viernes, noviembre 10, 2006

DESAFÍO - Rafael Loret de Mola

*Economía y Optimismo
*Acuerdos de Calderón
*Los Narcos Olvidados


El designado “presidente electo”, Felipe Calderón, quien ya se prepara para el divertido día de su asunción presidencial –así lo calificó él mismo-, se muestra de lo más tranquilo porque considera que el buen comportamiento de la macroeconomía le ofrecerá parabienes excepcionales desde el arranque de su función. Más todavía con la presencia de Agustín Cartens, el secretario de Hacienda en potencia –jamás antes se había hecho público un nombramiento de este calibre con tanta antelación-, uno de los hombres de mayor cercanía y confianza de Rodrigo Rato, el español que encabeza al Fondo Monetario Internacional. ¡La de “paellas” que habrán disfrutado juntos!
El optimismo de la derecha, apretado en el aval de uno de cada cinco empadronados y de sólo el 35 por ciento de los votantes que cumplieron con su deber cívico el pasado 2 de julio, se fundamenta, sobre todo, en los equilibrios financieros, las altas reservas monetarias, el control a la inflación y la amortización de la deuda externa del país como no había ocurrido antes. No se dice, en cambio, que la deuda interna creció con desmesura hasta situarse en 200 mil millones de dólares casi tres tantos de lo que representaban los empréstitos contraídos con acreedores del extranjero en septiembre de 1982, el año del mayor saqueo de divisas de nuestra historia y punta de arranque para las subsecuentes crisis económicas estructurales.

Valdría la pena desmenuzar algunas apreciaciones. No faltan quienes insistan en que la salud económica del país es tanta que podría incluso llegarse al caso de cubrir la deuda externa total, suprimiendo la asfixia de los intereses y aliviando a México de la mayor carga contra su desarrollo, sin que ello asfixiara al próximo régimen. De hecho, la administración foxista adelantó pagos, como no había ocurrido antes, para aligerar los lastres de los compromisos internacionales. Desde luego, pese a contar con excedentes provenientes de los ingresos petroleros –no se olvide este detalle obviamente perentorio y circunstancial-, no se atrevió a dar el paso histórico determinante, acaso porque la recuperación de la rectoría económica, que delinea buena parte de la soberanía nacional, no es prioritaria para quienes indican ruta y destino detrás de los grandes foros universales.

Cartens, desde luego, tiene estimables reconocimientos por sus inteligentes aplicaciones en la materia. Será, a no dudarlo, un buen contenedor de fugas y un hábil impulsor de equilibrios... en los términos macados por el FMI de donde procede. Y es esta característica, a no dudarlo, la que permite entender el contexto si bien, debemos subrayarlo, la estabilidad alcanzada no es definitiva ni tampoco puede endosarse a la habilidad del régimen foxista puesto que los correctivos vienen de más atrás de cuando, por ejemplo, los neoliberales priístas se apretaron el cinturón a costa de sacrificar la infraestructura nacional.

Desde luego, ante la visión de una economía observada con el optimismo ligero de los triunfalistas, es menester sopesar los riesgos que se avizoran, incluyendo los derivados de la descomposición política y la crecida de los grupos anarquistas que violentan y sitian a las ciudades aprovechando los vacíos de poder y la debilidad estructural de un gobierno en transición. Una perspectiva, por supuesto, muy distinta a la que enfrentó, hace seis años, el adalid de la primera alternancia que prometió un cambio estructural y se quedó en esbozo.

Debate
En la visión de los observadores del exterior, México se presenta como una de las naciones con mayores riesgos políticos a futuro. Los signos explosivos no son desconocidos ara nadie. Las imágenes de Oaxaca, las más repetidas en todos los medios informativos fuera de nuestras fronteras, exhiben a un gobierno incapaz de dialogar y además ineficaz para sostener el orden o instalarlo. Además, la respuesta foxista al sitio sobre la capital oaxaqueña fue visto como una lastimosa reacción a la indignada perorata del embajador estadounidense, Tony Garza, luego de que fuera acribillado y muerto el camarógrafo Bradley Will, a quien se señala ahora como un activista social de excepción.

