Podría estallarle tras asumir el cargo
En la capital de Oaxaca parece estársele preparando una bomba de tiempo al presidente electo Felipe Calderón, que quedará lista para estallar en cualquier momento a partir del próximo viernes, una vez que rinda su protesta ante el Congreso de la Unión y asuma la Presidencia de la República.
Eso es, al menos, lo que ha quedado claro después de los violentos hechos del sábado pasado y de la repentina prisa en cumplir las órdenes de aprehensión contra dirigentes y militantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, en particular las giradas contra Flavio Sosa y Senén Bravo, con todo y que esa organización solicitó ayer a la Secretaría de Gobernación la inmediata reanudación del diálogo que permita encontrar una solución al conflicto que vive la entidad, sin condicionarlo a la salida de la Policía Federal Preventiva y sin hacer mención a la del gobernador priísta Ulises Ruiz, al que responsabilizan directamente de lo sucedido, incluido el incendio de la sede del Tribunal Superior de Justicia del estado, en el que todos los archivos y expedientes que había en ellos quedaron reducidos a cenizas.
A la repentina urgencia en cumplir las órdenes de aprehensión contra los integrantes de la APPO, convertida en una auténtica cacería de ellos, han ido aparejados cateos domiciliarios dentro y fuera de la capital del estado, lo que ha atemorizado a los oaxaqueños tanto o más que los hechos de vandalismo del sábado, cuando al concluir la megamarcha de miles de personas, hubo una lluvia de piedras, petardos y bombas molotov sobre los elementos de la PFP a los que pretendieron cercar en el centro histórico, en donde permanecen desde hace varias semanas, colocando barricadas de todo tipo en las calles aledañas, a lo que los uniformados respondieron disparando gases lacrimógenos para alejar y dispersar a los marchistas convirtiendo la zona en un impresionante campo de batalla. Esta llegó hasta la explanada de la plaza de Santo Domingo, en donde la APPO tenía instalado un campamento que fue abandonado ante el embate policiaco.
Los violentos hechos registrados el sábado en la ciudad de Oaxaca parecieron más un nuevo "ensayo" de lo que podría suceder el próximo fin de semana, luego de que Calderón se haya convertido en el nuevo Presidente de la República, heredando un grave conflicto que amenaza extenderse a la ciudad de México y a otras de entidades vecinas.
Ayer mismo, en un comunicado difundido por la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo, que fue una de las organizaciones guerrilleras que reivindicaron los bombazos habidos en las sedes del Tribunal Electoral y del PRI y en una institución bancaria, advirtió que iniciarán ataques armados en Oaxaca en respuesta a lo que califican de represión del gobierno federal en ese estado. Es, pues, una verdadera bomba que amenaza estallarle a Calderón en las manos y que obligaría a manchárselas de sangre tras de que asuma la Presidencia.
De esto y de aquello...
