*Un Gremio de Rodillas
*Protección Vs Derecho
Elba Esther Gordillo, la novia de “Chucky” –apodo que se aparta del “rigor” de la caballerosidad a decir de quienes fustigan a los críticos de la señora poderosa-, pasó y cobró sus facturas tal y como estaba previsto en la mesa de negociaciones con la flamante administración de Felipe Calderón, el bien intencionado atrapado por sus alianzas de circunstancias. La mujer en cuestión, exaltada por Carlos Salinas –mediando las intrigas palaciegas estructuradas por Manuel Camacho Solís-, llegó al cacicazgo magisterial pasando sobre otro, el de Carlos Jonguitud Barrios, corrigiendo y aumentando los viejos vicios del corporativismo mexicano, modelo para la tesis profesional de Camacho sobre “los nudos gordianos del sistema”.
La primera interrogante que surge es por qué el mando de “la maestra”, severamente cuestionada por su modus operandis gangsteril, no ha sufrido mella a pesar de las tantas batallas por ella protagonizadas y el deterioro inevitable que deviene del ejercicio del poder a través de varios regímenes y además con distinto signo partidista. Acaso la llave maestra de la singular señora, una verdadera pesadilla para sus adversarios políticos, es su excepcional capacidad para la intriga y, desde luego, la negociación.
Al triunfo de la alternancia, por ejemplo, supo acomodarse de manera excepcional a las nuevas circunstancias: logró ser secretaria general del PRI al tiempo de convertirse, con la venia de Marta Sahagún en funciones ésta de vicepresidenta de facto, en el mejor puente hacia Los Pinos, sin distingo de partidos ni tendencias. Obviamente los Fox pueden hablar de que su perspectiva en el uso del poder fue plural... porque tuvieron cerca de la señora Gordillo, siempre dispuesta a ampliar sus propias posibilidades sin detenerse en la traición. Por eso, claro, promovió y de hecho fundó Nueva Alianza para que hiciese las veces de esquirol al servicio de la causa panista y de Calderón. Y, además, fue ella la principal operadora para fraguar las “irregularidades” comiciales que propiciaron el vuelco, en las estadísticas, a favor de quien hoy ocupa la sede presidencial.
Para ello, por supuesto, se basó en su gremio disciplinado. Alguna vez expuse, en este mismo espacio, que me resultaba difícil de digerir el hecho de que, a través de la hegemonía priísta, legiones de mentores fueran aleccionadas para proveer de votos fraudulentos a la causa de la continuidad, esto es en pro del establishment, con el alegato de que así evitaban descalabros sociales severos contra la estabilidad del país. Obviamente, la torpe argumentación los convertía en soldados de la causa del gobierno en busca de acomodo entre la burocracia dorada.
Por supuesto, la falacia cae por su propio peso pero sigue siendo efectiva en términos operativo. ¿Cómo explicarse que los llamados a formar a las nuevas generaciones tengan un concepto de la moral política tan pobre? Y peor aún, ¿pueden ser confiables quienes se aglutinan n torno a un cacicazgo viciado con tal de acomodarse y medrar con el estado de cosas en ausencia de dignidad y decoro profesionales? Si se trata de enseñar, lo que muestran es sólo el cobre.
Debate
No puede negarse la fortaleza de la señora Gordillo, sobre todo porque, como los grandes dictadores de todos los tempos, ha podido resistir las andanadas de sus enemigos y no sen cuantos intentos, visibles o no, por removerla. Y es que no se detiene en nada. Algunos de sus agremiados le acusan incluso por la autoría intelectual del asesinato de Micael Espinosa hace ya varios lustros. Es tal su fuerza que ni siquiera debió preocuparse de las pesquisas, vamos ni siquiera de los señalamientos:
--Ha dado una orden –me dice uno de sus allegados-. Que nadie le hable de ese caso.
