jueves, noviembre 23, 2006

DESAFÍO - Rafael Loret de Mola

*Galería de Opositores
*Accidente no Aclarado
*Estrategia “Infalible”


Al maestro de América, José Vasconcelos, sedujo siempre la idea de alcanzar, con el basamento de su cultura, la Presidencia de México. En la condición de candidato enfrentó la ominosa imposición de Pascual Ortiz Rubio, entenado de Plutarco Elías Calles, en 1929 y, según alegó siempre, fue despojado de la victoria con el consiguiente refrendo al célebre “nopalitos”, le llamaban así “por lo baboso”, quien sólo pudo aguantar el “maximato” durante la mitad del periodo previsto. Por ello, al ilustre oaxaqueño le desagradaba sobremanera que le situaran como intelectual y literato:
--¡Yo soy, esencialmente, un político! –clamaba-. Y si me llaman escritor es para negarme como político.

Desde luego tal ha sido una de las viejas pautas del sistema: la segregación de los opositores; sin embargo también es frecuente que el establishment extienda sus tentáculos para usar a sus más recios adversarios, cooptándolos o conduciéndolos hacia escenarios previstos a punta de provocaciones. No han sido pocas las concesiones ni tampoco las alianzas que, desde luego, han conducido a la guillotina histórica a distintos partidos y diversos líderes políticos. ¿Alguien se acuerda, por ejemplo, del Partido Popular Socialista y de su emblemático dirigente Vicente Lombardo Toledano?

El reciente, apabullante caso de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, fundador del PRD en mancuerna con Porfirio Muñoz Ledo --llamado el “Churchill” mexicano por su propensión a mudar de partido y reintegrarse con excepcional habilidad política--, exhibe hasta que punto puede extraviarse el destino histórico a causa de las circunstancias y los rencores pasajeros. Al renunciar a la comisión inventada por Fox para la celebración, en 2010, del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución –efeméride ésta reducida a un tendencioso homenaje a Madero con las veladas descalificaciones a los demás caudillos de la gesta, sin la menor revisión histórica además y sólo por efecto de una decisión discrecional del mandatario en fase terminal-, el ingeniero Cárdenas planteó que su designación podría ser “causa de controversia” en el PRD y otras organizaciones... ¡a siete meses de que el nombramiento caló hondo socavando la candidatura de su correligionario Andrés Manuel López Obrador! Decisión oportuna, sin duda.

Por supuesto, ello nos lleva a una tremenda conclusión: el ingeniero, a quien tantas veces aplaudimos su coherencia, no resistió la tentación de contrarrestar el proyecto lópezobradorista al considerarse segregado de éste; y peor todavía: tenía plena conciencia de que al aceptar el encargo tal parecería un aval al estado de cosas, incluyendo la parafernalia excesiva del aparato gubernamental volcada en pro de la continuidad y en contra de la posibilidad de un viraje hacia la izquierda. Ni modo que, talentoso como es, tardara siete meses en percatarse de ello.
El daño, desde luego, está hecho aun cuando sea imposible determinar cuantas cifras restamos a la estadística final de sufragios emitidos a favor de la izquierda por cada uno de los deslices y trampas –desde las inducciones de Fox para “seguir por el mismo camino” hasta la plural determinación de Cárdenas por exaltar a insurgentes y revolucionarios en un contexto marcado por la descalificación sumaria-, construidas sobre los cimientos de la mayor manipulación concebible.

Si en estos momentos la crispación es tanta que pone en riesgo la transición institucional, no puede aducirse que es por causas fortuitas o sólo por efecto de los excesos de una de las partes en pugna.