En una sede alterna a la casa de transición del presidente electo, bloqueada por un plantón perredista, Felipe Calderón dará a conocer hoy a los integrantes del gabinete político y de seguridad, y sólo quedarán pendientes los que estarán al frente de las paraestatales y organismos descentralizados. En la danza de nombres siguen figurando los que se han mencionado insistentemente en los últimos días, desde el de Francisco Ramírez Acuña, gobernador de Jalisco con licencia, para la Secretaría de Gobernación. También los de los generales Juan Alfredo Oropeza Garnica y Mario Ayón para Defensa Nacional, y el del que a partir de hoy será almirante Raúl Santos Galván Villanueva, para la de Marina, así como el del actual secretario de Seguridad Pública del gobierno federal, Eduardo Medina-Mora Icaza, para la PGR. Para suceder a éste, el nombre de Genaro García Luna, quien fuera director de la Agencia Federal de Investigación, es el que más se mencionaba anoche para reemplazar a Medina-Mora Icaza, así como el de Germán Martínez Cázares, para la Secretaría de la Función Pública. Desde la mañana de ayer se empezó a asegurar que Arturo Sarukhán, al que se ubicaba para titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, sería el embajador de México en Estados Unidos. Las incógnitas, sin embargo, las despejará Calderón hoy a temprana hora y eso acabará con la "gabinetitis" que desde hace varias semanas se convirtió en entretenimiento nacional. A cuatro días de que el presidente electo acuda a la Cámara de Diputados para rendir protesta ante el Congreso de la Unión y asumir el cargo de Presidente de la República, se acrecienta el riesgo de que pueda suscitarse la violencia ante la determinación de los diputados y senadores del PRD, PT y Convergencia de impedirlo. Es más, hay versiones de que en la sesión de este martes en el recinto de San Lázaro, esos legisladores puedan no sólo tomar la tribuna hoy mismo sino instalar campamentos a su alrededor para evitar que tanto Calderón como quien desde el primer minuto del viernes será su antecesor, Vicente Fox, puedan acceder a ella ese día. En la reunión que por primera vez sostuvo ayer con legisladores del PRI, el presidente electo les reiteró que el próximo viernes acudirá a San Lázaro no por mero capricho sino para cumplir su obligación constitucional de rendir protesta ante el Congreso de la Unión y asumir su cargo constitucional. Les ofreció a los senadores del tricolor, encabezados por el coordinador de su grupo parlamentario, Manlio Fabio Beltrones, que a lo largo de su gestión estará tan cerca del Congreso como lo dispongan sus integrantes. Por su parte, el político sonorense le dijo a Calderón que como jefe del Estado mexicano le exigirán un trato ecuánime, por encima de las pugnas partidistas y que no transforme la investidura presidencial en jefatura de campaña de un partido político. En otro intento más de evitar que haya violencia el 1 de diciembre en el recinto legislativo, el líder de los diputados del PRI, Emilio Gamboa, volvió a llamar a sus colegas Javier González Garza, del PRD, y Héctor Larios, del PAN, a ponerse de acuerdo para evitar que haya una violencia que nadie quiere ver.
Eso es, al menos, lo que ha quedado claro después de los violentos hechos del sábado pasado y de la repentina prisa en cumplir las órdenes de aprehensión contra dirigentes y militantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, en particular las giradas contra Flavio Sosa y Senén Bravo, con todo y que esa organización solicitó ayer a la Secretaría de Gobernación la inmediata reanudación del diálogo que permita encontrar una solución al conflicto que vive la entidad, sin condicionarlo a la salida de la Policía Federal Preventiva y sin hacer mención a la del gobernador priísta Ulises Ruiz, al que responsabilizan directamente de lo sucedido, incluido el incendio de la sede del Tribunal Superior de Justicia del estado, en el que todos los archivos y expedientes que había en ellos quedaron reducidos a cenizas.
A la repentina urgencia en cumplir las órdenes de aprehensión contra los integrantes de la APPO, convertida en una auténtica cacería de ellos, han ido aparejados cateos domiciliarios dentro y fuera de la capital del estado, lo que ha atemorizado a los oaxaqueños tanto o más que los hechos de vandalismo del sábado, cuando al concluir la megamarcha de miles de personas, hubo una lluvia de piedras, petardos y bombas molotov sobre los elementos de la PFP a los que pretendieron cercar en el centro histórico, en donde permanecen desde hace varias semanas, colocando barricadas de todo tipo en las calles aledañas, a lo que los uniformados respondieron disparando gases lacrimógenos para alejar y dispersar a los marchistas convirtiendo la zona en un impresionante campo de batalla. Esta llegó hasta la explanada de la plaza de Santo Domingo, en donde la APPO tenía instalado un campamento que fue abandonado ante el embate policiaco.
Los violentos hechos registrados el sábado en la ciudad de Oaxaca parecieron más un nuevo "ensayo" de lo que podría suceder el próximo fin de semana, luego de que Calderón se haya convertido en el nuevo Presidente de la República, heredando un grave conflicto que amenaza extenderse a la ciudad de México y a otras de entidades vecinas.
