Nuevamente una excelente nota de Machetearte
Por Enrique Cisneros
Ayer lunes, después de una conferencia de prensa realizada en el local del Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS) en la colonia Roma, miembros del ejército mexicano, vestidos de gris, conocidos como Policía Federal Preventiva, detuvieron a Flavio y Horacio Sosa, Ignacio García y Marcelino Coache, integrantes de la dirección colectiva de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Fueron detenidos después de declarar que el martes, una comisión de esa organización asistiría a la Secretaría de Gobernación para sostener un encuentro pacífico de negociación con las nuevas autoridades federales.
La reunión estaba programada para el mediodía y la comisión oaxaqueña sostendría un diálogo con Mario Escárcega, Subsecretario de Gobierno de Gobernación. Minutos después de sus declaraciones fueron detenidos, como una muestra de Felipe Calderón a los inversionistas extranjeros, de que usará la fuerza para reprimir toda inconformidad que afecte los planes neoliberales y las inversiones de los potentados en el país.
Los delitos que les atribuyeron a los oaxaqueños fueron: sedición, ataques a las vías generales de comunicación e incitación a la violencia.
Esto contrasta con lo que ha sucedido con Felipe Calderón que sigue libre a pesar de haber sidos acusado (masivamente) de los delitos de corrupción, fraude electoral, usurpación de funciones y hasta de complicidad en asesinatos. Al cierre de edición, Felipe Calderón seguía en libertad, escoltado y protegido por decenas de militares armados.
La corrupción de Calderón quedó documentada desde hace meses pues autorizó contratos leoninos a un cuñado de nombre Wildebrando. El fraude electoral fue denunciado por más de 15 millones de mexicanos que le sugirieron que para quitar toda duda, permitiera que se contara voto por voto y casilla por casilla. El delincuente electoral se opuso, quedando claro que algo escondía. La usurpación de funciones la realizó el 1º de diciembre pasado, en que se declaró Presidente de la República , apoyado en hombres armados y entrando al Congreso de manera casi clandestina: por la puerta de servicio. Lo de complicidad de asesinato, él mismo lo reconoció al aplaudir las violaciones a mujeres y los asesinatos qu e se cometieron en el pueblo de San salvador Atenco el pasado 3 y 4 de mayo.
Los detenidos de la APPO cometieron el error de creen en la Secretaría de Gobernación solicitándole que liberara a los presos políticos, presentara a decenas de desaparecidos, se cancelaran las órdenes de aprehensión y cesaran las detenciones ilegales. Mientras tanto Calderón se reunía con los adinerados del Foro de Inversiones y Cooperación Hispano-Mexicano para reafirmarles que en México estaban seguros sus capitales y que podían venir a gozar de las ventajas de la mano de obra barata mexicana.
Los detenidos también pidieron que renunciara a la gubernatura de Oaxaca un cacique, que tan sólo en los últimos meses ya debe más de 15 muertes. Pero el tal Ulises Ruiz, en lugar de preocuparse, se río de los ingenuos que creen que Felipe Calderón escuchará al pueblo de Oaxaca.
La APPO por su parte declaró que no está debilitada y que el próximo domingo darán una muestra de su fuerza en la octava megamarcha que se realizará en la Ciudad de Oaxaca.
A la conferencia de prensa, Flavio Sosa y demás detenidos arribaron en taxis, mientras el fugitivo Calderón llega a sus actos en carros blindados y helicópteros. Los integrantes de la APPO lo hacen sin guardias y cargando sus libros, Calderón simpre va acompañado de decenas de hombres armados.
Por Enrique Cisneros
Ayer lunes, después de una conferencia de prensa realizada en el local del Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS) en la colonia Roma, miembros del ejército mexicano, vestidos de gris, conocidos como Policía Federal Preventiva, detuvieron a Flavio y Horacio Sosa, Ignacio García y Marcelino Coache, integrantes de la dirección colectiva de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Fueron detenidos después de declarar que el martes, una comisión de esa organización asistiría a la Secretaría de Gobernación para sostener un encuentro pacífico de negociación con las nuevas autoridades federales.
La reunión estaba programada para el mediodía y la comisión oaxaqueña sostendría un diálogo con Mario Escárcega, Subsecretario de Gobierno de Gobernación. Minutos después de sus declaraciones fueron detenidos, como una muestra de Felipe Calderón a los inversionistas extranjeros, de que usará la fuerza para reprimir toda inconformidad que afecte los planes neoliberales y las inversiones de los potentados en el país.
Los delitos que les atribuyeron a los oaxaqueños fueron: sedición, ataques a las vías generales de comunicación e incitación a la violencia.
Esto contrasta con lo que ha sucedido con Felipe Calderón que sigue libre a pesar de haber sidos acusado (masivamente) de los delitos de corrupción, fraude electoral, usurpación de funciones y hasta de complicidad en asesinatos. Al cierre de edición, Felipe Calderón seguía en libertad, escoltado y protegido por decenas de militares armados.
La corrupción de Calderón quedó documentada desde hace meses pues autorizó contratos leoninos a un cuñado de nombre Wildebrando. El fraude electoral fue denunciado por más de 15 millones de mexicanos que le sugirieron que para quitar toda duda, permitiera que se contara voto por voto y casilla por casilla. El delincuente electoral se opuso, quedando claro que algo escondía. La usurpación de funciones la realizó el 1º de diciembre pasado, en que se declaró Presidente de la República , apoyado en hombres armados y entrando al Congreso de manera casi clandestina: por la puerta de servicio. Lo de complicidad de asesinato, él mismo lo reconoció al aplaudir las violaciones a mujeres y los asesinatos qu e se cometieron en el pueblo de San salvador Atenco el pasado 3 y 4 de mayo.
Los detenidos de la APPO cometieron el error de creen en la Secretaría de Gobernación solicitándole que liberara a los presos políticos, presentara a decenas de desaparecidos, se cancelaran las órdenes de aprehensión y cesaran las detenciones ilegales. Mientras tanto Calderón se reunía con los adinerados del Foro de Inversiones y Cooperación Hispano-Mexicano para reafirmarles que en México estaban seguros sus capitales y que podían venir a gozar de las ventajas de la mano de obra barata mexicana.
Los detenidos también pidieron que renunciara a la gubernatura de Oaxaca un cacique, que tan sólo en los últimos meses ya debe más de 15 muertes. Pero el tal Ulises Ruiz, en lugar de preocuparse, se río de los ingenuos que creen que Felipe Calderón escuchará al pueblo de Oaxaca.
La APPO por su parte declaró que no está debilitada y que el próximo domingo darán una muestra de su fuerza en la octava megamarcha que se realizará en la Ciudad de Oaxaca.
A la conferencia de prensa, Flavio Sosa y demás detenidos arribaron en taxis, mientras el fugitivo Calderón llega a sus actos en carros blindados y helicópteros. Los integrantes de la APPO lo hacen sin guardias y cargando sus libros, Calderón simpre va acompañado de decenas de hombres armados.
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