Debate

Manuel Clouthier del Rincón, a cuya valiente campaña presidencial debe acreditarse una mayor cobertura de las fuentes opositoras por parte de las empresas de comunicación masiva –lo recordamos con la mordaza sobre los labios desfilando por las calles de Mérida-, no pudo sino alcanzar un tercer sitio en el recuento oficial de votos en 1988, atrás del priísta Carlos Salinas y del ingeniero Cárdenas con su Frente Democrático Nacional. Obvio es decir que, para el consenso histórico, los votos de Salinas fueron, en buena medida, fraudulentos.
Unos meses después del nacimiento del PRD, gracias a que el PSUM cedió al mismo siglas y registro para acelerar la canalización institucional del neocardenismo, el propio Cárdenas, en presencia de Muñoz Ledo, durante una inolvidable comida yucateca, me confió:
--Es posible que Clouthier termine por decidir incorporarse al PRD. Ya ha estado en pláticas con nosotros. Está muy molesto por cuanto ha hecho la dirigencia del PAN al avalar a Salinas.
Para infortunio de la democracia en México, el célebre “Maquío” no pudo dar ese paso: un extraño “accidente” carreteril, al ser impactado su vehículo por un tráiler luego de un fogoso mitin partidista, entre Mazatlán y Culiacán cercenó su existencia. Corría el mes de octubre de 1989. Sobra decir que si Clouthier hubiese optado por abandonar al PAN, en aquel escenario turbulento, la falsa “legitimidad” de Salinas se habría diluido con el consiguiente escándalo. Su muerte fue, aunque nos suene terrible, excepcionalmente oportuna para el sistema y el estado de cosas. Y el PAN, desde ese momento, optó por apostarle al gradualismo con base en la negociación.

Por cierto, todavía recuerdo que los descendientes del “Maquío” –cuya figura inmensa tiene un sitio entre los grandes vanguardistas de la democracia-, su primogénito Manuel y su hija Tatiana específicamente, me hicieron llegar dudas, por demás centradas, sobre cuanto rodeó la sinuosa escenografía de la tragedia. Y, más que nada, reprochaban a un panista distinguido su precipitada aceptación de la versión oficial; se referían, claro, a Carlos Castillo Peraza –fallecido en 2000-, quien fuera mentor e impulsor de Felipe Calderón.
Cuando Felipe está a poco más de una semana de iniciar su periodo presidencial, aun considerando las turbulencias previstas, ¿no valdría ocuparse de una revisión histórica sobre este capítulo y otros más que siguen encendiendo las sospechas?

El Reto

¿Habría sido mejor que las protestas poselectorales se hubiesen canalizado a la manera de Cárdenas en 1988, esto es hacia la refundación de su partido con nuevas y más vigorosas corrientes de opinión política? Tal es la interrogante que late en las mentes de no pocos analistas, de diversas tendencias, en el preámbulo de lo que ha dado en llamarse “la mañana de los relámpagos”, esto es el inminente primero de diciembre.
Otra punto es si la interrupción de la ceremonia oficial y los formulismos simbólicos, como la recepción y colocación de la banda tricolor, restaría el peso constitucional del mandato presidencial. Las dos cuestiones confluyen hacia el mismo escenario complejo: el de un presidente debilitado y un opositor encendido, intransigente, cobijado por el respaldo de millones de mexicanos que creen haber sido defraudados el 2 de julio.
Por eso es infantil, grotesco incluso, que el vocero foxista, el Tata exrevolucionario, asuma que el señor Calderón será investido por voluntad de “las mayorías”. Esto no es así: por él sólo votó el 35 por ciento de los electores, de acuerdo a las cifras oficiales, y el 20 por ciento de los empadronados. Y es esta realidad incontrovertible la que no debiera olvidarse.

La Anécdota

Hace muchos años, en Mérida, Víctor Manuel Correa Rachó, quien fuera adversario de mi padre sin que ello fuera óbice para dialogar con un joven inquieto –lo era entonces-, con su habitual generosidad intelectual, me respondió durante un diálogo periodístico a través de las páginas del semanario “Juzgue”:
--La sorpresa es para la oposición una de sus mejores armas políticas.
Estimaba que cuando los movimientos y estrategias políticas se volvían predecibles en extremo, siempre ganaba la causa de la oficialidad. Valga la reflexión en las vísperas de la esperada “mañana de los relámpagos”.
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Web: www.rafaelloretdemola.com

!!Ya tenemos Presidente, AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!

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