martes, diciembre 12, 2006

PLAZA PÚBLICA - Miguel Ángel Granados Chapa

Tres tramposos magistrados

Los tres miembros de un tribunal federal en Guerrero se han hecho merecedores a una alta distinción académica por innovar la ciencia jurídica creando un recurso innominado (que podría llamarse arrepentimiento). O se han hecho acreedores a una severa sanción del Consejo de la Judicatura (que debería ocuparse de este asunto antes de irse al receso invernal y antes de mudar de presidente), pues violentaron la ley sin embozo.

Los magistrados Agustín Raúl Juárez Herrera, José Luis García Vasco y Arturo Rafael Segura Madueño, integrantes del Segundo Tribunal Colegiado en materia del trabajo del Vigésimo Primer Circuito, resolvieron el 26 de octubre un amparo en revisión, y comunicaron su sentido al listar los asuntos resueltos en esa fecha. En el número siete se resumió la conclusión de la sentencia mediante la fórmula consabida: "confirma y ampara para efectos". Impuestos de la resolución por ese medio, los abogados de la parte beneficiada solicitaron las copias certificadas correspondientes, el 30 de aquel mismo mes. Pero en vez de esa documentación recibieron una sorpresa. En la lista de los asuntos del 27, que permanecía en estrados, apareció una insólita leyenda colocada allí con posterioridad, la presunta certificación de un error que hubiera sido comprensible de no entrañar una grave ilicitud. "El Secretario de Acuerdos de este tribunal -decía la inopinada inscripción.-CERTIFICA que por un error se publicó el sentido del fallo en la forma anotada, cuando en la sesión del pleno se acordó retirarlo para mejor estudio, lo cual se manifiesta para todos los efectos a que haya lugar, debiendo quedar este asunto como legalmente retirado".

No lo estuvo por mucho tiempo. Aun si fuera verdad lo dicho por la nota secretarial, la verdad es que los magistrados no requieron dedicar muchas horas a ese "mejor estudio", sino que en la sesión inmediata posterior, una semana después de la que confirmó la sentencia de amparo, dictaron otra en sentido contrario. No se requiere ser demasiado suspicaz, ni muy versado en las cosas de la vida para adivinar lo que realmente ocurrió: alguien con suficiente poder dispuso que los magistrados rectificaran el sentido de su primera decisión y no siendo posible proceder legalmente en tal sentido, acudieron a la superchería descrita.

El asunto de fondo se remonta a un conflicto de medios periodísticos en Guerrero. En 1998 fue creada la empresa Medios del sur, SA de CV, que durante casi tres años editó en Acapulco el diario La Jornada/El Sur. Mediante acciones reprochables, la accionista mayoritaria de la empresa local, Desarrollo de Medios, SA de CV, que edita en la Ciudad de México La Jornada, rompió la sociedad con los participantes locales, principalmente el director del periódico Juan Angulo al que hasta se llegó al extremo de querer encarcelar mediante acusaciones penales que por insustanciales no prosperaron. La accionista mayoritaria se quedó con los activos de la empresa, y los socios locales acometieron la fundación de otra empresa, Información del Sur, editora del diario El Sur. La publicación y la empresa no son continuación en modo alguno de las citadas, y no revistieron en ningún momento el carácter de patrón sustituto previsto por la legislación laboral.

Como lamentable secuela de la ruptura, algunos ex empleados de Medios del Sur, que nunca trabajaron para Información del Sur, demandaron laboralmente a esta última empresa. La primera Junta Local de Conciliación y Arbitraje en Acapulco falló a favor de Misael Habana de los Santos, una de las personas en esa situación, corresponsal de La Jornada en aquella ciudad y próximo editor de La Jornada Guerrero, que se propone competir con El Sur. Pero el 23 de junio pasado la jueza sexta de Distrito en aquel puerto, Martha Leticia Muro Arellano, concedió amparo a la empresa por considerar "infundado el incidente de sustitución patronal" planteado por el quejoso, que acudió a la revisión. Ése es el caso sospechosamente abordado por los magistrados a fines de noviembre: inicialmente confirmaron la sentencia de la jueza y luego, sin posibilidad legal para hacerlo, lo pensaron mejor (o se les pidió que modificaran la resolución) y desampararon a quien ya habían amparado.

El gobernador Zeferino Torreblanca ha intervenido en el caso de un modo digamos que peculiar, llevado de su amistad con el diario La Jornada. Aun antes de que se resolviera el caso en definitiva, pero acaso sabedor del sentido que tendría la resolución definitiva del colegiado, propuso una solución actuando en apariencia como buen componedor: Ofreció a El Sur un contrato de publicidad cuyo importe debía ser dedicado al pago de la indemnización demandada por Misael Habana de los Santos. Naturalmente, los editores de El Sur rehusaron el arreglo, que beneficiaba al corresponsal de La Jornada, amigo del Gobernador, cuando aún no se había definido si tenía derechos a salvo. Fue después de la frustración de esa componenda cuando los magistrados, que actuaron de modo por entero irregular, zizaguearon como queda dicho. Torreblanca ha estado al tanto de la situación desde sus tiempos de alcalde de Acapulco. En aquel entonces dispuso el pago de facturas atrasadas a Medios del Sur, que había dejado de operar, siendo que los montos respectivos hubiesen sido de Información del Sur, de haber sido causahabiente de aquella.

Ya hablaremos de la deplorable metamorfosis de Torreblanca, entre su papel de alcalde y el de gobernador.

!!AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!

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