¿Y cuál ha sido la versión del gobierno? Más se ha preocupado por insistir en que actuó sin presiones de por medio, alegando que el operativo ya estaba dispuesto antes de la muerte de Will, para rescatar, siempre con torpeza, parte de la extraviada dignidad. Sólo que han sido pocos, muy pocos, quienes han creído tal cuento que contrarresta la indignada reacción de diversas organizaciones universales por la represión oficial y las bajas causadas por la intervención de las policías y los paramilitares.

Fox pierde siempre. Cuando no intervenía por su tibieza y cobardía; cuando lo hizo por las consecuencias de reprimir perdidas las expectativas de diálogo. Y es que, sencillamente, no gobierna porque anda a salto de mata dde la mano de las circunstancias, obrando más por instinto y bajo presión que con verdadero sentido político y de estadista. Por ello, en cada episodio se le salen los controles de las manos. No sabe, no puede y, para colmo, está cansado. Por eso aduce que ya está listo para llenar de besos a su consorte acaso porque no ha tenido manera de hacerlo en los últimos días. ¿Nos condolemos?

Los resultados negativos son tremendos. El desorden, la violencia, la incapacidad de resolver controversias sin sangre de por medio, los repliegues policíacos, la incapacidad para amortizar las soliviantadas acciones del narcotráfico. En fin, un panorama que alerta a los mexicanos sobre un destino incierto. ¿Y si dentro no somos optimistas, qué puede esperarse que piensen los observadores del exterior dispuestos a calcular si el riesgo-nación puede amortizarse con las carreteras bloqueadas, las ciudades sitiadas y las vendettas entre mafias a la orden del día?
En fin, que no se entiende como está tan receptivo el señor Calderón ante augurios que no se complementan con los hechos y que, cada vez, parecen lisonjas de cortesía para no dejar tan solo al señor Calderón en su divertido día de asunción.

El Reto
Las dos grandes apuestas de Felipe son, desde luego, el éxito de la macroeconomía y para ello cuenta con las habilidades y contactos de Cartens; y también la paulatina privatización del sector energético, previas negociaciones con los chantajistas priístas que anidaron en las Cámaras y para eso cuenta con Juan Camilo Mouriño, el bisoño campechano cuya familia ha vivido gracias a sus importantes transacciones con las empresas petroleras del otro lado del Bravo. De allí sus acuerdos y su optimismo.
A la contra está, desde luego, el clima de incertidumbre por el avance de la anarquía y la pobre operatividad de un gobierno que parece maniatado, débil estructuralmente e incapaz de resolver las coyunturas planteadas. Y tal no se resuelve sólo con las buenas nuevas de la economía sino con verdadera estabilidad.
Sucede como en cuanto a la concepción de la riqueza: desde hace tiempo se considera a la especulación la reina del sector marginándose a la productividad, única fuente de verdadera riqueza sin amparo de papeles y apuestas bursátiles. Y así, claro, se pueden mantener los optimismos.

La Anécdota
En Ciudad Juárez la secuela de asesinatos de género, por supuesto deplorables pero no exclusivos de la región –en Castellón, España, por ejemplo, la incidencia es bastante mayor-, marginó de la atención mayor al poderoso “cartel” que ancló en esta urbe desde 1993. No se ha creado, siquiera, una fiscalía especial para enfrentar el auge de los capos.
Y en Oaxaca, la resistencia de los violentos y el clima de anarquía favorecen a quienes están reacomodándose territorialmente, entre ellos el famoso Pedro Díaz Parada, identificado como el jefe visible del nuevo “cartel” de moda.
¿Qué les dice lo anterior a los amables lectores?
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Web: www.rafaelloretdemola.com

!!Sufragio Efectivo no Imposición!!

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