jueves, diciembre 07, 2006

Señales claras

Por Ricardo Andrade Jardí

El debate sobre los imaginarios sociales, impulsado a partir de la fractura definitiva del régimen de simulación que tuvo su momento más álgido a partir del 2 de julio, que premia a los ladrones especulativos y ex banqueros y banqueros y que castiga con severidad la disidencia, hace necesario que el debate no se limite sólo al país en el que cada mexicano quiere o puede reconocerse, sino en las formas y los fondos que nos permitan impulsar nuevas construcciones del sujeto frente a diversas realidades que se dan como regla (abuso) cuando deberían ser, castigadas, excepciones.

La violación sistemática al Estado de Derecho y las normas mínimas de convivencia social por parte de quienes están obligados a velar por el respeto absoluto de la legalidad, forman e impulsan las subjetividades de opresión y control, que fincan las condiciones de vida para un régimen decadente cimentado en la impunidad cobarde de quienes ejercen los poderes del Estado.
El desgobierno ilegítimo de Calderón empieza mal y por la puerta de atrás y las celebraciones telecráticas, del viernes 1 de diciembre y días posteriores, nada tienen que ver con la realidad nacional.

La llegada de un individuo que se niega a recontar los votos a pesar de las "inconsistencias" reconocidas por, TODAS, las partes, nada tiene de bueno y sí mucho de malo.

En un brillante análisis, el maestro y director teatral Luis Cisneros, sostiene que "en la política la forma es fondo" y que el 1 de diciembre del 2006 entre el ex gerente de la Coca-Cola y el cuñado de Hildebrando (este último proveedor del programa de resultados preliminares del IFE) han creado el peligroso precedente de dejar la sucesión presidencial en manos del Ejército y particularmente del ejército paralelo en que se ha convertido el Estado Mayor Presidencial y, ¿por qué no?, de la falsa construcción mediática que impulsa la telecracia como disfraz de los verdaderos intereses de control político y económico que le garanticen a la minoritaria gran burguesía los privilegios de la impunidad corrupta.

No hay pues nada que celebrar. La caída ostentosa del régimen simulado por la farsa electoral, en la que hay que incluir al PRD, amenaza como animal herido con una costosa factura de violencia y la forma traicionera en que fueron detenidos los dirigentes de la APPO en la Ciudad de México nada tiene que ver con el Estado de Derecho y sí, al contrario, con una apuesta que se disputa entre la ilegalidad y la impunidad. Las voces que hoy escuchamos en la telecracia ensalzando "el combate a la delincuencia" a partir de la detención de Flavio Sosa, "líder" de la APPO, son las mismas voces que antes afirmaron que Pinochet "actuó en conciencia cuando ejecutaba, torturaba y desaparecía a los simpatizantes del gobierno legítimo de Salvador Allende". Y hoy el mundo entero sabe que Pinochet no es más que un vulgar y cobarde ladrón, asesino, financiado por el imperio yanqui y sostenido por la complicidad "intelectual" y conservadora de una parte de la sociedad, que al igual que hoy en México prefirieron la mediocridad silenciosa de la mentira frente a la barbarie, que la dignidad universal del grito denunciante ante las atrocidades institucionalizadas de la "Democracia Corporation S.A.".

Las señales son claras, el miedo de la ilegitimidad amenaza con la represión en los actos y con la conciliación de dientes para fuera en el discurso. Sería de esperar, lo que no sucederá y el ejemplo es el gobierno perredista en Chiapas no deja muchas esperanzas, que los legisladores del Frente Amplio Progresista, salieran ya del Congreso de la Unión, donde, no sólo no conseguirán nada, sino que serán humillados una y otra vez por el PRIAN al tiempo que son utilizados para justificar la farsa democrática de la bananera república en la que nos han convertido. Regresar a sus distritos y Estados a apoyar la organización del movimiento civil (aún) pacífico y a despertar las subjetividades de resistencia de una sociedad invisible a los condicionados ojos del poder telecrático, que cada día está más agraviada, por la prepotencia de quienes pretenden nulificar su fuerza y la autenticidad de su autoorganización es la única apuesta correcta que podría salvar al PRD. Así como son claras las señales del PRIAN, también tendrían que ser claras las del PRD si aspira a algo más que a pasar solamente como un palero más de ese partido en que se acabaron convirtiendo el PRI y el PAN, para delinquir y gozar de la impunidad absoluta que da el poder absoluto, que se alcanza con la imposición absoluta pisoteando al pueblo de manera absoluta.


¡Alto a la represión!
¡Presos políticos libertad!

No hay comentarios.: