombrar sucesivamente mandatarios postizos bajo la jurisdicción de Los Pinos.
La invocación del artículo 119 de la Constitución no justifica la ocupación militar, ya que “el deber de los poderes de la Unión de proteger a los Estados en caso de sublevación o trastorno interior” ha de llevarse a cabo según la competencia de cada uno. En la circunstancia, lo que procede es la declaración del Senado de la República de que “han desaparecido los poderes en el Estado y es llegado el caso de nombrarle un gobernador provisional, quien convocará a elecciones conforme a los preceptos constitucionales de la entidad”.
La ley reglamentaria de ese mandamiento establece, en la fracción tercera de su artículo segundo que “se configura la desaparición de poderes de un Estado cuando estuvieran imposibilitados para el ejercicio de sus funciones, con motivo de conflictos causados o propiciados por ellos mismos”.
La Constitución de Oaxaca prevé para esos casos en su artículo 72 fracción séptima que “el gobernador provisional que nombre el Senado deberá convocar —además— a elecciones de diputados al día siguiente que tome posesión de su cargo y que esos comicios deberán efectuarse a los treinta días de la convocatoria”.La santa alianza se opone a la desaparición de poderes porque no quiere devolver la soberanía al pueblo de Oaxaca. Pretenden mantenerla bajo cautiverio a fin de consolidar un colonialismo interno.
Esta es una réplica de la invasión de Irak: Abusos, saqueos, cateos y aprehensiones ilegales. Violencia ilegítima con el pretexto de reestablecer el Estado de derecho, cuando lo que se busca es instaurar el Estado de derecha. Más trabajo les va a costar salir de Oaxaca que a los norteamericanos haber entrado en Bagdad.Lo que se requiere es la restauración de la República desde el corazón de su historia. Me temo que éste sea al mismo tiempo el último acto rapaz del gobierno de Fox y la primera decisión política de un gobierno espurio. Basta pensar que la represión se desató cuando ocurrió la muerte de un ciudadano estadounidense. El sureste de México no es el Medio Oriente, ni puede convertirse en un objetivo adicional de la Casa Blanca.
No aceptaríamos en nuestro país una réplica del señor Bush. No queremos un bushito en la Presidencia de México. Aprestémonos a liberar Oaxaca. Organicemos una gran marcha nacional para la reconquista democrática. Llamemos a todos los ciudadanos conscientes para que se movilicen en pos del rescate de la soberanía conculcada. 02/11/2006
!! Fuera URO y PFP de Oaxaca !!
El Frente Amplio Progresista: Partidos políticos, legisladores, gobernadores, alcaldes, sindicatos, organizaciones sociales y ciudadanos, hemos condenado reiteradamente la brutal agresión al pueblo de Oaxaca, exigido la rendición de cuentas y propuesto la plena restauración democrática en ese Estado y en el país.
Asistimos a la degradación de las instituciones nacionales por la imprudencia y salvajismo del gobierno, el empleo brutal de la fuerza, la ocupación militar que secuestra la soberanía popular y al uso faccioso y criminal de la autoridad pública. Ello resume la torpe invasión de Oaxaca por la decisión del poder central.
Es ese Estado nudo geográfico, étnico, histórico y cultural del país. Ninguno tan denso y complejo en el espacio de la República. Pueblo heroíco, es a un tiempo espejo y concentración de la inequidad nacional. Microcosmos de nuestras virtudes, lo es también de nuestra miseria y marginación. Escenario privilegiado del despotismo, la discriminación y la injusticia. Si sus problemas son antiguos, la decisión adoptada es anacrónica. Reviven las crueldades del México bárbaro y el ancestral desprecio del caciquismo por la gente, sus problemas y sus reclamos.
