No se necesita conocer los nombres de los demás próximos integrantes del gabinete oficial —el de Calderón— para entender que los importantes ya están en la lista, es decir, los llamados integrantes del gabinete económico. Ya se sabía que nada nuevo —sólo los nombres— iba a ocurrir. Carstens no sabe más que de equilibrios macro, aunque la micro siga por la calle de la amargura. En cuanto al tránsfuga de Téllez, sólo habría que recordar que él informó a la Cámara de Diputados que para 2004-2006 el barril de crudo iba a estar por los suelos: la peor prospectiva de precios petroleros realizada en el mundo. Sojo es el mismo de siempre, es decir, una persona que no entiende de crecimiento económico sino de estabilidad y le da flojera mover un pie si con ello tiene que mover el otro, por lo que no se le ha ocurrido decir algo más importante que combatir la piratería: ja, ja, ja. Kessel no promete más que la misma búsqueda de la privatización gradual de la energía y la ruina de Pemex. El Secretario de Trabajo no tiene importancia económica ni para fijar los salarios mínimos y más bien debe integrarse en el gabinete político para la administración del sindicalismo de Estado que sigue prevaleciendo a pesar del ocaso del PRI.
Es del todo natural que Calderón escoja neoliberales experimentados que han estado siempre al servicio del Estado neoliberal: antes, bajo el PRI; hoy, bajo el PAN. De seguro que el ITAM está de fiesta: hasta la procedencia académica de los nuevos rectores de la economía nos habla del sentido preciso de sus nombramientos.
Rebasar al PRD por la izquierda fue la frase más destacada de Calderón después de su nombramiento judicial. Pero tal cosa no es tan fácil. Lo primero que se necesitaría para alcanzar tan encomiable propósito es tener un programa social, lo cual resulta imposible pues, para la derecha, vivimos en una sociedad justa y buena. Se necesitaría también saber que las recetas del Fondo y del Banco Mundial —la OCDE incluida— tienen el propósito de hacer que el Tercer Mundo haga lo que no quiere hacer el Primer Mundo pero en beneficio de éste.
Los grandes cambios que se avecinan no serán sino pequeños ajustes de un patrón económico ya muy conocido, pero que ha fracasado durante más de veinte años. Un impetuoso crecimiento de la economía implica el liderazgo de la inversión pública y la modificación del esquema de distribución del ingreso, lo que genera escozor entre la clase dominante, al servicio de la cual estará ese gabinetito que presenta Calderón.
Es del todo natural que Calderón escoja neoliberales experimentados que han estado siempre al servicio del Estado neoliberal: antes, bajo el PRI; hoy, bajo el PAN. De seguro que el ITAM está de fiesta: hasta la procedencia académica de los nuevos rectores de la economía nos habla del sentido preciso de sus nombramientos.
Rebasar al PRD por la izquierda fue la frase más destacada de Calderón después de su nombramiento judicial. Pero tal cosa no es tan fácil. Lo primero que se necesitaría para alcanzar tan encomiable propósito es tener un programa social, lo cual resulta imposible pues, para la derecha, vivimos en una sociedad justa y buena. Se necesitaría también saber que las recetas del Fondo y del Banco Mundial —la OCDE incluida— tienen el propósito de hacer que el Tercer Mundo haga lo que no quiere hacer el Primer Mundo pero en beneficio de éste.
Los grandes cambios que se avecinan no serán sino pequeños ajustes de un patrón económico ya muy conocido, pero que ha fracasado durante más de veinte años. Un impetuoso crecimiento de la economía implica el liderazgo de la inversión pública y la modificación del esquema de distribución del ingreso, lo que genera escozor entre la clase dominante, al servicio de la cual estará ese gabinetito que presenta Calderón.
!!AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!
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