Y no hay siquiera mención alguna sobre aquel “incidente” que le permitió labrar su imagen de mujer insondable. Desde luego, la pomposa fiscalía creada para la persecución de los “crímenes del pasado” ni siquiera ha reparado en las documentadas denuncias de los cuadros magisteriales disidentes; y menos lo hará ahora cuando la señora ha anclado, con éxito, dentro de la segunda versión del panismo gobernante sin siquiera ser investigada sobre sus vínculos extraños, por decir lo menos.
Para quienes la conocen el secreto está en el manejo excepcional de los fondos. Por ello coloca a sus alfiles en puestos claves –como la seguridad social, por ejemplo-, para extender a través de ellos la malsana cooptación de los profesores hasta convertirlos en falderos, sin más voluntad que su comodidad perentoria contra todo propósito de emancipación. Así funcionan los cacicazgos: como una especie de tienda de raya en el que se pagan privilegios con el papel moneda de la dignidad. Las mercancías son variopintas y el resultado siempre es el mismo: la exaltación de una camarilla a golpes de disciplina institucional. Nadie como Elba –“de Troya”, le llaman sus enemigos-, para entenderlo y asegurarlo en un sistema gobernado desde fuera de la estructura visible del poder. A Fox se lo engulló con un solo bocado.
Y ahí sigue, recetando y operando a sus anchas, burlando a sus perseguidores, separándose de toda posibilidad de ser investigada. Firme, siniestra, intocable.
Cambia de piel –no sólo exteriormente- con la facilidad de un camaleón cuyo camuflaje mayor es la ambición de cuantos se cruzan por su camino. La corrupción es una cadena en la que cada uno de los eslabones tiene atrapado al otro por el pescuezo. Y esta fórmula la conoce a perfección Elba Esther.
Vuelvo a preguntarle al señor Calderón: ¿de verdad le enorgullece tener como aliada a la señora Gordillo, a sabiendas de que representa y materializa lo peor de la antigua hegemonía priísta, volcada ahora hacia la alternancia sin cambio, y refrena además la inmovilidad de un sistema que resiste los sacudimientos políticos y los convierte en polvo bajo el peso de los mil acuerdos soterrados?
Quizá por ello uno de los principales alfiles de la señora, el veracruzano Miguel Ángel Yunes, ahora director del ISSSTE, deba su encumbramiento a su excepcional capacidad para operar como policía al servicio del cacicazgo.
El Reto
A la muerte del autócrata Pinochet ocurrió en Chile un fenómeno similar al que se dio en España tras el fallecimiento de Franco aun cuando éste partió sin haberse separado del poder a diferencia del chileno si bien intocable e impune a pesar de las denuncias y querellas en su contra. El sentimiento es el mismo: la impotencia colectiva frente a las atrocidades.
Quizá sucede algo similar con la señora Gordillo. Su ambición de poder la convierte en un gran desafío para los maestros: ¿mantendrán el oprobio de ser conducidos por una lidereza sin más moral que la solvencia de sus negociaciones o serán capaces de liberarse del cacigazgo que los reduce a la ignominia del silencio cómplice? Ya se que dirán que tal es cuestión de ellos, no de los periodistas. Pero también está de por medio la salud política de nuestros hijos, de las nuevas generaciones.
Al fin y al cabo, los dictadores pasan... pero sus afrentas permanecen en la piel del pueblo.
La Anécdota
Pinochet conservó, hasta el final de sus ominosos días, el fervor de sus incondicionales quienes justificaron todo, sus atrocidades incluidas, porque sólo así se pudo combatir al “comunismo” y labrar la bienaventuranza económica de su país. Esto es: no importan las vidas que se cobren si yo vivo estupendamente a la sombra de la autocracia. En la misma línea se destacan los fundamentalistas de cada tendencia.
Pues bien, el extinto dictador solía expresar como advertencia, en sus días de dominio pleno:
--Si alguien me toca o toca a uno de los míos, en ese momento se acaba el estado de derecho.
