Mientras los presuntos pederastas (violadores sexuales de niños y niñas) son nombrados para ocupar las más altas comisiones del Legislativo o se les menciona para ocupar algún puesto, en el aparato de seguridad pública, en el gabinete del espurio cuñado del proveedor del IFE, mientras los kaibiles cortan cabezas por todo el territorio nacional, mientras los ex banqueros ladrones se pasean libremente por sus nuevos feudos, mientras los narcotraficantes imponen las nuevas reglas de la democracia mexicana, mientras los hijos de la segunda esposa del desmayado presidente saliente se convierten, de la noche a la mañana, en los más exitosos empresarios del sexenio bajo el cobijo de las faldas de Los Pinos y los monopolios se escudan detrás de leyes escritas y aprobadas ex profeso, los integrantes indígenas, campesinos, estudiantes, maestros, obreros, curas, amas de casa, los de la APPO, pues, y los que aún no siendo de la APPO, están siendo detenidos indiscriminadamente por la PFP son rápidamente trasladados, por esos defecadores públicos que se llaman policías aunque de paramilitares se trate, a cárceles federales a cientos de kilómetros de sus hogares, por aquello de la aplicación "irrestricta del Estado de Derecho" y en nombre de la "justicia", que ha dejado de ser ciega, para con los ojos, bien abiertos, favorecer sólo a los que mandan, nunca al pueblo.
Malas señales son las que se anuncian para los próximos años los espurios Ulises Calderón y Felipe Ruiz, militantes del PRIAN, respectivamente, los que han elegido para México el peor de los escenarios posibles: el de la impunidad para los corruptos y el de la represión para los disidentes.
Hoy son los integrantes de la APPO y otros oaxaqueños o avecindados en Oaxaca, mañana serán los del Frente Amplio y luego será todos los "renegados" del país, mientras la inmoralidad de los "reyes de la mezclilla" y "los góber preciosos", junto con las mentiras del dúopolio televisivo, seguirán asfixiando con sus múltiples tentáculos lo poco que le queda de dignidad ética a nuestra bananera república. Bananera república en la que nos han convertido los tecnócratas de la "Democracia Corporation S.A.".
Desconocedores del patrimonio y de la memoria histórica los tecnócratas del prianismo anuncian la cancelación de una vida digna para millones de mexicanos, haciendo gala de su ignorancia y transitando ciegos por el camino de la violencia institucional, tras el manto de la doble moral que condena la disidencia pero calla y protege la pederastia. No entienden siquiera que mientras mayor es la represión, mayor es la resistencia, puesto que las causas de fondo que generan el descontento de millones, no pueden acallarse con los largos y violatorios traslados de presos políticos de un Estado a otro y al contrario eso fomentará que más y más regiones conozcan las razones de los disidentes y los oídos receptivos multipliquen la experiencia en sus ámbitos regionales.
El país hoy se fractura esencialmente entre dos imaginarios, como hemos insistido, dos imaginarios enfrentados a dos concepciones de realidad opuestas.
Un México donde la pobreza es tan sólo una cifra de la estadística de los escritorios institucionales y en el que los seres humanos no son más que un número.
Y un México donde esos números tienen nombre y apellido, donde el dolor de la pobreza se siente, no por las maquilladas estadísticas, por la experiencia propia. Un México donde hay que elegir entre la comida y la cena, pues no alcanza para ambas, y donde día a día mueren decenas de niños por enfermedades curables o por desnutrición, un país opuesto al país de fantasía que la prensa extranjera y los monopolios desinformativos nos dibujan.
"No habrá más tolerancia" advierte la PFP a la APPO, mientras el narcotráfico sigue expandiendo su red de menudeo y la pornografía infantil crece ante los ojos vendados de complicidad de esa misma PFP.
Un errado cálculo (o tal vez calculado) será dejar sin líderes a la APPO, lo que radicalizará al extremo al movimiento popular y lo que lo hará incontrolable, estúpida, o calculadamente, la violencia es del interés de los usureros mercenarios que ven en el dolor ajeno siempre una ganancia.
Oaxaca es sólo un reflejo del sentir de millones de ciudadanos que se irán organizando para resistir los embates de un sistema que lo único que nos promete es convertirnos en los esclavos modernos de la "Democracia Corporation S.A.".
