Conjeturas
I.- Diódoro Carrasco ahora es diputado federal del PAN. Militó, para sacar beneficios, en el PRI. Se las daba de militante del sector campesino. Es hijo de un cacique, que vivió del mismo cuento, en la CNC, y donde se enriqueció para que su junior lo aventajara. Al Diódoro bis lo hizo (des)gobernador Salinas por intermedio del entonces (des)gobernador Heladio Ramírez (éste, ahora manipulando las siglas de la CNC, vacías de campesinos, y con un pie dentro del PRI, pero alistando las maletas hacia el PAN, donde ahora dan cargos.
II.- Diódoro Humberto Carrasco Altamirano, que así se llama quien ahora, pues, es panista y que reinó en Oaxaca de 1992 al 98, mientras el tlatoani mayor era Zedillo (1994-2000), desató una de las más salvajes represiones durante el año de 1996. Y recibió el apoyo zedillista, para combatir no a las guerrillas, sino a quienes, como simples ciudadanos, en medio de su pobreza e indefensos, sobrevivían en el Sur de la Entidad. A quienes detuvieron, encerraron y mataron con torturas.
III.- Carrasco, "educado" en el echeverriato (fue muy amigo de uno de los hijos de Echeverría: Luis Vicente, al que asesinaron, dicen, en la alberca de la mansión de su padre), escaló varios cargos burocráticos. Y cuando Heladio (quien se hizo apodar "Juaritos") fue (des)gobernador, lo hizo secretario de desarrollo económico, diputado federal y senador, para, ya Salinas en el poder, y con la bendición de éste, imponerlo como sucesor. Fueron seis años de brutalidad (mientras en las noches Diódoro contrataba a Pepe Jara, para sus borracheras bohemias).
IV.- Por esa época los rebeldes-guerrilleros de Oaxaca y Guerrero e incluso Chiapas, corredor de la insurgencia contra los caciquismos, habían hecho de San Agustín Loxicha, residencia mayoritariamente de zapotecos, un lugar de paso; entonces, alertado Zedillo, tanto por el Ejército como por sus cuerpos de seguridad, en una atmósfera nacional con olor todavía al homicidio de Colosio (en el que intervinieron, directa o indirectamente: Salinas, Córdoba y Zedillo con sus testaferros: Murat y Liébano Sáenz), ordenó una cacería de cuantos vivieran por ese lugar.
V.- Diódoro Carrasco puso su parte. Con sus policías y matones a su servicio ordenó, a su vez, una represión; asesinaron, encarcelaron, torturaron y desaparecieron a miles de oaxaqueños, con el pretexto de arrasar con la guerrilla a la que nunca lograron siquiera mermar. Carrasco y Zedillo se unieron en ese genocidio. Y esto sin que ambos, por su parte, representaran intereses encontrados. Carrasco le servía a Salinas, cuando éste estaba en el exilio, mientras hacía fe de colosista.
VI.- Muy poco, casi nada, se ha investigado sobre esa masacre de Diódoro y de Zedillo. Pero, no se ha perdido la memoria y recuerdan, deudos y guerrilleros, cómo Loxicha fue casi borrado del mapa. Por toda la capital del Estado se habían habilitado "casas de seguridad" donde encarcelaban a supuestos guerrilleros, cuando no eran más que habitantes de esa región y sus alrededores, a los que se les quería arrancar información que no tenían. Tan es así que nunca tuvieron Zedillo ni Carrasco, datos seguros sobre la guerrilla.
VII.- Pero mataron mexicanos-zapotecas por miles. La historia de esos homicidios perdura, porque policías, militares y otros grupos armados por Diódoro, desataron, al estilo nazi, la "solución final" (que imitaron en Guerrero Rubén Figueroa y en Chiapas Patrocinio González-Blanco). Familias enteras fueron masacradas y otros murieron torturados en las cárceles diodoristas. No pocos fueron trasladados a la Ciudad de México donde, también, morían de hambre y vejados por las torturas. Zedillo, permitió los genocidios de Aguas Blancas y El Charco; pero, fue el que ordenó la matanza de Acteal, ebrio de sangre cuando pretendió acabar con el levantamiento indígena chiapaneco.
VIII.- La periodista Blanche Petriche acaba de recabar más datos sobre los genocidios, en Oaxaca, de Zedillo y Carrasco, con motivo de la actual crisis que encabeza la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Uno de sus integrantes, quien dedicado al análisis del actual estallamiento, pone en evidencia "el patrón represivo que se está aplicando en estos días en Oaxaca, con redadas, allanamientos y arrestos masivos de activistas populares que ejecutan policías estatales, pero bajo cobertura de la acción de la Policía Federal Preventiva" (Represiva).
IX.- Recuerda a lo que pasó hace diez años cuando Carrasco y Zedillo se dieron a la "limpia" de guerrillas en Oaxaca sin lograrlo, pero dejaron a su paso, muertos por miles que, siendo inocentes, fueron detenidos para cobrarse con ellos la ira y venganza zedillista y diodorista. Estas represiones dejaron heridas sin cicatrizar en toda la Entidad y que, cuando Zedillo impuso a Murat como sucesor de Carrasco, sangraron más por la violencia muratista.
