jueves, noviembre 30, 2006

Renuncia pública

Por Ricardo Andrade Jardí

Señoras y señores, la pregunta obligada es la siguiente:
¿Es ético que con el dinero del erario público se siga pagando el sueldo de 500 gandules pendencieros... incluidos presuntos pederastas y asesinos?
Y si la pregunta obligada no fuera suficiente, que tal si nos responden, aunque sea, a la siguiente duda:

¿Si los diputados del PRIAN pueden ir cargados de gas lacrimógeno, siendo los "representantes del pueblo", los ciudadanos comunes también podemos ir con nuestro gas lacrimógeno en la bolsa para rociarlo, digamos, al vecino de enfrente, o sólo los perversos aforados del Legislativo lo pueden hacer?
El presidente de la Cámara de Diputados vociferaba, el martes en la noche, que "ellos como representantes del pueblo estaban obligados a cumplir con la demanda de los ciudadanos de que Fecal tome protesta".

No, señor Zermeño, no se preocupe, porque en pleno uso de mis derechos constitucionales, le niego el derecho de considerarse mi representante.
A partir de este momento manifiesto públicamente mi derecho a no sentirme representado por ninguno de los 500 diputados y menos aún de los senadores que forman la XXX Legislatura, les hago el favor de quitarles la obligación de representarme.
Mi decoro no me permite sentirme, bajo ninguna circunstancia, representado por un abrevadero de seudopolíticos mediocres.

Y mi condición de mexicano y mi compromiso con esa condición me obligan a no permitir que una pandilla de legisladores con fuero representen, a mi nombre, esa condición.
Y menos aún cuando entre los legisladores de ambas cámaras se encuentran algunos de los que aprobaron el atraco de convertir la deuda privada de banqueros y empresarios en deuda pública (FOBAPROA-IPAP) y la ley Televisa. Leyes que nada tienen que ver con las demandas de la mayoría ciudadana y menos aún han generado ningún beneficio cuantificable en beneficio de México y sí en cambio para una reducida oligarquía para la que trabajan y a la que dócilmente sirven los legisladores, siempre a las costillas de todos nosotros, es decir, a cambio de los vergonzosos y ostentosos sueldos que el erario público les paga con nuestro dinero.

Y por esa condición de mexicano exijo de ahora en adelante que cuando se refieran a sus representados lo hagan en correcto castellano (español por si no entienden la palabra anterior), es decir, "a la parte de la ciudadanía que representamos o a la mayoría de ella o a casi toda", pero, no a toda, somos muchos, cientos de miles, los que tenemos un mínimo de dignidad y los que por obvias razones no sólo no nos sentimos sino que ni siquiera nos permitimos "ser representados" por un Parlamento que es la envidia del mejor circo.

!!Todos desde hoy por la noche a Zócalo de Cd. de México!!

!!AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!

No hay comentarios.: