Desde Machetearte
Por Enrique Cisneros
Cuando el fascismo avanza las verdaderas universidades peligran pues el conocimiento, la ciencia, las artes, la cultura libre y autónoma, está reñida con la cerrazón y la intolerancia.
Por ello, desde que Felipe Calderón era candidato, circularon en el internet diversos documentos donde se mencionaba que ya había reuniones para planificar la manera de golpear a las universidades públicas y especialmente a la UNAM.
Al dar el golpe de Estado el 1º de diciembre, se confirma lo que se mencionó con anterioridad: Calderón viene dispuesto a debilitar a la UNAM dando todo tipo de facilidades a las universidades privadas, esas que difunden el oscurantismo clerical.
No ha pasado una semana y Calderón ya dio dos señales: en su gabinete sólo hay un egresado de la UNAM y en su propuesta de presupuesto para el 2007, le reduce a la UNAM alrededor de cien millones de pesos.
Si los universitarios se quedan callados eso será sólo el principio, pues junto con la reducción de presupuesto viene la invasión de grupos de derecha, al estilo del Muro de los sesenta y que ahora están organizados en el Yunque.
Aunque en la UNAM todavía no tienen mucha influencia las fuerzas panistas, van avanzando y “en nombre de Dios” van agrupando jóvenes, que entre celebraciones religiosas, pretenden volver a una universidad dogmática y religiosa.
Enfrentar este embate de la derecha requiere de madurez de todos los universitarios, que más allá de diferencias políticas, entiendan a la UNAM como semillero de profesionistas comprometidos con su pueblo y su realidad social. La unidad frente a las corrientes de la ultraderecha es la mejor manera de defender a la UNAM. Ojalá esto lo entiendan también algunas autoridades, para que no se limiten a hacer declaraciones sino que realmente encabecen acciones para confrontar a este gobierno reaccionario que quiere desaparecer (o privatizar) a la UNAM.
Ojalá, esas autoridades comprendan que los planes privatizadores que hasta hoy solapadamente han impulsado, se revertirán contra la misma institución.
Y si las autoridades no son capaces de asumir sus responsabilidades históricas, nuevamente tocará a la comunidad universitaria movilizarse, por sobre de esas mismas autoridades.
Esto viene a colación porque el día de ayer el Rector Juan Ramón de la Fuente declaró que el rezago en educación es grave y las consecuencias a futuro serán grandes si hoy se regatea en apoyo a las instituciones públicas. "Si mantenemos a los jóvenes fuera de las aulas, muy difícilmente se podrá hablar de erradicar problemas como la drogadicción y la delincuencia", advirtió.
Sin embargo, pronto se verá que no basta con declaraciones, ni consiguiendo aumentitos al presupuesto que hagan los diputados. O se dan condiciones para que la comunidad tome conciencia de la gravedad del problema y se movilice contra la privatización y los planes de la ultra derecha, o la comunidad avanzará más allá de la mera retórica.
Eso se verá muy pronto.
Por Enrique Cisneros
Cuando el fascismo avanza las verdaderas universidades peligran pues el conocimiento, la ciencia, las artes, la cultura libre y autónoma, está reñida con la cerrazón y la intolerancia.
Por ello, desde que Felipe Calderón era candidato, circularon en el internet diversos documentos donde se mencionaba que ya había reuniones para planificar la manera de golpear a las universidades públicas y especialmente a la UNAM.
Al dar el golpe de Estado el 1º de diciembre, se confirma lo que se mencionó con anterioridad: Calderón viene dispuesto a debilitar a la UNAM dando todo tipo de facilidades a las universidades privadas, esas que difunden el oscurantismo clerical.
No ha pasado una semana y Calderón ya dio dos señales: en su gabinete sólo hay un egresado de la UNAM y en su propuesta de presupuesto para el 2007, le reduce a la UNAM alrededor de cien millones de pesos.
Si los universitarios se quedan callados eso será sólo el principio, pues junto con la reducción de presupuesto viene la invasión de grupos de derecha, al estilo del Muro de los sesenta y que ahora están organizados en el Yunque.
Aunque en la UNAM todavía no tienen mucha influencia las fuerzas panistas, van avanzando y “en nombre de Dios” van agrupando jóvenes, que entre celebraciones religiosas, pretenden volver a una universidad dogmática y religiosa.
Enfrentar este embate de la derecha requiere de madurez de todos los universitarios, que más allá de diferencias políticas, entiendan a la UNAM como semillero de profesionistas comprometidos con su pueblo y su realidad social. La unidad frente a las corrientes de la ultraderecha es la mejor manera de defender a la UNAM. Ojalá esto lo entiendan también algunas autoridades, para que no se limiten a hacer declaraciones sino que realmente encabecen acciones para confrontar a este gobierno reaccionario que quiere desaparecer (o privatizar) a la UNAM.
Ojalá, esas autoridades comprendan que los planes privatizadores que hasta hoy solapadamente han impulsado, se revertirán contra la misma institución.
Y si las autoridades no son capaces de asumir sus responsabilidades históricas, nuevamente tocará a la comunidad universitaria movilizarse, por sobre de esas mismas autoridades.
Esto viene a colación porque el día de ayer el Rector Juan Ramón de la Fuente declaró que el rezago en educación es grave y las consecuencias a futuro serán grandes si hoy se regatea en apoyo a las instituciones públicas. "Si mantenemos a los jóvenes fuera de las aulas, muy difícilmente se podrá hablar de erradicar problemas como la drogadicción y la delincuencia", advirtió.
Sin embargo, pronto se verá que no basta con declaraciones, ni consiguiendo aumentitos al presupuesto que hagan los diputados. O se dan condiciones para que la comunidad tome conciencia de la gravedad del problema y se movilice contra la privatización y los planes de la ultra derecha, o la comunidad avanzará más allá de la mera retórica.
Eso se verá muy pronto.
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