Ayer mismo, en un comunicado difundido por la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo, que fue una de las organizaciones guerrilleras que reivindicaron los bombazos habidos en las sedes del Tribunal Electoral y del PRI y en una institución bancaria, advirtió que iniciarán ataques armados en Oaxaca en respuesta a lo que califican de represión del gobierno federal en ese estado. Es, pues, una verdadera bomba que amenaza estallarle a Calderón en las manos y que obligaría a manchárselas de sangre tras de que asuma la Presidencia.
De esto y de aquello...
En una sede alterna a la casa de transición del presidente electo, bloqueada por un plantón perredista, Felipe Calderón dará a conocer hoy a los integrantes del gabinete político y de seguridad, y sólo quedarán pendientes los que estarán al frente de las paraestatales y organismos descentralizados. En la danza de nombres siguen figurando los que se han mencionado insistentemente en los últimos días, desde el de Francisco Ramírez Acuña, gobernador de Jalisco con licencia, para la Secretaría de Gobernación. También los de los generales Juan Alfredo Oropeza Garnica y Mario Ayón para Defensa Nacional, y el del que a partir de hoy será almirante Raúl Santos Galván Villanueva, para la de Marina, así como el del actual secretario de Seguridad Pública del gobierno federal, Eduardo Medina-Mora Icaza, para la PGR. Para suceder a éste, el nombre de Genaro García Luna, quien fuera director de la Agencia Federal de Investigación, es el que más se mencionaba anoche para reemplazar a Medina-Mora Icaza, así como el de Germán Martínez Cázares, para la Secretaría de la Función Pública. Desde la mañana de ayer se empezó a asegurar que Arturo Sarukhán, al que se ubicaba para titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, sería el embajador de México en Estados Unidos. Las incógnitas, sin embargo, las despejará Calderón hoy a temprana hora y eso acabará con la "gabinetitis" que desde hace varias semanas se convirtió en entretenimiento nacional. A cuatro días de que el presidente electo acuda a la Cámara de Diputados para rendir protesta ante el Congreso de la Unión y asumir el cargo de Presidente de la República, se acrecienta el riesgo de que pueda suscitarse la violencia ante la determinación de los diputados y senadores del PRD, PT y Convergencia de impedirlo. Es más, hay versiones de que en la sesión de este martes en el recinto de San Lázaro, esos legisladores puedan no sólo tomar la tribuna hoy mismo sino instalar campamentos a su alrededor para evitar que tanto Calderón como quien desde el primer minuto del viernes será su antecesor, Vicente Fox, puedan acceder a ella ese día. En la reunión que por primera vez sostuvo ayer con legisladores del PRI, el presidente electo les reiteró que el próximo viernes acudirá a San Lázaro no por mero capricho sino para cumplir su obligación constitucional de rendir protesta ante el Congreso de la Unión y asumir su cargo constitucional. Les ofreció a los senadores del tricolor, encabezados por el coordinador de su grupo parlamentario, Manlio Fabio Beltrones, que a lo largo de su gestión estará tan cerca del Congreso como lo dispongan sus integrantes. Por su parte, el político sonorense le dijo a Calderón que como jefe del Estado mexicano le exigirán un trato ecuánime, por encima de las pugnas partidistas y que no transforme la investidura presidencial en jefatura de campaña de un partido político. En otro intento más de evitar que haya violencia el 1 de diciembre en el recinto legislativo, el líder de los diputados del PRI, Emilio Gamboa, volvió a llamar a sus colegas Javier González Garza, del PRD, y Héctor Larios, del PAN, a ponerse de acuerdo para evitar que haya una violencia que nadie quiere ver.
!!AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!
!!Todos al Zocalo el próximo 1o de Diciembre de 2006 a las 07:00 a.m.!!
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