X.- Fue entonces el PRI con la complacencia del PAN, dos partidos que, finalmente, encontraron sus factores comunes, ya que Zedillo como Diódoro son de derecha; ambos tienen dinero, y no precisamente con el "sudor de sus frentes", sino por haber pasado por los cargos públicos. Zedillo en su exilio estadounidense se hace el pobrecito, al igual que Carrasco; éste hasta publica, semanalmente, lo que le escriben sus empleados, para dizque vivir de "periodista".
cepedaneri@prodigy.net.mx
II.- Diódoro Humberto Carrasco Altamirano, que así se llama quien ahora, pues, es panista y que reinó en Oaxaca de 1992 al 98, mientras el tlatoani mayor era Zedillo (1994-2000), desató una de las más salvajes represiones durante el año de 1996. Y recibió el apoyo zedillista, para combatir no a las guerrillas, sino a quienes, como simples ciudadanos, en medio de su pobreza e indefensos, sobrevivían en el Sur de la Entidad. A quienes detuvieron, encerraron y mataron con torturas.
III.- Carrasco, "educado" en el echeverriato (fue muy amigo de uno de los hijos de Echeverría: Luis Vicente, al que asesinaron, dicen, en la alberca de la mansión de su padre), escaló varios cargos burocráticos. Y cuando Heladio (quien se hizo apodar "Juaritos") fue (des)gobernador, lo hizo secretario de desarrollo económico, diputado federal y senador, para, ya Salinas en el poder, y con la bendición de éste, imponerlo como sucesor. Fueron seis años de brutalidad (mientras en las noches Diódoro contrataba a Pepe Jara, para sus borracheras bohemias).
IV.- Por esa época los rebeldes-guerrilleros de Oaxaca y Guerrero e incluso Chiapas, corredor de la insurgencia contra los caciquismos, habían hecho de San Agustín Loxicha, residencia mayoritariamente de zapotecos, un lugar de paso; entonces, alertado Zedillo, tanto por el Ejército como por sus cuerpos de seguridad, en una atmósfera nacional con olor todavía al homicidio de Colosio (en el que intervinieron, directa o indirectamente: Salinas, Córdoba y Zedillo con sus testaferros: Murat y Liébano Sáenz), ordenó una cacería de cuantos vivieran por ese lugar.
V.- Diódoro Carrasco puso su parte. Con sus policías y matones a su servicio ordenó, a su vez, una represión; asesinaron, encarcelaron, torturaron y desaparecieron a miles de oaxaqueños, con el pretexto de arrasar con la guerrilla a la que nunca lograron siquiera mermar. Carrasco y Zedillo se unieron en ese genocidio. Y esto sin que ambos, por su parte, representaran intereses encontrados. Carrasco le servía a Salinas, cuando éste estaba en el exilio, mientras hacía fe de colosista.
VI.- Muy poco, casi nada, se ha investigado sobre esa masacre de Diódoro y de Zedillo. Pero, no se ha perdido la memoria y recuerdan, deudos y guerrilleros, cómo Loxicha fue casi borrado del mapa. Por toda la capital del Estado se habían habilitado "casas de seguridad" donde encarcelaban a supuestos guerrilleros, cuando no eran más que habitantes de esa región y sus alrededores, a los que se les quería arrancar información que no tenían. Tan es así que nunca tuvieron Zedillo ni Carrasco, datos seguros sobre la guerrilla.
VII.- Pero mataron mexicanos-zapotecas por miles. La historia de esos homicidios perdura, porque policías, militares y otros grupos armados por Diódoro, desataron, al estilo nazi, la "solución final" (que imitaron en Guerrero Rubén Figueroa y en Chiapas Patrocinio González-Blanco). Familias enteras fueron masacradas y otros murieron torturados en las cárceles diodoristas. No pocos fueron trasladados a la Ciudad de México donde, también, morían de hambre y vejados por las torturas. Zedillo, permitió los genocidios de Aguas Blancas y El Charco; pero, fue el que ordenó la matanza de Acteal, ebrio de sangre cuando pretendió acabar con el levantamiento indígena chiapaneco.
VIII.- La periodista Blanche Petriche acaba de recabar más datos sobre los genocidios, en Oaxaca, de Zedillo y Carrasco, con motivo de la actual crisis que encabeza la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Uno de sus integrantes, quien dedicado al análisis del actual estallamiento, pone en evidencia "el patrón represivo que se está aplicando en estos días en Oaxaca, con redadas, allanamientos y arrestos masivos de activistas populares que ejecutan policías estatales, pero bajo cobertura de la acción de la Policía Federal Preventiva" (Represiva).
IX.- Recuerda a lo que pasó hace diez años cuando Carrasco y Zedillo se dieron a la "limpia" de guerrillas en Oaxaca sin lograrlo, pero dejaron a su paso, muertos por miles que, siendo inocentes, fueron detenidos para cobrarse con ellos la ira y venganza zedillista y diodorista. Estas represiones dejaron heridas sin cicatrizar en toda la Entidad y que, cuando Zedillo impuso a Murat como sucesor de Carrasco, sangraron más por la violencia muratista.
X.- Fue entonces el PRI con la complacencia del PAN, dos partidos que, finalmente, encontraron sus factores comunes, ya que Zedillo como Diódoro son de derecha; ambos tienen dinero, y no precisamente con el "sudor de sus frentes", sino por haber pasado por los cargos públicos. Zedillo en su exilio estadounidense se hace el pobrecito, al igual que Carrasco; éste hasta publica, semanalmente, lo que le escriben sus empleados, para dizque vivir de "periodista".
cepedaneri@prodigy.net.mx
!!AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!
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