Con esto de la democracia todo se vale, incluso que Gamboa Patrón –ese distinguido priista a quien podemos recordar por películas como Kamel es mi copiloto y Succar y yo lo plantamos en el límite del patio– tenga la osadía de sugerirle al presichente que no acuda al Congreso el primero de diciembre para que todo ocurra con pasguata tersura. ¡Ay, qué ternura! O sea ¿con qué derecho se atreven a querer arrebatarnos a los mexicanos nuestro derecho a la diversión tremedista? Todo el mundo sabe que San Lázaro sin Fox sería como una cristalería sin chiva, como Oaxaca sin Ulises Ruin, como Paulina Rubio sin Colate, como la industria de la especulación inmobiliaria sin Arturito Montiel, como Ahumada sin verduritas. La presencia de don Vicente en la toma de posesión sería indispensable para que confeccione sus pequeñas pero siempre sentidas aportaciones al caos y al desorden. Digo, si a la presa El Cajón le va a poner Leonardo Rodríguez Alzheimer (démonos de santos porque le pudo haber puesto Cajón con G, claro), imaginémonos lo que no hará en el Congreso.
Además, Jelipillo va a requerir de mucha ayuda para que el show no resulte tan aburrido como su gabinetillo económico (¿qué será lo que tiene El Negro que, a pesar de sí mismo, lo han dejado repetir?) que parece sacado de un manual de terror neoliberal. Tanto, que hace ver al FMI como si fuera la UNICEF. ¿No que iban a rebasar por la izquierda?
Como quiera que sea, me divierte sobremanera la cara de compungido que suele poner Jorge Zermeño, presidente panista de la Cámara, cuando lo cuestionan sobre la seguridad que ha impuesto en el Palacio Legislativo cual búnker de Baby y Papa Doc, con tonton macoutes y toda la cosa; hagan de cuenta que tiene un ataque masivo de dispepsia. Entre más policías, granaderos y pefepistas resguardan San Lázaro, más quejumbroso se pone.
Las amenazas perredistas han puesto tan paranoicos a nuestros próceres blanquiazules y demás profesionales de la democracia, que responden con visiones apocalípticas como de película de Darío Argento. Bueno, hasta El País –el periódico español, no la patria nuestra–, contagiado por tanta neurosis, anda como quinceañera sin chambelanes y confunde al Peje con Mariano Rajoy y al PRD con la ETA. O sea…
Ahí sí, nomás por joder, sugeriría que a la hora buena los perredistas no hagan absolutamente nada y levanten solo una manta que diga: “Con el miedo que nos tengan basta”.
La buena nueva: ¡Fox sí va con Calderón! ¡Albricias!
Además, Jelipillo va a requerir de mucha ayuda para que el show no resulte tan aburrido como su gabinetillo económico (¿qué será lo que tiene El Negro que, a pesar de sí mismo, lo han dejado repetir?) que parece sacado de un manual de terror neoliberal. Tanto, que hace ver al FMI como si fuera la UNICEF. ¿No que iban a rebasar por la izquierda?
Como quiera que sea, me divierte sobremanera la cara de compungido que suele poner Jorge Zermeño, presidente panista de la Cámara, cuando lo cuestionan sobre la seguridad que ha impuesto en el Palacio Legislativo cual búnker de Baby y Papa Doc, con tonton macoutes y toda la cosa; hagan de cuenta que tiene un ataque masivo de dispepsia. Entre más policías, granaderos y pefepistas resguardan San Lázaro, más quejumbroso se pone.
Las amenazas perredistas han puesto tan paranoicos a nuestros próceres blanquiazules y demás profesionales de la democracia, que responden con visiones apocalípticas como de película de Darío Argento. Bueno, hasta El País –el periódico español, no la patria nuestra–, contagiado por tanta neurosis, anda como quinceañera sin chambelanes y confunde al Peje con Mariano Rajoy y al PRD con la ETA. O sea…
Ahí sí, nomás por joder, sugeriría que a la hora buena los perredistas no hagan absolutamente nada y levanten solo una manta que diga: “Con el miedo que nos tengan basta”.
La buena nueva: ¡Fox sí va con Calderón! ¡Albricias!
!!AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!
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