lunes, diciembre 04, 2006

ITINERARIO POLÍTICO - Ricardo Alemán

Curioso comentario de este periodista pro-panista, pero que también reconoce la incapacidad de Ramírez Acuña.


El bárbaro de Jalisco

El ex gobernador del estado es un político con ambiciones desmedidas por el poder, que se valió de las prácticas del viejo PRI

En el camino

Durante la segunda mitad del gobierno de Miguel de la Madrid -1985-1988-, el entonces testimonial Partido Acción Nacional vivió uno de los cambios internos más significativos de su historia. Ingresaron a sus filas broncos empresarios y agricultores de "rasposo" discurso y activismo locuaz, que pronto fueron motejados como Los Bárbaros del Norte .

Notoria diferencia entre el panismo tradicional, el del apostolado democrático, y el de la política entendida como una mercancía vendible al mejor postor, que enarbolaba el neopanismo bronco y bárbaro que, sin embargo, logró el milagro político: transformar las derrotas eternas del PAN en triunfos políticos. Los años se encargaron de convertir a una buena parte de esos Bárbaros del Norte en panistas de leyenda, casi míticos, en tanto que el acceso al poder le dio al PAN sangre nueva que desplazó a los viejos apóstoles de la democracia.

Y es que desde 1989, cuando el PAN accedió a los poderes estatales -con Ernesto Rufo como gobernador de Baja California-, germinó una nueva generación de alcaldes, diputados locales, federales, senadores y gobernadores para los que la doctrina de AN no era más que un membrete, porque el acceso, ejercicio y disfrute del poder no sólo era lo más importante; era lo único. Y contra el apostolado de los fundadores, la camada de neopanistas pronto adquirió las más cuestionables prácticas y estrategias del viejo PRI par acceder al poder, hasta convertirse en casta de priístas vestidos de azul.

Ese es el caso de Francisco Ramírez Acuña, amigo de Felipe Calderón desde sus mocedades en la política, quien ha sido regidor, diputado local, alcalde y gobernador. Todo en su natal Jalisco. Sus méritos para alcanzar la Secretaría de Gobernación no van más allá de ser amigo del presidente y el destapador del precandidato Calderón en mayo de 2004, lo que provocó memorable regaño presidencial y la renuncia de Felipe de la Secretaría de Energía. El nuevo Presidente paga la lealtad de su amigo, al designarlo secretario de Gobernación, cargo que reclama talante y talento político, habilidades para la negociación y el acuerdo, pero sobre todo, una sólida cultura democrática, capaz de hacer posible la reforma del Estado.

Nadie sabe si será capaz de llenar a satisfacción de los ciudadanos la silla de Gobernación. El tiempo tiene la respuesta. Lo que sí se sabe es que el ex gobernador de Jalisco no sólo es un político con ambiciones desmedidas por el poder, y que a lo largo de toda su trayectoria se valió de las más rancias prácticas del viejo PRI. Bueno, las propuestas que ofreció el presidente Calderón en su discurso en el Auditorio Nacional -muchas de las cuales deberá impulsar el titular de Gobernación- van en sentido contrario a la cultura y la práctica política del señor Ramírez Acuña.

No sólo está peleado con diálogo, negociación y acuerdo; no sólo riñe con derechos humanos, transparencia y sana medianía de los servidores públicos; no sólo vende al adversario político, sino que gusta de destruirlo. Ejemplos sobran. Peleó a muerte con su antecesor y hoy compañero de gabinete, Alberto Cárdenas, a cuyo grupo marginó y negó todo diálogo; son notorios sus excesos de autoritarismo, como la paliza a globalifóbicos en 2004. Se convirtió en uno de los mandatarios con mayor salario, y cuando le preguntaron sobre ese exceso, dijo orondo: "Gano ese salario, porque me lo merezco". Peleó con el organismo local de transparencia al negarse a hacer pública su nómina, por lo que fue sancionado. Pero la sanción se archivó gracias a sus influencias.

Durante la pasada elección al gobierno de Jalisco, Ramírez Acuña empleó al que luego fuera candidato del PRI a sucederlo: Arturo Zamora Jiménez, a quien luego derribó mediante la difusión de expedientes que presuntamente lo vinculaban al narcotráfico. Luego de que el PAN retuvo el gobierno de Jalisco, el parlanchín y locuaz mandatario saliente se encargó de difundir que sería el secretario de Gobernación en el gobierno de Calderón, y que de ahí saldría como el futuro candidato presidencial, en 2012, todo esto mientras que sus leales señalaban que había gastado muchos millones de pesos en apoyo a Calderón.

Ante su inminente solicitud de licencia como gobernador para incorporarse al gabinete, Ramírez Acuña ofreció otra muestra de sus habilidades. Compró a dos diputados locales del PRI para conseguir que en el Congreso local la bancada del PAN pudiera nombrar al interino que le cuidara las espaldas. El presidente Calderón sabe quién es Ramírez Acuña, un bárbaro de la política que con sus antecedentes poco podrá hacer por la gobernación. Al tiempo.

Pero también hay buenas noticias. Alfredo Elías Ayub fue ratificado como director de la CFE. Reconocimiento a un trabajo de excelencia en el campo de la energía eléctrica. Unas de arena por otras de cal.

!!AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!

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