¿Fuiste a esa mamada?, me preguntaron con la elegancia propia del caso algunos que se distinguen por su sentido crítico y olfato periodístico, refiriéndose a la toma de posesión de López Obrador. Pues para ser una mamada, pensé, por lo menos fue tumultuaria. Cuando El Peje iba a la mitad de su discurso todavía hormigueaban las calles que desembocan a la plancha del Zócalo que estaba de por sí retacada de una apabullante multitud de auténticos creyentes –con sus sectores clientelares, claro– que en un auto de fe como el que fueron a presenciar, habían llegado por sus propios medios a manifestar más que su apoyo a AMLO su rechazo absoluto e incondicional a Jelipillo.
Mexicanos que contra lo que afirman buena cantidad de especialistas, comunicadores y librepensadores que confeccionan sus lucubraciones en la intimidad de su despacho y que no suelen darse baños de pueblo –no les vaya a dar un aigre–, no son esa bola de rebeldes sin causa, hijos de Ahumada y Bejarano, profesionales del resentimiento social y neocomunistas trasnochados que suponen. En todo caso si los hay, son los menos, neta. Se los digo nomás para que no se confíen creyéndose todo lo que afirman los agoreros del desastre perredista y al rato no les salgan las cuentas como al IFE y al TEPJF.
Si yo fuera el Señor Spot, no me tomaría tan en serio las encuestas que lo encumbran en la cresta de la popularidad pues, allí frente a Catedral había un número nada despreciable de compatriotas que lo consideran casi tan simpático, tan agradable, como Kamel Nacif y Ulises Ruin juntos. Digo, el hijo desobediente no se puede confiar y caer en algo que sería muy fácil con tanto oportunista y lamesuelas alrededor: la paranoia al revés, aquello que Woody Allen identifica como un síndrome que lleva a pensar al infectado que todo el mundo lo quiere. Eso, suponer que los seguidores del señor López son sólo los tres gatos del núcleo duro, es como creer que el Yunque es una bonita metaficción.
Al ir a esa mamada supe que los pejefans no sólo son mucho más que dos, sino que dadas las condiciones climáticas que tuvieron que resistir para estar en la toma de posición en el 20 de noviembre gélido del que se tenga memoria, están más que decididos a hacerle sentir al gobierno jelipista, además de que espurio cuento, peor que al América en CU. Menospreciarlos, que es el deporte favorito del momento, sería, ahí sí, una mamada. Luego no digan que no se los dije, porque se los dije.
Mexicanos que contra lo que afirman buena cantidad de especialistas, comunicadores y librepensadores que confeccionan sus lucubraciones en la intimidad de su despacho y que no suelen darse baños de pueblo –no les vaya a dar un aigre–, no son esa bola de rebeldes sin causa, hijos de Ahumada y Bejarano, profesionales del resentimiento social y neocomunistas trasnochados que suponen. En todo caso si los hay, son los menos, neta. Se los digo nomás para que no se confíen creyéndose todo lo que afirman los agoreros del desastre perredista y al rato no les salgan las cuentas como al IFE y al TEPJF.
Si yo fuera el Señor Spot, no me tomaría tan en serio las encuestas que lo encumbran en la cresta de la popularidad pues, allí frente a Catedral había un número nada despreciable de compatriotas que lo consideran casi tan simpático, tan agradable, como Kamel Nacif y Ulises Ruin juntos. Digo, el hijo desobediente no se puede confiar y caer en algo que sería muy fácil con tanto oportunista y lamesuelas alrededor: la paranoia al revés, aquello que Woody Allen identifica como un síndrome que lleva a pensar al infectado que todo el mundo lo quiere. Eso, suponer que los seguidores del señor López son sólo los tres gatos del núcleo duro, es como creer que el Yunque es una bonita metaficción.
Al ir a esa mamada supe que los pejefans no sólo son mucho más que dos, sino que dadas las condiciones climáticas que tuvieron que resistir para estar en la toma de posición en el 20 de noviembre gélido del que se tenga memoria, están más que decididos a hacerle sentir al gobierno jelipista, además de que espurio cuento, peor que al América en CU. Menospreciarlos, que es el deporte favorito del momento, sería, ahí sí, una mamada. Luego no digan que no se los dije, porque se los dije.
!!Ya tenemos Presidente, AMLO Presidente Legítimo de los Mexicanos!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario