Después de ver las dimensiones de los operativos michoacanos, cuya eficiencia y espectacularidad son tan impresionantes como el desempeño deportivo del América; pero sobre todo luego de observar la naturaleza humanitaria de la propuesta de presupuesto calderonista, donde los recortes se concentran en el impacto social (no vayan a pensar los del FMI que Carstens, su ex empleado favorito, se está ablandando), no queda más remedio que comprender por qué el Washington Post le dedicó todo un ensamble laudatorio a Jelipillo por su “agresividad”.
Sin embargo, no sé por qué, como que a uno le queda la impresión de que el nuevo régimen está como contenido, como que todavía depende de las reacciones de la sociedad que, bien a bien, no sabe qué es lo que realmente le conviene y se queja a la menor provocación. En vez de comprender lo innecesario de programas para el combate al VIH, la lucha contra el cáncer ese mito genial, o la investigación acerca del genoma humano que es una excentricidad, no se diga el abasto de fármacos que nomás dilapida la masa mendicante y enfermiza que no está al día en lo que a darwinismo social se refiere.
¿A poco es demasiado pedirles a los menesterosos que entiendan que ya se acabó la diversión y el despilfarro, que sólo los más aptos sobrevivirán en un país donde enfermarse es un lujo que no sólo se ve caro sino que lo es? ¿Para qué invertir en el Instituto de Cancerología que es inviable, cuando a la Oficina de la Presidencia se le pueden inyectar mil 577 mdp para que Mouriño, tan lindo y bien portado muchacho, pueda aprender a ser como Córdoba Montoya en versión blanquiazul?
Por el bonito y encantador perfil de la nueva administración, los tijeretazos en cultura, educación y salud, me parecen conservadores, timoratos, con una carga culpígena innecesaria y estorbosa. Mal hecho. Ahora es el momento de desaparecer el gasto social que no tenga algo de glamour, dejar de mantener la educación pública que no le rinde culto al eficientismo que se puede detectar en todo este show antinarco que, aunque old fashion (parece como de película fronteriza de los hermanos Almada de los chochenta), debe tener a los grandes capos en un estadazo de shock mientras pasan sus vacaciones en algún paraíso artificial con narcocorridos navideños y toda la cosa.
Entre más conozco a este gobierno más quiero a mi góber precioso.
PD. Un minuto de silencio por Joe Barbera que, junto con William Hanna, creó Los Picapiedra, Hucklberry Hound, el Oso Yogui…! Yabba dabba Doo!
Sin embargo, no sé por qué, como que a uno le queda la impresión de que el nuevo régimen está como contenido, como que todavía depende de las reacciones de la sociedad que, bien a bien, no sabe qué es lo que realmente le conviene y se queja a la menor provocación. En vez de comprender lo innecesario de programas para el combate al VIH, la lucha contra el cáncer ese mito genial, o la investigación acerca del genoma humano que es una excentricidad, no se diga el abasto de fármacos que nomás dilapida la masa mendicante y enfermiza que no está al día en lo que a darwinismo social se refiere.
¿A poco es demasiado pedirles a los menesterosos que entiendan que ya se acabó la diversión y el despilfarro, que sólo los más aptos sobrevivirán en un país donde enfermarse es un lujo que no sólo se ve caro sino que lo es? ¿Para qué invertir en el Instituto de Cancerología que es inviable, cuando a la Oficina de la Presidencia se le pueden inyectar mil 577 mdp para que Mouriño, tan lindo y bien portado muchacho, pueda aprender a ser como Córdoba Montoya en versión blanquiazul?
Por el bonito y encantador perfil de la nueva administración, los tijeretazos en cultura, educación y salud, me parecen conservadores, timoratos, con una carga culpígena innecesaria y estorbosa. Mal hecho. Ahora es el momento de desaparecer el gasto social que no tenga algo de glamour, dejar de mantener la educación pública que no le rinde culto al eficientismo que se puede detectar en todo este show antinarco que, aunque old fashion (parece como de película fronteriza de los hermanos Almada de los chochenta), debe tener a los grandes capos en un estadazo de shock mientras pasan sus vacaciones en algún paraíso artificial con narcocorridos navideños y toda la cosa.
Entre más conozco a este gobierno más quiero a mi góber precioso.
PD. Un minuto de silencio por Joe Barbera que, junto con William Hanna, creó Los Picapiedra, Hucklberry Hound, el Oso Yogui…! Yabba dabba Doo!
!!AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!
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