En México somos más sofisticados. Aquí, el gran cacique de la Huasteca, Gonzalo Santos, solía ordenar a su leguleyo de cabecera tras un acto de autoritarismo:
--Dele forma, licenciado.
Y las leyes se ajustaban a los requerimientos y caprichos del poderoso.
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Web: www.rafaelloretdemola.com
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La primera interrogante que surge es por qué el mando de “la maestra”, severamente cuestionada por su modus operandis gangsteril, no ha sufrido mella a pesar de las tantas batallas por ella protagonizadas y el deterioro inevitable que deviene del ejercicio del poder a través de varios regímenes y además con distinto signo partidista. Acaso la llave maestra de la singular señora, una verdadera pesadilla para sus adversarios políticos, es su excepcional capacidad para la intriga y, desde luego, la negociación.
Al triunfo de la alternancia, por ejemplo, supo acomodarse de manera excepcional a las nuevas circunstancias: logró ser secretaria general del PRI al tiempo de convertirse, con la venia de Marta Sahagún en funciones ésta de vicepresidenta de facto, en el mejor puente hacia Los Pinos, sin distingo de partidos ni tendencias. Obviamente los Fox pueden hablar de que su perspectiva en el uso del poder fue plural... porque tuvieron cerca de la señora Gordillo, siempre dispuesta a ampliar sus propias posibilidades sin detenerse en la traición. Por eso, claro, promovió y de hecho fundó Nueva Alianza para que hiciese las veces de esquirol al servicio de la causa panista y de Calderón. Y, además, fue ella la principal operadora para fraguar las “irregularidades” comiciales que propiciaron el vuelco, en las estadísticas, a favor de quien hoy ocupa la sede presidencial.
Para ello, por supuesto, se basó en su gremio disciplinado. Alguna vez expuse, en este mismo espacio, que me resultaba difícil de digerir el hecho de que, a través de la hegemonía priísta, legiones de mentores fueran aleccionadas para proveer de votos fraudulentos a la causa de la continuidad, esto es en pro del establishment, con el alegato de que así evitaban descalabros sociales severos contra la estabilidad del país. Obviamente, la torpe argumentación los convertía en soldados de la causa del gobierno en busca de acomodo entre la burocracia dorada.
Por supuesto, la falacia cae por su propio peso pero sigue siendo efectiva en términos operativo. ¿Cómo explicarse que los llamados a formar a las nuevas generaciones tengan un concepto de la moral política tan pobre? Y peor aún, ¿pueden ser confiables quienes se aglutinan n torno a un cacicazgo viciado con tal de acomodarse y medrar con el estado de cosas en ausencia de dignidad y decoro profesionales? Si se trata de enseñar, lo que muestran es sólo el cobre.
Debate
No puede negarse la fortaleza de la señora Gordillo, sobre todo porque, como los grandes dictadores de todos los tempos, ha podido resistir las andanadas de sus enemigos y no sen cuantos intentos, visibles o no, por removerla. Y es que no se detiene en nada. Algunos de sus agremiados le acusan incluso por la autoría intelectual del asesinato de Micael Espinosa hace ya varios lustros. Es tal su fuerza que ni siquiera debió preocuparse de las pesquisas, vamos ni siquiera de los señalamientos:
--Ha dado una orden –me dice uno de sus allegados-. Que nadie le hable de ese caso.
Y no hay siquiera mención alguna sobre aquel “incidente” que le permitió labrar su imagen de mujer insondable. Desde luego, la pomposa fiscalía creada para la persecución de los “crímenes del pasado” ni siquiera ha reparado en las documentadas denuncias de los cuadros magisteriales disidentes; y menos lo hará ahora cuando la señora ha anclado, con éxito, dentro de la segunda versión del panismo gobernante sin siquiera ser investigada sobre sus vínculos extraños, por decir lo menos.