Oaxaca es el inicio de los tiempos que vienen. En Oaxaca la represión es brutal, pero ante la historia Oaxaca ya ha escrito las primeras hojas de una crónica, una y mil veces anunciada, Oaxaca se ha sumado de forma esencial a la derrota de la república simulada del PRIAN.
La represión contra el pueblo de Oaxaca es la represión contra el pueblo de México y los que ya perdieron son los Ulises Calderón y los Felipe Ruiz, los que ya no podrán nunca más asistir a un acto público sin que esté el lugar del evento cercado por "militares" ni mucho menos podrán entrar, nunca más, a ningún sitio, por la puerta de adelante.
Malas señales son las que se anuncian para los próximos años los espurios Ulises Calderón y Felipe Ruiz, militantes del PRIAN, respectivamente, los que han elegido para México el peor de los escenarios posibles: el de la impunidad para los corruptos y el de la represión para los disidentes.
Hoy son los integrantes de la APPO y otros oaxaqueños o avecindados en Oaxaca, mañana serán los del Frente Amplio y luego será todos los "renegados" del país, mientras la inmoralidad de los "reyes de la mezclilla" y "los góber preciosos", junto con las mentiras del dúopolio televisivo, seguirán asfixiando con sus múltiples tentáculos lo poco que le queda de dignidad ética a nuestra bananera república. Bananera república en la que nos han convertido los tecnócratas de la "Democracia Corporation S.A.".
Desconocedores del patrimonio y de la memoria histórica los tecnócratas del prianismo anuncian la cancelación de una vida digna para millones de mexicanos, haciendo gala de su ignorancia y transitando ciegos por el camino de la violencia institucional, tras el manto de la doble moral que condena la disidencia pero calla y protege la pederastia. No entienden siquiera que mientras mayor es la represión, mayor es la resistencia, puesto que las causas de fondo que generan el descontento de millones, no pueden acallarse con los largos y violatorios traslados de presos políticos de un Estado a otro y al contrario eso fomentará que más y más regiones conozcan las razones de los disidentes y los oídos receptivos multipliquen la experiencia en sus ámbitos regionales.
El país hoy se fractura esencialmente entre dos imaginarios, como hemos insistido, dos imaginarios enfrentados a dos concepciones de realidad opuestas.
Un México donde la pobreza es tan sólo una cifra de la estadística de los escritorios institucionales y en el que los seres humanos no son más que un número.
Y un México donde esos números tienen nombre y apellido, donde el dolor de la pobreza se siente, no por las maquilladas estadísticas, por la experiencia propia. Un México donde hay que elegir entre la comida y la cena, pues no alcanza para ambas, y donde día a día mueren decenas de niños por enfermedades curables o por desnutrición, un país opuesto al país de fantasía que la prensa extranjera y los monopolios desinformativos nos dibujan.
"No habrá más tolerancia" advierte la PFP a la APPO, mientras el narcotráfico sigue expandiendo su red de menudeo y la pornografía infantil crece ante los ojos vendados de complicidad de esa misma PFP.
Un errado cálculo (o tal vez calculado) será dejar sin líderes a la APPO, lo que radicalizará al extremo al movimiento popular y lo que lo hará incontrolable, estúpida, o calculadamente, la violencia es del interés de los usureros mercenarios que ven en el dolor ajeno siempre una ganancia.
Oaxaca es sólo un reflejo del sentir de millones de ciudadanos que se irán organizando para resistir los embates de un sistema que lo único que nos promete es convertirnos en los esclavos modernos de la "Democracia Corporation S.A.".
Oaxaca es el inicio de los tiempos que vienen. En Oaxaca la represión es brutal, pero ante la historia Oaxaca ya ha escrito las primeras hojas de una crónica, una y mil veces anunciada, Oaxaca se ha sumado de forma esencial a la derrota de la república simulada del PRIAN.
La represión contra el pueblo de Oaxaca es la represión contra el pueblo de México y los que ya perdieron son los Ulises Calderón y los Felipe Ruiz, los que ya no podrán nunca más asistir a un acto público sin que esté el lugar del evento cercado por "militares" ni mucho menos podrán entrar, nunca más, a ningún sitio, por la puerta de adelante.
¡Oaxaca somos todos!
¡Alto a la represión, presos políticos libertad!
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