Por Millán
Grandes fueron las críticas y las burlas por la derecha mexicana y los medios de comunicación a las formas en que López Obrador fue elegido como presidente legítimo y protestó como tal. Se dijo que no era posible que alguien asumiera una presidencia votada a mano alzada en una plaza pública y que era un farsante.
Ayer Felipe Calderón recibió la banda presidencial en Los Pinos, a media noche, en una ceremonia sin precedente donde los únicos asistentes fueron los militares, después rindió protesta, en tres minutos, en un recinto legislativo que era más caótico que una plaza pública en domingo de tianguis, ante un congreso que no se sabe si contaba con quorum suficiente para ser legal.
Si se toma en cuenta que tampoco cuenta con la legitimidad suficiente debido a las múltiples irregularidades presentadas en la elección que lo declaró triunfador, salta como evidente la pregunta; ¿Quién de los dos, AMLO o Fecal, es más presidente y cual es el farsante?
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