Desde Machetearte:
Por Eduardo Ibarra Aguirre
Uno de los múltiples factores que explica el desastre gubernamental del enriquecido Vicente Fox Quesada –“el peor bache en la historia del país”, Federico Ortiz Quezada dixit --, es la ausencia de un solo rumbo para el gabinetazo , dentro de la diversidad de pensamiento que necesariamente debe significarlo.
No otra cosa encierran los tragicómicos desatinos sobre el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2007. Mientras Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa y Agustín Carstens --exsubdirector gerente del Fondo Monetario Internacional-- deciden proponer al Congreso un recorte sustantivo en los decisivos rubros de educación, particularmente la media superior y superior, así como para cultura, ciencia y tecnología, Josefina Vázquez Mota tiene que mostrar sus aptitudes de convencimiento ante la opinión pública para sortear la tempestad que desataron los dos primeros al incrementar, por el contrario, las partidas presupuestales para seguridad pública y fuerzas armadas.
La predilección de un hombre formado en la mercadolatría del FMI, como es el caso del secretario de Hacienda, explica los despropósitos para que el país persista en la periferia respecto al mundo desarrollado, al disminuir recursos públicos en los sectores clave para que México acceda a nuevos niveles de desarrollo, tales como educación, cultura, ciencia y tecnología.
Pero que el presidente menos votado en la historia electoral, con un triunfo sólo reconocido institucionalmente y por los decisivos poderes fácticos, además de una impugnación ciudadana que ya rebasa el medio año, persista en políticas excluyentes del “no hay más ruta que la nuestra”, se antoja suicida, alimentadora del litigio social y el reclamo popular.
Los tercos hechos, no los discursos y medidas de impacto publicitario como disminuir en 10 por ciento los sueldos de la elite gobernante, restituir enhorabuena el escudo nacional en la imagen gubernamental e iniciar las giras presidenciales en La Montaña guerrerense, son datos que no ocultan la excluyente ruta calderonista.
El primer logro en 10 días del gobierno que “rebasará por la izquierda” a Andrés Manuel López Obrador es conquistar la impugnación de la comunidad universitaria, intelectual, científica y cultural del país, así como un desencuentro con el Partido Nueva Alianza, la franquicia electoral de Elba Esther Gordillo Morales , sin cuyos servicios no estaría despachando Calderón Hinojosa en Los Pinos.
Las contradicciones en el grupo gobernante se pusieron a la orden del día desde la víspera del viernes 1, cuando la “mano dura y el pie derecho” de Calderón –como describió Diane Pérez en la cadena nacional de la Presidencia de la República-- , comisionó al joven Juan Camilo Mouriño Terrazo para reunirse con los diputados federales panistas y ordenarles que deberían acatar las instrucciones del Estado Mayor Presidencial sobre dónde debería ubicarse cada uno y qué hacer en el caso de que los rebasaran los legisladores de los partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo.
La orden, cuentan legisladores de Acción Nacional, fue terminante: “¡Acuérdense, ustedes duran tres años y nosotros seis!”
Dos diputados panistas dicen entre agraviados y resignados: “¡Cómo que un chamaco nos viene a amenazar!”. Mientras tanto, 76 agentes de la Policía Federal Preventiva permanecen todavía a un costado del edificio D del Palacio Legislativo de San Lázaro, sin que el torpe y debilitado Jorge Zermeño Infante atine a hacer nada. Quizá requiera del auxilio del presidente de la Comisión de Presupuesto, Raúl Alejandro Padilla Orozco , experto en desatar escándalos por su notable dislexia.
Por Eduardo Ibarra Aguirre
Uno de los múltiples factores que explica el desastre gubernamental del enriquecido Vicente Fox Quesada –“el peor bache en la historia del país”, Federico Ortiz Quezada dixit --, es la ausencia de un solo rumbo para el gabinetazo , dentro de la diversidad de pensamiento que necesariamente debe significarlo.
No otra cosa encierran los tragicómicos desatinos sobre el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2007. Mientras Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa y Agustín Carstens --exsubdirector gerente del Fondo Monetario Internacional-- deciden proponer al Congreso un recorte sustantivo en los decisivos rubros de educación, particularmente la media superior y superior, así como para cultura, ciencia y tecnología, Josefina Vázquez Mota tiene que mostrar sus aptitudes de convencimiento ante la opinión pública para sortear la tempestad que desataron los dos primeros al incrementar, por el contrario, las partidas presupuestales para seguridad pública y fuerzas armadas.
La predilección de un hombre formado en la mercadolatría del FMI, como es el caso del secretario de Hacienda, explica los despropósitos para que el país persista en la periferia respecto al mundo desarrollado, al disminuir recursos públicos en los sectores clave para que México acceda a nuevos niveles de desarrollo, tales como educación, cultura, ciencia y tecnología.
Pero que el presidente menos votado en la historia electoral, con un triunfo sólo reconocido institucionalmente y por los decisivos poderes fácticos, además de una impugnación ciudadana que ya rebasa el medio año, persista en políticas excluyentes del “no hay más ruta que la nuestra”, se antoja suicida, alimentadora del litigio social y el reclamo popular.
Los tercos hechos, no los discursos y medidas de impacto publicitario como disminuir en 10 por ciento los sueldos de la elite gobernante, restituir enhorabuena el escudo nacional en la imagen gubernamental e iniciar las giras presidenciales en La Montaña guerrerense, son datos que no ocultan la excluyente ruta calderonista.
El primer logro en 10 días del gobierno que “rebasará por la izquierda” a Andrés Manuel López Obrador es conquistar la impugnación de la comunidad universitaria, intelectual, científica y cultural del país, así como un desencuentro con el Partido Nueva Alianza, la franquicia electoral de Elba Esther Gordillo Morales , sin cuyos servicios no estaría despachando Calderón Hinojosa en Los Pinos.
Las contradicciones en el grupo gobernante se pusieron a la orden del día desde la víspera del viernes 1, cuando la “mano dura y el pie derecho” de Calderón –como describió Diane Pérez en la cadena nacional de la Presidencia de la República-- , comisionó al joven Juan Camilo Mouriño Terrazo para reunirse con los diputados federales panistas y ordenarles que deberían acatar las instrucciones del Estado Mayor Presidencial sobre dónde debería ubicarse cada uno y qué hacer en el caso de que los rebasaran los legisladores de los partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo.
La orden, cuentan legisladores de Acción Nacional, fue terminante: “¡Acuérdense, ustedes duran tres años y nosotros seis!”
Dos diputados panistas dicen entre agraviados y resignados: “¡Cómo que un chamaco nos viene a amenazar!”. Mientras tanto, 76 agentes de la Policía Federal Preventiva permanecen todavía a un costado del edificio D del Palacio Legislativo de San Lázaro, sin que el torpe y debilitado Jorge Zermeño Infante atine a hacer nada. Quizá requiera del auxilio del presidente de la Comisión de Presupuesto, Raúl Alejandro Padilla Orozco , experto en desatar escándalos por su notable dislexia.
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