Para quienes la conocen el secreto está en el manejo excepcional de los fondos. Por ello coloca a sus alfiles en puestos claves –como la seguridad social, por ejemplo-, para extender a través de ellos la malsana cooptación de los profesores hasta convertirlos en falderos, sin más voluntad que su comodidad perentoria contra todo propósito de emancipación. Así funcionan los cacicazgos: como una especie de tienda de raya en el que se pagan privilegios con el papel moneda de la dignidad. Las mercancías son variopintas y el resultado siempre es el mismo: la exaltación de una camarilla a golpes de disciplina institucional. Nadie como Elba –“de Troya”, le llaman sus enemigos-, para entenderlo y asegurarlo en un sistema gobernado desde fuera de la estructura visible del poder. A Fox se lo engulló con un solo bocado.
Y ahí sigue, recetando y operando a sus anchas, burlando a sus perseguidores, separándose de toda posibilidad de ser investigada. Firme, siniestra, intocable.
Cambia de piel –no sólo exteriormente- con la facilidad de un camaleón cuyo camuflaje mayor es la ambición de cuantos se cruzan por su camino. La corrupción es una cadena en la que cada uno de los eslabones tiene atrapado al otro por el pescuezo. Y esta fórmula la conoce a perfección Elba Esther.
Vuelvo a preguntarle al señor Calderón: ¿de verdad le enorgullece tener como aliada a la señora Gordillo, a sabiendas de que representa y materializa lo peor de la antigua hegemonía priísta, volcada ahora hacia la alternancia sin cambio, y refrena además la inmovilidad de un sistema que resiste los sacudimientos políticos y los convierte en polvo bajo el peso de los mil acuerdos soterrados?
Quizá por ello uno de los principales alfiles de la señora, el veracruzano Miguel Ángel Yunes, ahora director del ISSSTE, deba su encumbramiento a su excepcional capacidad para operar como policía al servicio del cacicazgo.
El Reto
A la muerte del autócrata Pinochet ocurrió en Chile un fenómeno similar al que se dio en España tras el fallecimiento de Franco aun cuando éste partió sin haberse separado del poder a diferencia del chileno si bien intocable e impune a pesar de las denuncias y querellas en su contra. El sentimiento es el mismo: la impotencia colectiva frente a las atrocidades.
Quizá sucede algo similar con la señora Gordillo. Su ambición de poder la convierte en un gran desafío para los maestros: ¿mantendrán el oprobio de ser conducidos por una lidereza sin más moral que la solvencia de sus negociaciones o serán capaces de liberarse del cacigazgo que los reduce a la ignominia del silencio cómplice? Ya se que dirán que tal es cuestión de ellos, no de los periodistas. Pero también está de por medio la salud política de nuestros hijos, de las nuevas generaciones.
Al fin y al cabo, los dictadores pasan... pero sus afrentas permanecen en la piel del pueblo.
La Anécdota
Pinochet conservó, hasta el final de sus ominosos días, el fervor de sus incondicionales quienes justificaron todo, sus atrocidades incluidas, porque sólo así se pudo combatir al “comunismo” y labrar la bienaventuranza económica de su país. Esto es: no importan las vidas que se cobren si yo vivo estupendamente a la sombra de la autocracia. En la misma línea se destacan los fundamentalistas de cada tendencia.
Pues bien, el extinto dictador solía expresar como advertencia, en sus días de dominio pleno:
--Si alguien me toca o toca a uno de los míos, en ese momento se acaba el estado de derecho.
En México somos más sofisticados. Aquí, el gran cacique de la Huasteca, Gonzalo Santos, solía ordenar a su leguleyo de cabecera tras un acto de autoritarismo:
--Dele forma, licenciado.
Y las leyes se ajustaban a los requerimientos y caprichos del poderoso.
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Web: www.rafaelloretdemola.com
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!!AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!
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