Como afirma Javier Corral, “el caldo de cultivo de lo que hoy se vive es la profunda desigualdad y pobreza de la región, dominada en tiempos recientes por el peor de los priísmos: El que conjunta la supina ignorancia con el autoritarismo y la corrupción. La operación quirúrgica no borrará esa memoria”.La crisis fue desatada por la manipulación del gobierno federal con vista a los comicios del 2 de julio. El propósito era desestabilizar a las autoridades del sur y del sureste de la República para orillarlos a torcer el voto de los seguidores del PRI a favor del candidato presidencial del PAN. El origen inmediato del problema es perverso. Comienza cuando la Federación regatea la transferencia de subsidios para el magisterio de Oaxaca, con la complicidad de la señora Gordillo, a quien se le ha dado carta blanca para premiar a sus adherentes y castigar a sus opositores. Así se tejió una alianza truculenta entre gobernadores de la región que, por temor o concupiscencia, contribuyeron a viciar el proceso electoral.
Era preciso levantar un cerco político ahí donde la coalición Por el Bien de Todos obtuvo victorias arrolladoras. En Chiapas no lo lograron y en Tabasco sólo alcanzaron un triunfo pírrico. No podrán detener el avance social mediante una coalición de cacicazgos sostenidos por tanquetas. No pasarán en su intento por aplastar la determinación ciudadana, ni en la sinrazón de detener la historia. La salida de Ulises Ruiz es una necesidad ingente y un acto elemental de justicia, pero es notoriamente insuficiente. Lo que pretenden es la dimisión del gobernador, a la que todavía se resiste su partido, para poder nombrar sucesivamente mandatarios postizos bajo la jurisdicción de Los Pinos.
La invocación del artículo 119 de la Constitución no justifica la ocupación militar, ya que “el deber de los poderes de la Unión de proteger a los Estados en caso de sublevación o trastorno interior” ha de llevarse a cabo según la competencia de cada uno. En la circunstancia, lo que procede es la declaración del Senado de la República de que “han desaparecido los poderes en el Estado y es llegado el caso de nombrarle un gobernador provisional, quien convocará a elecciones conforme a los preceptos constitucionales de la entidad”.
La ley reglamentaria de ese mandamiento establece, en la fracción tercera de su artículo segundo que “se configura la desaparición de poderes de un Estado cuando estuvieran imposibilitados para el ejercicio de sus funciones, con motivo de conflictos causados o propiciados por ellos mismos”.
La Constitución de Oaxaca prevé para esos casos en su artículo 72 fracción séptima que “el gobernador provisional que nombre el Senado deberá convocar —además— a elecciones de diputados al día siguiente que tome posesión de su cargo y que esos comicios deberán efectuarse a los treinta días de la convocatoria”.La santa alianza se opone a la desaparición de poderes porque no quiere devolver la soberanía al pueblo de Oaxaca. Pretenden mantenerla bajo cautiverio a fin de consolidar un colonialismo interno.
Esta es una réplica de la invasión de Irak: Abusos, saqueos, cateos y aprehensiones ilegales. Violencia ilegítima con el pretexto de reestablecer el Estado de derecho, cuando lo que se busca es instaurar el Estado de derecha. Más trabajo les va a costar salir de Oaxaca que a los norteamericanos haber entrado en Bagdad.Lo que se requiere es la restauración de la República desde el corazón de su historia. Me temo que éste sea al mismo tiempo el último acto rapaz del gobierno de Fox y la primera decisión política de un gobierno espurio. Basta pensar que la represión se desató cuando ocurrió la muerte de un ciudadano estadounidense. El sureste de México no es el Medio Oriente, ni puede convertirse en un objetivo adicional de la Casa Blanca.
No aceptaríamos en nuestro país una réplica del señor Bush. No queremos un bushito en la Presidencia de México. Aprestémonos a liberar Oaxaca. Organicemos una gran marcha nacional para la reconquista democrática. Llamemos a todos los ciudadanos conscientes para que se movilicen en pos del rescate de la soberanía conculcada. 02/11/2006
!! Fuera URO y PFP de Oaxaca !!
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